domingo, 28 de febrero de 2010

Portadas que me gustan


Tras esta semana loca (y las que me quedan) una portadita. Un disco del 63 de un batería bastante aficionado a hacerse fotos graciosas y que todavía da guerra, Roy Haynes. La cachonda foto en pose de Lord es de Don Schlitten, aunque no sé si el diseño de la portada es también suyo. Acompañan a Roy el saxo y flautista Frank Strozier, Ronnie Mathews al piano y Larry Ridley a la batería. No es muy habitual, pero excepto Ronnie, que murió en 2008, el resto de componentes de este cuarteto siguen coleando, que yo sepa. La mayoría de los temas son originales de los músicos, con algún título tan chocante como “La Palomeinding”, de Strozier. No se me habría ocurrido ni a mí.


Y lo siento, pero no voy a poner tema, porque eso de que GoEar me ponga publicidad me rechina bastante. Cuando encuentre otro que me convenza, volveré a ponerle banda sonora. Sorry.

sábado, 20 de febrero de 2010

La historia más breve jamás contada

En aquellos tiempos, era yo Piloto Comandante de la Compañía de Zeppelines. Aquello era vida, viento en el rostro, una novia en cada puerto y güisqui en abundancia. Cuando sucedió esto, tenía yo un Subcomandante llamado Gamusinazo Andobas. He de decir que siempre hubo algo en el porte de este Gamusinazo que me recordaba a un loro, pero no sabría decir qué. Pues bien, cierto día estaba yo alerta en el puesto de mando cuando entró el tal Gamusinazo y me despertó:


- ¡A sus ordenes, Comandante!

- Descanse, descanse. Por cierto, Gamusinazo, ¿nunca le he dicho que hay algo en usted que me recuerda a un loro?

- ¿Adivino que ha estado de nuevo dándole al frasco,...Subcomandante?

- Oiga, que...¿qué dice? ¿Cómo que Subcomandante? ¡El Subcomandante es usted, yo soy el Comandante!

- Resulta que me acabo de amotinar, así que ahora soy yo el Comandante.

- ¡Eso lo veremos, Gamusinazo! ¿Ve este puño? ¡Pues viene con dedicatoria!

- ¿Ah, sí? ¡Le desafío a duelo!

- ¿Cómo?

- Sí, señor. Le desafío según las Reglas de la Marinería de la Cosa de los Zeppelines, a un duelo de historias. Vencerá el que cuente la historia más breve, y se quedará con el cargo de Comandante. Y empiezo yo, que para eso soy el que desafía.

- Piénselo bien, Gamusinazo.

- Menos lobos. Allá voy. Esta historia sólo tiene cinco palabras y se titula “¡Sorpresa!”. Ejem, ejem: “Ella se desnudó y...¡hostias!”. ¡Je, je! ¿Qué le parece? Verá que con brevedad mi historia sugiere desagradables sorpresas, por desgracia bastante habituales entre los marineros zeppelineros trompa que no se fijan bien. ¿Se rinde?

- Gamusinazo, es usted un marinero de agua dulce.

- Será de aire dulce.

- Lo que sea. Le voy a dejar a la altura del betún con esta historia de cuatro palabras que se titula “Telegrama”. Voy: “Esposa desaparecida. Stop. Aleluya”. Je, je, ¿qué le ha parecido, Gamusinazo? ¡Que yo ya contaba historias absurdas cuando usted llevaba pantalón corto!

- ¿Cree que me asusta con esa birria? Le voy a contar una historia de tres palabras, sólo tres. Se titula “Marisol”. Voy: “¡Marisol! ¡MARISOOL!.....¿Marisol?” ¿Eh, qué le parece?

- Debo reconocer que esta vez se ha superado, Gamusinazo. Esa historia puede evocar tantas cosas: el abuso que al final se ve pagado con abandono, la dependencia, el misterio. Y además, reconozco que casi en vez de tres palabras, es una palabra al cubo. ¡Pero no me doy por vencido! Le voy a contar una historia de dos palabras que se va a caer de culo. Y encima salen dos personajes. La titulo “Profesión”. Voy allá:

“-¿Profesión?

– No”

- Caramba, no está mal. Esa historia puede representar la desesperación de un desempleado, que ha perdido su identidad, o quizá la rabia de alguien que no quiere verse encasillado en un sistema. No está mal, pero le voy a dar la puntilla con una historia de una palabra, que titulo “La promesa”. ¿Preparado? Allá voy: “¡Volveré!”. ¿Qué me dice? Una historia que expresa amenaza, orgullo herido, determinación, y todo en una palabra.

- ¡Es usted un plagiador, Gamusinazo! Eso ya lo dijo el general McArthur.

- No, señor, porque el general McArthur lo dijo en inglés, y en inglés no es una sola palabra, así que a chincharse. Vaya dándome la gorra de Comandante.

- No tan deprisa, Gamusinazo. Se las promete muy felices, pero le voy a bajar los humos. Le voy a contar la historia más breve que imaginarse pueda. ¡Una historia sin ninguna palabra!

- ¿Qué dice?

- Lo que oye. La titulo “El silencio”, y dice así: “¡...!”

- ¿“¡...!”? ¿Y esa es la historia?

- Gamusinazo, ¿es que hay algo más elocuente que el silencio? El silencio quiere decir tantas cosas: tranquilidad, tristeza, concentración, desesperación, relajación. Es la historia más rica que se ha contado nunca.

- ¡No me convence a mí eso!

- Si quiere la cuento otra más breve todavía, Gamusinazo.

- ¿Todavía más breve? ¿Qué dice?

- Lo que oye. Ahí voy. Esta historia se titula,...se titula,...se titula....

- ¿Qué? ¿Qué?

- Ya está, ¿lo ve?

- ¿El qué?

- Ha dicho usted “¿Qué? ¿Qué?”

- ¿Y qué?

- ¿No lo ve? Mi historia es ya tan breve que no es que no tenga ninguna palabra, es que es negativa en palabras. No sólo el hablante, el que transmite la historia, no dice ninguna palabra, sino que es el oyente el que tiene que ponerlas, como ha hecho usted. Como yo no he dicho nada y usted ha dicho “¿Qué? ¿Qué?”, mi historia tiene -2 palabras. Claro que si tenemos en cuenta....

- Comandante, solicito permiso para tirarme por la borda para dejar de oir sus chifladuras.

- Permiso concedido.


Y no he vuelto a ver a Gamusinazo. Creo que se hizo político, y es que tenía tendencia a enrollarse hablando, con esas historias tan largas que contaba. Así que pude seguir pilotando zeppelines hasta la edad de la jubilación, aunque justo entonces cambiaron la edad de jubilación a 108 años y me jodieron vivo. Pero esa es otra historia.

sábado, 13 de febrero de 2010

Portadas que me gustan


Bueno, aquí va otra portada del amigo David Stone Martin, con su estética tan característica. Y es que no siempre va a ser Reid Miles, hombre. Esta es para el “Jam Session”, disco a nombre de Charlie Parker del año 52. ¡Hala, a ver quién es capaz de identificar a los músicos que salen caricaturizados ahí, y que son los que participan en la sesión, sin mirar los créditos! Por eso utilizo la portada del volumen 2, que la del 1 es igual, pero salen los nombres. Algunos son fáciles, otros casi imposibles. Venga, una foto de la sesión para echaros un cable. Lo siento, pero no sé de quién es la foto, por eso no acredito.



Lo malo es que, al ser una jam, los temas son larguísimos, y cuesta dios y ayuda subirlos. En fin, prueba superada, ahí va este “What is this thing called love”, casi 16 minutazos del clasico de Cole Porter. A ver si, además de físicamente, los identificamos auditivamente, je, je.




martes, 9 de febrero de 2010

El dinosaurio

Pues hace unos días me acordé que un 7 de febrero había muerto el escritor Augusto Monterroso. Pero como estoy medio tonto se me volvió a olvidar, y no puse nada. Así que lo voy a poner hoy. Monterroso es autor de aquel famosísimo cuento hiperbreve, “El dinosaurio”, que dice así:


“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.


¿Eh? Casi nada. Como Monterroso se hizo famosísimo por escribir este cuento yo, inspirándome en él, escribí este otro:


“Cuando despertó, el loro todavía estaba allí”.


Pero me llamaron plagiador asqueroso y me dijeron que era igual. ¿Igual? ¿En qué se parecen un dinosaurio y un loro? Pues en nada. A lo mejor en la mala leche, pero nada más. Así que mi cuento no se parece en nada. Pero no convencí a los críticos, porque todo lo demás, lo de despertarse y eso era igual. Así que lo retoqué un poco:


“Cuando se le pasó la cogorza, el loro todavía estaba allí”.


¡No me digáis! ¡Ahora no se parece en nada! Pues tampoco conseguí el éxito y la fama, y me seguían llamando plagiador asqueroso. Así que le dí otra vuelta de tuerca:


“Cuando se le pasó la cogorza, el loro se había ido sin pagar”.


Ahora tuvieron que reconocer que era distinto, pero me dijeron que ya no tenía valor artístico, que era una chorrada de las mías. ¿Y por qué? ¿Dónde perdió el valor artístico? ¿Porque ya no sale un dinosaurio? ¿Hay que poner dinosaurios para que haya arte? ¡Porque si hay que ponerlos, se ponen! ¿O que se te pase una cogorza es artísticamente menos noble que despertarse? ¿No es igual de chungo, o más? ¿En qué palabra se me perdió el arte?


En fin, que yo qué sé.

jueves, 4 de febrero de 2010

Portadas que me gustan


Pues ¿quiénes si no?, Francis Wolf con las fotos y Reid Miles con el diseño, crearon esta magnífica portada para “Workout”, disco del saxofonista Hank Mobley de 1961. La foto es realmente alucinante: la postura de Mobley, el cigarrillo, el saxo brillante sobre la silla, las gafas de sol características de Hank, la Coca-Cola. Un lujo.


Debo reconocer que Hank es uno de mis saxos favoritos, aunque no haya sido demasiado valorado, quizá por tener un estilo directo, muy “swing”. Aquí se acompaña del guitarrista Grant Green, Wynton Kelly al piano, Paul Chambers al bajo y Philly Joe Jones a la batería.


Y, en consonancia con la portada, ahí va este original de Mobley, “Smokin’”. Al lío.