miércoles, 30 de diciembre de 2009

Seminuevo

Barítono Morgan, Jefe del Negociado de Años, se metía el lápiz por la oreja con gran placer cuando hizo su entrada en la oficina el Oficial Primera Longanizo del Monte.


- Barítono, tenemos un problema.

- ¿Qué pasa ahora, Longanizo? No me jeringues, que tengo que acabar un montón de papeleo.

- El Dosmildiez no quiere entrar.

- ¿Qué dices?

- Lo que oyes. Le ha entrado el miedo escénico. Dice que le da vergüenza, que es mucha responsabilidad, que no entra.

- ¡No puede hacer eso! ¡Si estamos a punto de estrenar! ¡Si lo tiene todo firmado!

- Pues no hay manera. Lo he intentado todo, pero se ha encerrado en el camerino. Dice que sólo le sacarán de allí con diciembre por delante.

- ¡Grrrr! ¡Si es que tenía que pasar! Si es que tanta parafernalia, que si tangtangtangtang, que si los cuartos, la televisión, la leche, pues claro, un año tan jovencito, sin experiencia, pues se asusta. ¡Si es que no se puede meter tanta presión a un año en el día de su debut! De todas maneras, ¡qué juventud! Es que los años ya no son como los de antes, hombre, como en mis tiempos. Me acuerdo yo de Milnovecientosetenta, ese sí que era un año con un par de...

- Ejem, lamento interumpir la batallita, pero tenemos un problemón, Barítono. Esto está a reventar de gente, y si no estrenamos año, nos asesinan.

- A ver, no nos pongamos nerviosos. ¿Tú crees que alguien se dará cuenta si volvemos a poner a Dosmilnueve?

- Hombre, está un poco cascado.

- ¡Pero le ponemos una peluca, un poco de maquillaje y ya está!

- Al principio puede colar, pero cuando le den otra vez el Nobel de la Paz al Obama, yo creo que la gente se va a dar cuenta.

- ¡Bah! ¡Qué va, hombre! ¿No ves que la gente está entontecida de tanta tele, y tienen memoria de pez? ¿Tú crees que llevan la cuenta de las veces que se ha operao las napias Belén Esteban? Cuando vean que se muere otra vez Michael Jackson, pues dirán “anda, si yo creia que ya se había muerto”, como se dice tantas veces. O, “joer, yo creo que esto ya lo he visto, habrá sido en una película”.

- ¿Tú crees? No sé, no sé. Que la gente ha acabado muy cansada de Dosmilnueve, yo creo que está quemado.

- ¡Nada, hombre! Unos retoquitos y como nuevo. ¡Corre, llama a Dosmilnueve, que estará recogiendo sus cosas ya, y fírmale una prorroga de contrato! ¡Pero nada de aumentos! ¡Avisa a las maquilladoras, que vengan todas! ¡Y a los de las luces, que no le enfoquen directamente! ¡Y pon un villancico a ritmo de jazz mientras lo preparamos, para distraer a la peña y amansarla un poco!

- ¡Si es que tampoco funciona GoEar!

- ¡Pues cántate algo, hombre!

- ¡Cristo ya nacióoo, en Palacagüinaa,...!


Feliz Año Seminuevo, amiguitos.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Reformas estructurales

Señor Presidente, señoras y señores diputados, mi presencia en esta tribuna obedece a la presentación, por parte de mi grupo parlamentario, de la propuesta número 235845-J, consistente en la eliminación del calendario del 28 de diciembre, día de los Inocentes.


El motivo principal y subyacente es el siguiente: dado que, desde este Parlamento y el resto de instituciones nacionales, autonómicas, locales y vecinales, nos pasamos todos los días del año tomando el pelo al personal de la manera más vil, ¿qué sentido tiene seguir manteniendo un día dedicado oficialmente a la tomadura de pelo? Desde el punto de vista de mi grupo, este día resulta, pues, redundante. Proponemos, por lo tanto, su eliminación, y que el susodicho día pase a denominarse Anselmo Luis o, en su defecto, que el 27 de diciembre aumente su duración a 48 horas.


Espero que se le dedicará a este asunto, de la mayor importancia, la reflexión que merece. Muchas gracias. Por último, señorías, y para celebrar que no pegamos clavo y nos lo llevamos crudo y que, además, es Navidad, propongo cantar un villancico a ritmo de jazz. Con su permiso, señor Presidente, y uno, y dos,...



miércoles, 23 de diciembre de 2009

Feliz Navidad. Feliz Navidad. Feliz Navidad

Posiblemente vosotros no tenéis en casa un loro chiflado que se llame Puto Bocazas, pero yo sí.


¡POM! ¡POM! ¡CATAPOM!


Y esos porrazos sólo pueden ser cosa suya. Voy a ver qué trama:


- ¡Puto Bocazas! ¿A qué vienen esos martillazos? ¿No ves que estoy echando la siesta de las 11 de la mañana?

- Pues mira, Troglo, como nuestros planes de dominación mundial no avanzan debido en gran parte a que eres un vago del copón, me he puesto manos a la obra y le estoy haciendo unas chapucillas a la máquina del tiempo.

- ¿Qué le has puesto que parece un altavoz?

- Es un dispersador de ondas temporales, ingeniero. Sirve para que los efluvios de la máquina lleguen a toda la población.

- Eso tiene pinta de caro, Puto Bocazas. Dime cómo has financiado este proyecto antes de que te asesine cordialmente.

- Tranqui, me han dado el dinero los del banco.

- ¡Ja, ja, ja! Esa sí que es buena, Puto Bocazas.

- Pues sí, les he convencido de que era Bill Gates y me lo han dado.

- ¿Me estás diciendo que un loro entra en el banco, dice que es Bill Gates, y los tíos se lo creen y le dan dinero?

- Pues claro, Troglo. Y es que todo es cuestión de convicción y seguridad en ti mismo. Nunca falla, me pongo unas gafas de pringao, me echo las plumas así para delante, como si tuviera flequillo, pongo cara de empollón, y digo, pero eso sí, con mucha convicción, creyéndomelo, digo: “qué pasa, que soy Bill Gates. Oye, que no me acuerdo en que bolsillo llevo el trillón de euros y no me apetece buscarlo, así que darme unos cientos de miles, que mañana mando al perro a que os pague”. Y me lo dan.

- ¿Al perro?

- Troglo, sabido es que los perros de los millonarios son millonarios a su vez, así que el de Bill Gates no veas. Caga diamantes del tamaño de tu cabeza y mea tinta de impresora, el líquido más caro del mundo. Es muy respetado en el mundo de los ricachos.

- ¡Grrr! ¡Qué sarta de burradas! Casi prefiero no saber de dónde has sacado la pasta.

- Eso te pasa por preguntar. Espera, que ya estoy terminando, un martillazo más, ¡CATACROC! y ya está lista la máquina.

- ¿Qué plan maquiavélico te traes entre manos?

- Verás, he conseguido que la máquina cree bucles temporales. Espera que le dé al interruptor y ya verás. ¡Ya está! ¿Lo ves?

- ¿Lo qué?

- ¡Ya está! ¿Lo ves?

- ¿Lo qué?

- ¡Ya está! ¿Lo ves?

- ¿Lo qué?

- ¡Je, je, je! ¿Lo vas pillando?

- ¡Para ya, Puto Bocazas, grrrr! Ya veo. Has conseguido que la máquina fije el tiempo entre dos puntos. Cuando llegas al segundo, la máquina echa el tiempo para atrás y vuelves al primero, y así una vez y otra, de forma que te repites continuamente.

- Exacto. Y puedo mantenerlo indefinidamente. ¿Y sabes lo que voy a hacer?

- Ardo en deseos de saber, Puto Bocazas.

- La noche de Nochebuena sacaré el dispersador por la ventana para afectar a toda la peña y pondré en marcha el bucle. Voy a repetir la Nochebuena eternamente.

- ¿Qué dices? ¿Y con eso vas a conquistar el universo?

- Pues claro, Troglo. Imagina, la cena de Nochebuena. Cuando está a punto de acabar, y la peña ya está pensando: “Por fin, ya voy a poder dejar de aguantar a estos pelmazos hasta el año que viene”, ¡zas!, el bucle temporal entra en acción y todo vuelve a empezar.

- ¡Qué horror!

- Efectivamente, Troglo. Otra vez a besar a la suegra, a soportar a tus sobrinos cantando villancicos y darles aguinaldo encima, y a escuchar de nuevo los chistes de tu cuñao. ¿No es horrible?

- ¡Imagínate tener que escuchar continuamente el mensaje del rey!

- ¡Je, je, je! Ahí le has dao. Y no te digo nada si encima eres de los que la abuela se empeña en que pongas la misa del gallo. Imagina, repetirla una y otra vez.

- ¡Y la cena! Cuando estabas ya empechao de cordero y polvorones, resulta que tienes que empezar otra vez con los langostinos. Es demasiado horrible, Puto Bocazas.

- Así es, Troglo. La repetición perpetua de la cena de Nochebuena es como el infierno en la tierra. Así que la peña, con tal de que acabe con su sufrimiento, accederá a darme el gobierno del universo con mucho gusto. Y, si no han tenido bastante, puedo repetir eternamente el fin de año. Imagina, justo cuando te has comido todas las uvas y tienes la boca llena de pipos, el bucle se activa y vuelven a aparecer. Toda la eternidad comiendote las doce uvas, una y otra vez, je, je.

- Je, je, je, eres maligno, Puto Bocazas. Vamos a darle caña a un villancico jazzero para celebrarlo.

- Venga, que voy a poner voz de Kurt Elling, je, je. Y uno, y dos,...


Feliz Navidad eterna, amiguitos.


sábado, 19 de diciembre de 2009

Portadas que me gustan


Año mítico del jazz, 1959, y dos mitos en esta portada, el simpar Duke y la leyenda del saxo alto Johnny Hodges. A pesar de que tuvieron sus desencuentros, es difícil imaginar la orquesta de Duke sin Hodges (no hubiera sido lo mismo), y tampoco es fácil imaginar a Hodges en un contexto diferente de la orquesta de Duke. El título, “Back to Back” tiene un cierto doble sentido, de “espalda con espalda” como en la foto, y de “vuelta al pasado”, el retorno al blues, la madre de todas las batallas jazzeras.


La dirección artística es de Sheldon Marks y la foto de portada de Burt Goldblatt, prolífico y magnífico creador de portadas, cuyo trabajo quizá no haya recibido el crédito que se merece al haber trabajado más para sellos pequeños, como “Betlehem”.


En fin, no me enrollo más. Esto es “Weary Blues”, simple y directo, y acompañan a los susodichos Harry “Sweets” Edison a la trompeta, Les Spann a la guitarra, Al Hall al bajo y Jo Jones a la batería (como veis, los de la familia Jones siempre estamos presentes en el jazz, je, je). Ya más clásico no se puede ser.



lunes, 14 de diciembre de 2009

Misako Kano

Vamos con una de jazz hecho por mujeres. Desde ese país que es el mayor productor mundial de pianistas japonesas, y casualmente se llama Japón, viene Misako Kano, que grabó varios albumes en los 90 y que, no sé por qué, dejó de publicar en el 99. Si alguien sabe algo de ella, que me avise. Grabó además un par de discos con aquel tipo cuya muerte prematura nos dejó a todos con la sensación de que nos habiamos perdido algo grande, el saxofonista Thomas Chapin.


Aquí, Misako toca sola, en una composición suya que se llama “The Dawn”. A mí me recuerda un poco a Keith Jarret. Por cierto y como curiosidad, fue la pianista titular del “Cotton Club” neoyorquino una temporada. Sí, el de los gangsters, que sigue existiendo. Hay negocios que no hay crisis que valga.



viernes, 11 de diciembre de 2009

Lorosofismas

- ¡Puto Bocazas! – le dije a mi loro, conocido por Puto Bocazas – Abre la puerta, que voy a tirar todos estos libros de autoayuda y similares que tenía por ahí.

- ¿Cómo has conseguido acumular todo ese saber inútil, Troglo? Te debe salir el zen por las orejas, je, je.

- Los años, Puto Bocazas. Muchos me los regalaron, me deben ver muy necesitado de autoayuda. Además, piensa que están llenos de frases bonitas que no significan nada, lo ideal para un mandarín, así que las copio y las suelto en mis conferencias, cursos y chorradas varias, y quedo como dios. Pero ya no dan más de sí.

- ¡Aaargh, he estado a punto de pisar uno! ¡Qué grima! ¡Ten más cuidado, Troglo!

- ¡Calla ya! Imagínate que llegas a dar con el que contiene el secreto de la quinta felicidad.

- Si ahí no dicen más que chorradas, en algunos casos hasta bienintencionadas.

- Sí, pero imagina que algún día alguien da con la fórmula de la paz interior, y la pone en un libro. No es imposible.

- ¿Quieres decir que, por una mezcla de genio, azar y güisqui de garrafa, alguien podría dar con la piedra filosofal de la felicidad? ¿Con una serie de reglas que, esta vez sí, hicieran feliz a la gente cual budas de andar por casa?

- Eso es.

- Hummm, interesante idea, Troglo. Eso supondría el fin del mundo.

- ¿Qué dices?

- A ver, Troglo, la felicidad es lo que la gente busca siempre, y hace todo tipo de burradas para conseguirla, como trabajar, casarse, tener hijos, echar la quiniela o comprarse cosas, ¿no?

- Cierto, Puto Bocazas.

- Pues si tú se la das ya embotellada, si les das un sistema que cabe en un libro y con el que pueden ser felices, ya no tienen que buscar más. Porque ya habrán llegado al final del camino. Si ya tienes la iluminación, ¿para qué vas a trabajar, a aprender nada más, a inventar nada? Ya pasarías de todo, ¿o no?

- Tal parece. El mundo se paralizaría.

- Exacto. Lo que hacía moverse a la gente era la búsqueda. Si acaba, la peña se quedará en estado catatónico, aunque feliz, así que....¿estás pensando lo mismo que yo, Troglo?

- Je, je, je. Voy a por la máquina de escribir de manivela.

- ¡Si logramos escribir ese libro, aprovecharemos el estado de feliz idiotez de la peña para conquistar el mundo, je, je!

- Vamos a ello, Puto Bocazas.

- A ver, apunta. Necesitamos de entrada un título impactante. El libro se llamará “Me lo contó Dios tomando cubatas”, es inapelable, je, je.

- Yo como que ya me noto más feliz.


Habrá ejemplares para todos, no os preocupéis.

martes, 8 de diciembre de 2009

Portadas que me gustan


Me gusta esta portada, “The Eminent”, para uno de los más eminentes trombonistas del jazz, quizá el trombonista por excelencia, J. J. Jonson. Tres jotas, que también debe ser un jamón del bueno, je, je.


La foto es de Francis Wolff, y el diseño de la portada es de John Hermansader. John diseñó portadas sobre todo en los 50 y 60, y se suele decir que fue un pionero que allanó el camino a gente como Reid Miles.


Qué bien lo hacía J.J., con ese toque tan fluido, parece que suena una trompeta. Y eso que le costó llegar a ganarse la vida como músico al principio, ¿será posible? En fin, aquí su eminencia se rodea de otros que tampoco son mancos: Winton Kelly al piano, Charles Mingus al bajo, Kenny Clarke a la batería, y el toque de Sabu Martínez a las congas. El tema es “Old Devil Moon”.



domingo, 6 de diciembre de 2009

Piezas de poéticometría surreal

Ramiro Segundo, director adjunto del Departamento de Necedades con Corbata de una empresa que no se sabía muy bien si era una multinacional pequeña o una uninacional grande, pero por ahí andaba, Ramiro Segundo decía, se metió la mano por la oreja intentando localizar su autoestima. Una vez ubicada por el tacto, tiró de ella y la extrajo por el conducto auditivo. Ramiro Segundo le atizó a la autoestima con un diccionario para que dejara de moverse y se la guardó para hacerse un llavero para las llaves del coche. Como veía que la cabeza se le inclinaba peligrosamente debido al hueco dejado por la autoestima, corrigió el desequilibrio giroscópico rellenando el susodicho hueco con un teléfono móvil de última generación y un reloj de oro falso. Y así prosiguió Ramiro Segundo su meteórica carrera, hasta que le despidieron al día siguiente porque sí. Y ya está.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Alice Coltrane

Mi amiga Esther me ha dado una idea: recuperar aquella serie que dediqué en su día a las mujeres y el jazz. Así que empezamos por una mujer que arrastró el sambenito de ser “la-viuda-de-John-Coltrane” durante buena parte de su carrera. Y no es justo, la verdad. Pero esperad un momento, que mi loro, Puto Bocazas, está revolviendo toda la casa


- ¡Puto Bocazas! ¿Te quieres estar quieto ya? Si estás buscando el güisqui, no te molestes, porque lo he escondido.

- ¿Te he comentado ya lo atractivo que estás hoy, Troglo?

- No cuela, Puto Bocazas. Contrólate hasta que acabe el post. ¡Y no chupes los posavasos, so guarro, que te veo!


En fin, tengo que acabar rápido la entrada, que es capaz de cualquier cosa. Decía que no es justo. Alice ya era reconocida musicalmente antes de conocer a John y, tras la muerte de éste, desarrolló una discografía si no muy extensa, sí muy apreciable.


Además del piano, Alice tocaba el arpa y el órgano, por ejemplo, y era una excelente compositora y arreglista, siempre con una vena muy espiritual. Este tema da título a uno de sus mejores discos tras muchos años sin grabar, “Translinear Light”, donde la acompañan el saxofonista Ravi Coltrane (como no, hijo de Alice y John), Charlie Haden en el bajo y Jack DeJohnette a la batería. Alice murió en 2007, sobreviviendo cuarenta años a John.


Y me voy antes de que el loro me destroce la casa.



lunes, 30 de noviembre de 2009

Cuentos de los mandarines: las plañideras


El mandarín Ku Ñao, con traje de seda y los bigotes almidonados, entró en su mandarinato con porte imperial. Allí lo recibió su discípulo, Par Di Yo.


- ¡Albricias, Maestro, la dicha embarga mi corazón al veros de nuevo! ¿Cómo os ha ido en el Congreso de Mandarines?

- ¡Ah, Par Di Yo, lepidóptero asiático! Ya sabes que a mí me gustan los Sa-Ra-Os. No hay que trabajar, abundancia de comida y licor de arroz y puedes soltar discursos grandilocuentes a diestro y siniestro. Lo único malo es que los demás creen que sus grandilocuentes discursos me interesan a mí. Pero lo bueno de tener los ojos oblicuos es que no se dan cuenta de que los tengo cerrados y estoy sobando, je, je.

- Sin duda esa es una gran ventaja, Maestro, je, je, je.

- ¿Qué insinúas, Par Di Yo, Zan-Ga-No maldito?

- ¡Nada, Maestro, nada! ¡Yo siempre os escucho con gran atención!

- ¡Ándate al Lo-Ro, Par Di Yo, que te vigilo! ¡Ya me estaba pareciendo a mí que tienes los ojos demasiado achinados incluso para ser chino!

- Ejem, Maestro, cambiando de tema, aquí tenéis los pergaminos que dan noticia del desarrollo del Congreso. Viene un artículo del mandarín Gu-Rú.

- ¡Ah, Gu-Rú, ese Gi-Li...., digooo, ese gran sabio! Dime lo que dice, Par Di Yo, que no tengo las Ga-Fás.

- Maestro, pues dice: “En las empresas no se valora la tremenda importancia del capital humano, y eso hace el trabajo de los mandarines consultores difícil. Una de nuestras más importantes misiones debe ser el hacer conscientes a los empresarios del valor estratégico de su capital humano”.

- Je, je, je, ¡así me gusta! Seguimos con el cuento chino o, como decía el sabio, vuelve la burra al trigo.

- ¿Qué queréis decir, Maestro?

- Gu-Rú desarrolla una de las funciones básicas del consultor, Par Di Yo, mosca del arroz: la de plañidera.

- ¿Plañidera, Maestro? ¿Cómo esas mujeres que pagan por ir a los entierros a llorar?

- Así es, Par Di Yo. Ya sabes que el que no llora, no Ma-Ma. De vez en cuando hay que soltar esta frasecita, que con las palabras también se cazan mirlos.

- ¿Queréis decir que no lo dice en serio, Maestro?

- Par Di Yo, tú has debido nacer en el año del Asno. ¡Y debía ser un asno bisiesto! ¿Es que no aprendes nada de todo el tiempo que llevas a mi lado, infausto patán? ¡Claro que no lo dice en serio, lo dice a ver si pican!

- Ya me olía yo a camarón chamuscado, Maestro.

- ¡Evidentemente, Bo-Ba-Li-Kón! ¡Si me dieran una moneda de oro cada vez que he oído la frasecita de marras! ¡Las pobres consultoras, misioneros del capital humano, en una cruzada intentando evangelizar a los imbéciles que dirigen las empresas para que nos den más dinero! Lo bueno es que mucha de la gente que trabaja en recursos humanos se lo cree de verdad, y eso nos conviene, Par Di Yo. Porque una cosa sí es verdad: es muy cierto que las empresas son reacias a invertir Pas-Ta en recursos humanos.

- Pero eso es lógico, Maestro. Si yo fuera responsable de cualquier empresa, serían los primeros gastos que recortaría. Porque, conociendo el percal, sé que la mayoría de proyectos de consultoría no van a aportar absolutamente nada a mi empresa. Son sólo una forma de gastar Pas-Ta.

- ¡Cierra el Pi-Co, Par Di Yo, que tienes una Bo-Ka-Za de dragón! ¡Eso es un Secreto Prohibido, y no se debe saber!

- Pero, Maestro, si las consultoras hiciéramos las cosas bien, entonces sí se invertiría, porque se vería que vale para algo. No harían falta plañideras.

- ¿Hacer las cosas bien, Par Di Yo? ¡Llevas muy apretada la coleta y te corta el riego al cerebro, dromedario del pantano! ¿No te das cuenta de que hacer las cosas bien cuesta trabajo? Es mucho mejor hacerlas mal, y luego quejarse. ¿O quieres dejar sin trabajo a las plañideras?

- Pero Maestro....

- No seas Bra-Sa, Par Di Yo. Ya está bien por hoy, que estoy cansado y voy a relajar mi mandarinez con un poco de música y unos Ku-Ba-Tas. Así que aligera, simio disecado.

- Oigo y obedezco, Maestro.


Así que esta vez Par Di Yo aprendió que más vale quejarse que dar clavo. Y sabréis que los mandarines escuchaban jazz La-Ti-No, pero a la oriental, claro está. Y como muestra de los gustos de Ku Ñao tenéis esta pieza llamada “Mambo Shin Shin”.



miércoles, 25 de noviembre de 2009

Portadas que me gustan


Dinámica portada del amigo Reid Miles para el “Rumproller”, de Lee Morgan, con pequeña foto de Francis Wolff, quién si no. De nuevo, pocos elementos y pocos colores para un resultado excelente.


“The Rumproller” no está al nivel del mítico “The Sidewinder”, también de Morgan, aunque es un disco interesante que se deja oir bien. Ahí va éste “The Lady”, composición de Rudy Stevenson. Participan Morgan a la trompeta, obviamente, Joe Henderson al saxo, Victor Sproles al bajo y Billy Higgins a la batería. El pianista es Ronnie Mathews. Ronnie murió el año pasado, a los 73 años. Si uno lo piensa, vivió la friolera de casi 40 años más que Lee, y eso que nació antes.



lunes, 23 de noviembre de 2009

Three Little Bops

Esto de ejercer de mandarín a tiempo completo va a acabar conmigo, así que me voy a relajar un rato, recordando esta joyita de la animación y el jazz. Es de 1957, aunque tiene una frescura increíble, y fue dirigida por el gran Friz Freleng. La música es de otro maestro en lo suyo, Shorty Rogers.


El doblaje me lleva de nuevo a los tiempos de la niñez, je, je. ¡Y no puedo parar de menear los pies!


jueves, 19 de noviembre de 2009

Portadas que me gustan


Esta portada es especial. No es tanto que sea de más o menos calidad, es que es tan kistch, alucinante y con ese toque machista, que no puedo quitarle los ojos de encima. El caso es que me gusta, je, je. El diseño de la misma corrió a cargo de Varon/Haas. No he podido averiguar más.


Hay que darse cuenta de que es del 56, para un sello pequeño como Dawn. “Les Modes” fueron un grupo formado por la alineación que veis, Julius Watkins, uno de los pocos trompistas (que no trompetistas) que en el jazz han sido, y probablemente el mejor; el gran saxo tenor Charlie Rouse, Gildo Mahones al piano, Martín Rivera al bajo y Ron Jefferson en la batería. ¿Que qué tal sonaban? Bueno, para juzgar ahí tenéis una muestra, con el peculiar, cálido sonido de la trompa en un clásico propio de la estación: “Autumn Leaves”. Aunque parezca primavera.



sábado, 14 de noviembre de 2009

La fuga


La puerta del despacho del doctor se abrió de golpe. Un celador, desencajado y sin aliento, casi se desplomó en el interior.


- ¡Doctor, doctor,...aggff, aggff!

- ¡Grómez! Pero, ¿qué le pasa, hombre de dios? ¿Es que viene corriendo? ¡Respire, hombre, respire!

- Doctor, aggfff, ¡cof, cof! Vengo corriendo porque....doctor,...¡Es terrible!

- ¡Vamos, Grómez! – dijo el doctor con autoridad - ¡Serénese, caramba! ¡Más presencia de ánimo! ¡Cálmese de una vez y dígame qué le pasa!

- ¡No lo entiende, doctor! ¡Se ha escapado!

- ¿Qué dice? ¿Quién se ha escapado....? – el doctor dejó la frase en suspenso, y empezó a tener una terrible corazonada - ¿No será....? ¡Dígame que no, Grómez!

- ¡Sí, doctor! Cuando abrimos su celda esta noche para darle su cena, ¡estaba vacía!


El doctor se puso pálido como un fantasma. Se levantó de su silla y empezó a andar por el despacho, presa de ansiedad.


- Grómez, ¿han registrado bien la celda? ¿Está seguro?

- ¡La hemos registrado cuatro veces, doctor! ¡Ni rastro!

- ¿Cuánto hace de todo esto, Grómez?

- Unos veinte minutos, doctor....

- ¿Veinte minutos? ¿Está usted loco, Grómez? ¿Sabe usted la distancia que puede haber recorrido en veinte minutos? ¡Podría estar en cualquier parte!

- ¡Vine lo más rápido posible, doctor!

- ¡Maldita sea! ¡Dé la alarma, de inmediato! ¡Esto es una catástrofe!

- Doctor,...

- ¡Calle! ¿No se da cuenta de que es capaz de cualquier cosa? ¡Reúna ahora mismo a todo el personal! ¡Ahora mismo! Que formen grupos de a tres, cojan linternas y vayan armados. ¡Que nadie haga idioteces, no quiero que nadie se separe de sus compañeros ni un segundo, bajo ningún concepto! Tenemos que batir todos los contornos. ¡Podría estar ya en la China! ¡Tenemos que encontrarle, cueste lo que cueste! ¡Corra!


El doctor y Grómez salieron corriendo del despacho. Empezaron a oírse voces, gritos y ruidos de pies corriendo por todo el recinto. Según pasaban los minutos, las voces se iban alejando, hasta que el lugar quedó en silencio. En ese momento, la puerta del cuarto de baño del despacho del doctor se abrió poco a poco.


¡Ñeeeeec!


Con grandes precauciones, una cabeza se asomó por la puerta. Miró a un lado, miró a otro y, tras asegurarse de que no había nadie, dijo:


- ¡Je, je, je, je!


Con cauteloso silencio, pero con endiablada velocidad, corrió, pegado a las paredes, amparándose en las sombras. El lugar estaba desierto. Alcanzó lo que buscaba, la puerta acorazada en la que se leía: “Pabellón de alta peligrosidad”. Dijo:


- ¡Je, je, je, je!


Dio dos golpes en la puerta acorazada. A los pocos segundos, dos golpes le respondieron desde el otro lado. Entonces, sacó una ganzúa, y tardó menos de un minuto en descerrajar la puerta. La abrió de un tirón, ¡Neeeec!, y un tropel de sombras la atravesó. Una de ellas dijo:


- ¿Lo veis? ¡Ya os dije que Puto Bocazas nos sacaría de aquí!

- ¡A callar! – dijo Puto Bocazas - ¡Y a correr!


Y es que el fugitivo era el malvado loro Puto Bocazas, y el lugar, el “Instituto Mulkeiji Para Loros Criminales y Chiflados”. Puto Bocazas y su banda de loros corrieron al tejado y salieron volando a escape, en dirección contraria a las linternas de los batidores. Pocos kilómetros después, se posaron en un bar donde ponían garrafón en el extrarradio de la ciudad.


- ¡Je, je, je, je! – dijo el loro Puto Bocazas - ¡Ja, ja, ja! ¡Jo, jo, jo! – dijo después, trasegando un enorme cubata - ¡Al fin libre, de nuevo! ¿Creían que podrían librarse de mí? ¡Ahora sí que la voy a armar! ¡Hermanos, cojamos los instrumentos y toquemos una canción que insufle el miedo en los corazones!


Y los loros tocaron con Puto Bocazas al frente cantando y dándole al trombón pero, como estaban bastante chiflados y trompas, más parecía una canción de cachondeo que de terror. Pero, eso sí, un cachondeo inquietante. Aunque hay que reconocerles que suenan igualito que la vieja banda de Kid Ory.


Puto Bocazas está libre otra vez. El fin del mundo está próximo.