domingo, 27 de marzo de 2011

Cambio de hora

Los que tenéis loros sabéis que tienen tendencia a irse de juerga y volver a las tantas, pero lo de mi loro, Puto Bocazas, pasa de castaño oscuro. Cuando venga le voy a echar una bronca que se le van a caer las plumas. Um, parece que abren la ventana desde fuera, así que tiene que ser él:

- ¡Hace tres días con hooy, que yo vengo parrandeaandoo...!
- ¡Puto Bocazas, loro degenerado! ¿Se puede saber qué horas son estas de llegar?
- ¿Qué dices, Troglo? Si sólo son las 12 de la noche.
- ¿Se te ha ido la mano con el güisqui de garrafa? ¡Son las 12 de la mañana!
- No, porque hoy era lo del cambio de hora.
- ¿Y eso que tiene que ver? El cambio de hora era que a las 2 de la mañana pasaban a ser las 3.
- Pero vamos a ver, Troglo, ¿eso no se hace para ahorrar energía?
- Eso dicen. ¿Y qué?
- Pues yo, como soy un buen ciudadano, en lugar de adelantar el reloj una hora, lo he adelantado 13, y así ahorraré mucho más, ¡je, je, je!
- ¡Burrada salvaje!
- Además, eso del cambio de hora se hace de forma totalmente arbitraria. Pues para seguir el criterio arbitrario de otro, sigo el mío.
- ¡Menuda jeta tienes, Puto Bocazas!
- Es que los humanos os lo montáis mal, Troglo. Sois esclavos del reloj, que os dice lo que teneis que hacer en cada momento. Los loros hacemos al revés: yo, si me lo estoy pasando en grande, atraso el reloj unas horitas para poder seguir de juerga. Sin embargo, si un pelmazo como tú me está dando la paliza, lo adelanto un par de horas y digo, uy, qué tarde, me tengo que ir, je, je.
- ¿Así que los loros cambiáis la hora según vuestras necesidades? Ahora que lo pienso, no está mal el sistema. Es mucho más racional.
- Pues claro. Imagina, cuando llegas al curro, adelantas el reloj 10 horitas y ya es la hora de salir.
- Mejor aún, cuando suene el despertador por la mañana, lo adelanto 16 horitas y así no hace falta ni que me levante de la cama, porque vuelven a ser las 12 de la noche. ¡No veas la de energía que voy a ahorrar, je, je!
- Pues yo tengo hambre, así que voy a poner el reloj en las nueve de la noche, ceno algo, y me voy de juerga otra vez.
- Pues yo voy a adelantar el reloj 25 días, con lo cual ya estoy de vacaciones de Semana Santa. ¡Hazte unas torrijas, Puto Bocazas!

domingo, 20 de marzo de 2011

Discurso de un loro ante la asamblea de la ONU


Excelencias, vuecencias, excrecencias, truculencias, incontinencias y flatulencias varias:

Son momentos duros. Llegó el momento de las grandes decisiones y de las grandes palabras. Hablemos claro. A todos nosotros nos importa un huevo de loro el bienestar del pueblo libio. O de cualquier otro pueblo, para el caso. Lo que nos importa es el poder y la pasta, como es natural. Así que ha llegado el momento, una vez más, de meter mano a saco. Esta vez en Libia.

Habrá que gritar mucho que queremos evitar sufrimiento. Por supuesto, ninguna intervención nuestra ahorra sufrimiento a nadie, más bien al contrario. Ahí tenemos Afganistán o Iraq. Evitar sufrimiento no es el negocio. El negocio es la guerra interminable. Y el negocio es el negocio, no jodamos. Aunque la gente no aprecie nuestros esfuerzos, aunque las decisiones sean duras, debemos perseverar. Unos cuantos miles de amistosos misiles con el logo de Hello Kitty, y todos los libios serán felices y tendrán derecho a dos teléfonos móviles.

Sí, es lamentable que nos hayamos caído del guindo ahora, y nos demos cuenta de repente de que Gadaffi era un malandrín, cuando lleva dando por culo desde una fecha tan erótica como el 69. Pero hombre, un despiste lo tiene cualquiera. También pensábamos que Mubarak era un tío muy majete, en fin, qué decepción más grande, je, je. Cuando nos pregunten, nosotros diremos que no los conocíamos, y haremos un exorcismo gritando seiscientas sesenta y seis veces la palabra “dictador”. Esto nunca falla.

La intervención se hace necesaria, amigos. Además, imaginaros que quitan a Gadaffi y ponen a alguien que no nos gusta. Quita, quita. Hay que garantizar el proceso democrático. El proceso democrático que yo diga, quiero decir. Disculpen un momento, que beba un poco. ¡Glú, glú! Lo siento, es que me ha dado una arcada, es un efecto secundario de los discursos, ya saben. Aprovecho para decirles que lo mejor para las arcadas es una operación de extirpación de conciencia, por si alguno todavía tiene, je, je. Disculpen la broma sus prepotencias, que ya sé que no tienen esas mariconadas.

Voy concluyendo, porque tengo ganas de emborracharme. Por supuesto, ni puto caso a lo que hagan en Arabia Saudí, o Bahrein, que eso es otra cosa. Y que ningún demagogo me mencione a Israel, eh, que me cabreo. Así que, hala, a preparar los pepinos que sólo matan gadaffianos, y aquí paz, y después pasta.

Por cierto, si alg
uien ha visto a Bin Laden, que llame al 091, porfa.

domingo, 13 de marzo de 2011

Portadas que me gustan


Portada tipográfica para este “Jenkins, Jordan and Timmons”, de un año de buena cosecha, 1957. El saxo alto John Jenkins tuvo muy poquitos años de actividad musical, desapareciendo del mundanal ruido a principios de los 60. Le acompañan el tenor Clifford Jordan, escuela Chicago, ni más ni menos que Bobby Timmons al piano, Wilbur Ware al bajo y Danny Richmond a la batería. No está mal la cosa.

Si a GoEar le da la gana, esto es “Princess”, un original del tío Jenkins. Que ustedes lo pasen bien.


miércoles, 9 de marzo de 2011

Insurrección en los grandes almacenes

- ¡Troglo! – me dijo mi loro, Puto Bocazas, al tiempo que se bebía un cubata de quince litros (los loros pueden hablar y beber cubatas a la vez, son ventrílocuos) - ¿Has visto este libro de “La insurrección que viene”? Estaba en la Casa del Libro, 10 euros.
- Ya lo conozco. ¿No lo habrás comprado, Puto Bocazas? Me lo bajé de Internet hace mucho. ¡Uy, perdón, que no se puede decir internet! ¿O lo que no se podía decir era bajar? ¡Qué duda!
- ¿Comprarlo? Lo he mangado, obviamente.
- Ah, bueno. Una cosa es bajarse cosas de internet, pero robar no pasa nada.
- Me lo he leído y es un libro de lo más revolucionario e insurreccionista. Casi que vengo con ganas de tomar la Bastilla.
- Así es, Puto Bocazas. Allons enfants de la patrie, y demás familia.
- Pero aquí hay algo que no me cuadra, Troglo. Hasta insinúa que en Francia han detenido gente por tener ese libro.
- Sí, algo así. Acuérdate de la policia del pensamiento.
- No lo dudo pero, un libro tan la leche de antisistema, ¿y se vende en la Casa del Libro o en el Corte Inglés? Si escribes un libro revolucionario, un libro que sea una andanada al sistema, ¿lo haces en una edición guapetona y lo vendes a 10 euros en grandes superficies?
- Tal que suena paradójico, Puto Bocazas. Pero ya sabes que el capitalismo te vende hasta la soga para ahorcarle.
- No le busques tres pies al loro que no tiene sentido, Troglo. ¡Y no te bebas mi cubata! Si tu objetivo es difundir la insurrección lo regalas, lo repartes por la calle en fotocopias, lo distribuyes por Internet, o lo tiras desde un globo.
- ¿Te huele a insurrección para exquisitos, Puto Bocazas?
- Me huele a revolución de salón, Troglo, a camiseta del Che de Dolce&Gabanna, para progretas que buscan emociones prohibidas. ¡Ah, fíjate, me pueden detener por tener este libro, qué malo soy, qué emoción! Pero para mí que eso de ser antisistema es otra cosa. ¿Qué es ser antisistema, Troglo?
- ¿Qué es antisistema, Puto Bocazas? ¿Y tú me lo preguntas? Antisistema eres tú.
- Que no toques mi cubata.

viernes, 4 de marzo de 2011

Portadas que me gustan

Pugilística pose de Julian Priester en este disco del 60, “Keep Swinging”. La portada la hicieron Paul Bacon (que también cantaba jazz en nuevaorleansiano estilo), Ken Braren y Harris Lewine, equipo que también colaboró en otras portadas tan buenas como la del “This Here is Bobby Timmons”. Julian siempre ha sido un trombonista de lo más versátil, que ha tocado cualquier cosa que le han puesto por delante. Este fue su debut como líder, y ya veis que se dejó acompañar por gente competente. Un buen disco, con varias composiciones del propio Priester, como este “24-Hour Leave”, si san GoEar lo permite.