sábado, 30 de abril de 2011

Ernesto Sábato

Ahora sí que el héroe descansa en su tumba, tras casi 100 años. Creo que nunca alguien que escribió tan pocas novelas en tantos años ha tenido tanta influencia en la literatura. Supongo que no es necesario decir más cuando ya lo has dicho todo. Podrás seguir leyendo esas novelas dentro de otros cien, o mil años, y seguirán dejándote sin aliento.

“¡Yo soy un anarquista! Un anarquista en el sentido mejor de la palabra. La gente cree que anarquista es el que pone bombas, pero anarquistas han sido los grandes espíritus como, por ejemplo, León Tolstoi”.

Pues un abrazo, compa. Descansa.

domingo, 24 de abril de 2011

Portadas que me gustan


De nuevo, foto de Esmond Edwards para esta portada de Doug Watkins. “Soulnik” es un disco del año 60 en el que el bajista Doug toca ese instrumento raro en el jazz, el cello. Está muy elegante en esa foto tan “blue”, y es que el cello tiene su elegancia característica. Dice la leyenda que había cogido por primera vez el instrumento tres días antes, pero no sé si creerlo, je, je. Watkins tocó el bajo con Barry Harris, los Jazz Messengers y varios más. Prometedor tipo, pero un accidente de coche le costó la vida a los 27 años.

En fin, acompañan a Doug el gran Yusef Lateef, flauta y oboe, Hugh Lawson al piano, Herman Wright al bajo y Lex Humphries a la batería. Este tema se llama “Andre´s Bag” y tiene un aire misterioso, como gitano, a ratos.

domingo, 17 de abril de 2011

Otra vuelta de tuerca

Muy buenas tardes, damas y caballeros. Soy el loro Puto Bocazas, ilustre economista, y hoy estoy aquí para explicarles el célebre algoritmo de Embudaki o, como cantaba aquel, me matan si no trabajo, y si trabajo me matan. El sencillo gráfico que ven a continuación ilustra la primera parte del algoritmo, según la cuál el descenso de beneficios en una compañía da como resultado el que los trabajadores se van a la puta calle.



Sin embargo, ¿qué pasa cuando la compañía tiene unos beneficios de la hostia? Observemos el gráfico.



Curioso, ¿verdad? Resulta que el aumento de beneficios también da como resultado el que los trabajadores se van a la puta calle. Esto es lo que se conoce como la paradoja de Trilefónica, y será fácil de comprender si echamos un vistazo superponiendo las dos gráficas.



Efectivamente, si prolongamos la línea de beneficios mierdosos hacia abajo y la de beneficios de la hostia hacia arriba vemos que acaban encontrándose en la zona de confluencia mierdoso-bestial, lo cual demuestra que un descenso en los beneficios es igual a un aumento en los beneficios, siempre que se dé un coeficiente de petrificación de rostro de 9 o superior en la escala de Jétar. Resumiendo, que puedo hacer un ERE siempre que me salga de los huevos mientras me calzo un bonus del copón, que para eso es mío. Eso sí, con el dinero de los demás.

Que ustedes lo pasen bien.

sábado, 2 de abril de 2011

Portadas que me gustan


Más que gustarme, sobre todo me hace gracia la foto de Ray. Se la hizo Esmond Edwards, y en esa cara con esa sonrisa y en esos calcetines de rombos se ve lo que Ray Draper era por aquel entonces: un chavalín de 17 años que tenía la osadía de querer convertir la tuba en un instrumento importante en el jazz. Creo recordar que ya había grabado otro disco como líder antes que éste, aunque aquí tiene el morro suficiente para tocar al lado de todo un John Coltrane, que en este 1957 ya eran palabras mayores. La cosa prometía, pero a Ray se le apagó la luz cuando las drogas empezarón a formar parte de su vida en los 60, y grabó muy esporádicamente. Ray fue un ejemplo más de la mala estrella que ha acompañado a muchos músicos de jazz: en 1982, y cuando parecía que se había librado por fin de la heroína, un grupo de atracadores le disparó en plena calle después de robarle. Tenía 42 años. Dicen que el chico que le disparó tenía 13.

Pero en fin, en este disco Ray tiene aún 17 años y está bien vivo. Además de Trane, la acompañan Gil Coggins al piano (otro de corta carrera y que estuvo desaparecido muchos años), el bajista Spanky de Brest, uno de los favoritos de Art Blakey, y el batería Larry Ritchie, que tocó con Jackie McLean o Freddie Redd.

A Ray también la gustaba la cosa de componer, así que ahí va un trabajo suyo, de nombre tan curioso como “Filidia”. A ver si GoEar no da la lata.