
- ¡Puto Bocazas! – le dije a mi loro, llamado Puto Bocazas en honor a su verborrea – Esta encuesta dice que los extremeños son los más satisfechos con su trabajo.
- ¿Cómo? ¿Hay gente que está trabajando y está satisfecha? ¡Esto es una contradicción en los términos, Troglo! ¿Están chiflados esos extremeños?
- Supongo que lo normal. Pero tienes razón, resulta un poco raro eso de que estén trabajando y estén satisfechos. Yo estoy satisfecho cuando no trabajo.
- ¿Y quienes son los menos satisfechos?
- Los madrileños, por lo visto.
- ¡Hum! Aquí se plantea un dilema filosófico. ¿Son más sabios los madrileños, por reconocer que trabajar es un coñazo? ¿O lo son los extremeños, que son felices a pesar de currar? Esto requiere la opinión de un experto. Llama a Kafka.
- ¡Kafkaa! ¡KAAFKAAA!
- ¡La madre que os parió! ¿Qué pasa ahora? – dice Kafka, que estaba sobando y que parece un escarabajo enorme - ¿No sabéis que cada vez que me despierto estoy convertido en un monstruoso insecto? ¡Grrr, a mí me gustaría veros así!
- Calla ya, plasta – le digo – Qué te pasas el día sobando, y además no haces más que roncar, coño.
- ¡Yo no ronco! Lo que pasa es que hago ruido con las alas, como los grillos.
- Bueno, ¡basta de rollos! – salta Puto Bocazas – A ver, tenemos una duda metódica. Aquí dice que los extremeños son los más satisfechos con su trabajo, y los madrileños los menos. ¿Quién está más chiflado, los extremeños por gustarles trabajar, o los madrileños por trabajar encima a disgusto?
- Difícil cuestión, pardiez – dice Kafka – Comprendo que uno pueda estar más o menos satisfecho con su vida sexual, pero con el trabajo me cuadra menos. ¿La encuesta quiere decir “más satisfecho” o “menos jodio”?
- Aquí dice “más satisfecho”, pero yo creo que, leyendo entre líneas es “menos jodio” – dice el loro.
- Pues entonces, vale. – suelta Kafka-.Es como si yo te pregunto de qué manera estarás más satisfecho, con una pierna rota o con las dos. Dirás que con una, pero eso no significa que te guste. Así que, por la propiedad transitiva, madrileños y extremeños están igual de chiflados. Problema resuelto. ¿Me puedo volver al sobre?
- Oye, ¿y por qué no te vas a tu casa, hablando de todo un poco? – le digo yo.
- ¡Puf! Es una historia muy larga, mañana te la cuento.
Hay que ver qué jeta tienen los escritores checos, macho. Y esto de las encuestas es un cachondeo, a mí nunca me preguntan nada. Aunque es verdad que no soy extremeño.