Últimamente, a mí y a mi loro, Puto Bocazas, nos ha dado por la lectura filosófica. Hoy le veo muy metido con un volumen especialmente voluminoso, y valga la redundancia, así que le digo:
- Puto Bocazas, te veo muy enfrascado con ese libraco. ¿Qué estás leyendo?
- Estoy leyendo a Kikirikigaard.
- ¿El famoso gallo filósofo?
- El mismo. ¿Y tú, qué estás leyendo?
- Yo estoy leyendo las obras completas de Heidigger.
- ¿El famoso filósofo que vivía en los Alpes con su abuelito?
- Efectivamente. ¿Y qué conclusiones saca Kikirikigaard?
- Dice que el Absoluto se encuentra en una nota del cuarto compás de “Epistrophy”.
- ¿Dice en cuál?
- Pues no.
- ¿Y si no sabe qué nota es, cómo sabe que el Absoluto está ahí?
- Pues no sé. ¿Qué opina Heidigger al respecto?
- Dice que el Absoluto está en un ultrasonido producido por la voz de Sarah Vaugahn.
- ¿Y cómo sabe que está ahí, si no puede oír los ultrasonidos?
- Supongo que por deducción filosófica. Si un árbol cae y no hay nadie cerca para oírlo, ¿hace ruido? Y todo eso.
- Me parece que te estás empanando, Troglo.
- Ni hablar. Mira, por ejemplo, tú no tienes existencia real, aunque lo parezca.
- ¿Eh?
- Si yo no escribiera, ¿existiría Puto Bocazas?
- ¡Claro que existiría!
- ¡Qué va, Puto Bocazas! Tú sólo eres una idea, un arquetipo, algo producido por mi deteriorado cerebro, pero no tienes existencia material.
Y en este momento, ¡FLOP!, Puto Bocazas ha desaparecido.
- ¡Puto Bocazas! ¿Dónde te has metido?
- ¡Grrrr! – me llega su voz iracunda desde el limbo - ¡Me he convertido en una idea, por tu culpa, y ahora no tengo existencia real! ¡Reformula ahora mismo tu argumento para que pueda volver, o te vas a enterar! ¡Y no toques mi cubata!
- ¡Je, je, je! Bueno, realmente no tiene importancia si existe el mundo real o no, puesto que no tengo acceso directo a él más que por mis sentidos. Así que lo que mi cerebro discierne es lo real para mí, por tanto ese loro bocazas existe…
Y dicho esto ¡FLOP!, Puto Bocazas vuelve a aparecer. Lo que pasa que aparece cabeza abajo sobre el sofá.
- ¡Jo, jo, jo! ¡Vaya pinta tienes!
- ¡Esto no va a quedar así, Troglo! – dice mientras se da la vuelta y recupera la dignidad - ¿O te crees que tú existes?
- Claro que existo. Estoy escribiendo esto ahora mismo.
- Si pero, ¿qué es Troglo Jones? Es un conjunto de influencias, de personalidades, de plagios conscientes o inconscientes. No es un ente único, sino una multiplicidad de cosas.
Y, de repente, ¡FLOP! ¡FLOP! ¡FLOP!, me empiezan a brotar del cuerpo cabezas, y brazos y piernas de otra gente.
- ¡Puto Bocazas! Mira lo que has hecho, loro traidor, me has convertido en una multiplicidad de influencias. ¡Señora, no toque eso, que es mío! ¡Sácame de aquí, que esto es muy incómodo, no hay sitio para tanta gente! ¡Reformula tu argumento ya mismo!
- ¡Jua, jua, jua! Para que te enteres. Bueno, es posible que todas esas influencias puedan generar un nuevo ente, individualizado e independiente, llamado Troglo Jones.
Y entonces, ¡FLOP! ¡FLOP! ¡FLOP!, todas las cabezas, brazos y piernas empiezan a desaparecer y vuelvo a ser uno sólo.
- ¡Uf! Menos mal, qué mal rato he pasado…
- Pues no te imaginas la angustia existencial de no tener existencia real.
- Está bien, firmemos una tregua, Puto Bocazas. Esto de la filosofía es peligrosísimo para la salud.
- Eso es verdad.
- Hagamos algo que realmente desarrolle nuestro espíritu. Pásame el “Marca”.
- Te lo cambio por la Pleiesteision.
- Puto Bocazas, te veo muy enfrascado con ese libraco. ¿Qué estás leyendo?
- Estoy leyendo a Kikirikigaard.
- ¿El famoso gallo filósofo?
- El mismo. ¿Y tú, qué estás leyendo?
- Yo estoy leyendo las obras completas de Heidigger.
- ¿El famoso filósofo que vivía en los Alpes con su abuelito?
- Efectivamente. ¿Y qué conclusiones saca Kikirikigaard?
- Dice que el Absoluto se encuentra en una nota del cuarto compás de “Epistrophy”.
- ¿Dice en cuál?
- Pues no.
- ¿Y si no sabe qué nota es, cómo sabe que el Absoluto está ahí?
- Pues no sé. ¿Qué opina Heidigger al respecto?
- Dice que el Absoluto está en un ultrasonido producido por la voz de Sarah Vaugahn.
- ¿Y cómo sabe que está ahí, si no puede oír los ultrasonidos?
- Supongo que por deducción filosófica. Si un árbol cae y no hay nadie cerca para oírlo, ¿hace ruido? Y todo eso.
- Me parece que te estás empanando, Troglo.
- Ni hablar. Mira, por ejemplo, tú no tienes existencia real, aunque lo parezca.
- ¿Eh?
- Si yo no escribiera, ¿existiría Puto Bocazas?
- ¡Claro que existiría!
- ¡Qué va, Puto Bocazas! Tú sólo eres una idea, un arquetipo, algo producido por mi deteriorado cerebro, pero no tienes existencia material.
Y en este momento, ¡FLOP!, Puto Bocazas ha desaparecido.
- ¡Puto Bocazas! ¿Dónde te has metido?
- ¡Grrrr! – me llega su voz iracunda desde el limbo - ¡Me he convertido en una idea, por tu culpa, y ahora no tengo existencia real! ¡Reformula ahora mismo tu argumento para que pueda volver, o te vas a enterar! ¡Y no toques mi cubata!
- ¡Je, je, je! Bueno, realmente no tiene importancia si existe el mundo real o no, puesto que no tengo acceso directo a él más que por mis sentidos. Así que lo que mi cerebro discierne es lo real para mí, por tanto ese loro bocazas existe…
Y dicho esto ¡FLOP!, Puto Bocazas vuelve a aparecer. Lo que pasa que aparece cabeza abajo sobre el sofá.
- ¡Jo, jo, jo! ¡Vaya pinta tienes!
- ¡Esto no va a quedar así, Troglo! – dice mientras se da la vuelta y recupera la dignidad - ¿O te crees que tú existes?
- Claro que existo. Estoy escribiendo esto ahora mismo.
- Si pero, ¿qué es Troglo Jones? Es un conjunto de influencias, de personalidades, de plagios conscientes o inconscientes. No es un ente único, sino una multiplicidad de cosas.
Y, de repente, ¡FLOP! ¡FLOP! ¡FLOP!, me empiezan a brotar del cuerpo cabezas, y brazos y piernas de otra gente.
- ¡Puto Bocazas! Mira lo que has hecho, loro traidor, me has convertido en una multiplicidad de influencias. ¡Señora, no toque eso, que es mío! ¡Sácame de aquí, que esto es muy incómodo, no hay sitio para tanta gente! ¡Reformula tu argumento ya mismo!
- ¡Jua, jua, jua! Para que te enteres. Bueno, es posible que todas esas influencias puedan generar un nuevo ente, individualizado e independiente, llamado Troglo Jones.
Y entonces, ¡FLOP! ¡FLOP! ¡FLOP!, todas las cabezas, brazos y piernas empiezan a desaparecer y vuelvo a ser uno sólo.
- ¡Uf! Menos mal, qué mal rato he pasado…
- Pues no te imaginas la angustia existencial de no tener existencia real.
- Está bien, firmemos una tregua, Puto Bocazas. Esto de la filosofía es peligrosísimo para la salud.
- Eso es verdad.
- Hagamos algo que realmente desarrolle nuestro espíritu. Pásame el “Marca”.
- Te lo cambio por la Pleiesteision.
Esto es otra cosa. Este Luis Aragonés sí que es sabio de verdad, lo que pasa es que no le entienden.