miércoles, 8 de julio de 2009

Cuentos de los mandarines: el homenaje de Ku Ñao

Cierto día, se solazaba en su despacho el mandarín Ku Ñao cuando, sin previo aviso, apareció en la puerta su discípulo Par Di Yo:


- Saludos y reverencias, Maestro – dijo Par Di Yo, inclinándose hasta tocar el suelo con la frente – Disculpadme, Maestro, pero ¿os pasa algo en la boca? Parece que tuvierais más dientes de lo normal.

- ¡Porque estoy sonriendo, simio irrespetuoso! – tronó Ku Ñao - ¡Grrrr! Pero ni siquiera un Cen-To-Yo de los lagos como tú me puede chafar el día de hoy. Hoy estoy contento.

- Albricias, Maestro. ¿Y a qué se debe vuestra celestial alegría, si se permite preguntar a este gusano ignorante?

- Hoy se reconocen mis méritos, Par Di Yo, lo que no es habitual en este país de envidiosos. Sabrás, jumento del bambú, que la Asociación de Mandarines me entregará hoy la Imperial Placa que reconoce mi experiencia de cuatro lustros como mandarín.

- ¡Caramba, Maestro! ¡Cuatro lustros!

- Imagina, Par Di Yo, cuatro lustros de experiencia profesional. Veinte años dedicado a la consultoría mandarínica. ¿Sabes el valor que tiene eso, Par Di Yo?

- Er, bueno, Maestro,...depende.

- ¿Cómo que depende? ¿De qué depende, ganso imperial?

- Bueno, Maestro, yo llevo aquí más de un lustro.

- ¿Y?

- Y durante ese lustro, siempre os he visto hacer lo mismo, cada día.

- Par Di Yo, me está empezando a subir la bilis amarilla.

- Así que deduzco, Maestro, que los otros tres lustros que yo no he visto, habrán sido parecidos.

- Par Di Yo, ten cuidado, que te estás metiendo en el jardín prohibido.

- Así que yo creo más exacto decir, Maestro, no que tenéis cuatro lustros de experiencia, sino que lleváis cuatro lustros haciendo lo mismo.

- ¡Hijo de un chivo mongoloide! – rugió Ku Ñao, mientras lanzaba un pavo real de jade sobre Par Di Yo, que lo esquivó con su legendaria agilidad, nacida de la práctica - ¿Has estado fumando otra vez esas hierbas aromáticas? ¡Te voy a destinar a barrer el desierto de Gobi!

- ¡Piedad, Maestro, perdonad mi insolencia! ¡El licor de flores se apoderó de mi espíritu, no fui yo!

- ¡Grrr! ¡Por ser hoy un día especial, te vas a librar, Par Di Yo! Pero desaparece de mi vista, y di que me traigan de inmediato mi pipita de opio de todos los...¡eh, uh!¡Desaparece, tocino de primavera!

- Oigo y obedezco, Maestro.


Y así fue como Ku Ñao recibió su justo homenaje. Y los escribas lo inmortalizaron para la posteridad:


Veinte años de experiencia,

gran experiencia parece

pero, aplicando la ciencia

resulta que esta decrece.

Es un año de experiencia

¡repetido veinte veces!

13 comentarios:

Ralph dijo...

El Pardillo no sabe valorar los improbos esfuerzos que realiza el Mandarinato, se cree que los años son como los cromos, yo lo colgaría de la Gran Muralla para que aprendiera. Saludos

Armando dijo...

Muy bueno Troglo. Este Ku Ñao no fue por casualidad el que dijo que le gustaría volver a nacer pero con la experiencia acumulada al morir.

Un abrazo

Doctor Krapp dijo...

No entiendo ese actitud de Pardillo tiene que haber algo más que la simple ingesta de licores. El era el perfecto Bartleby obediente y eficaz que se limitaba a decir, "preferiría no hacerlo" pero que terminaba haciéndolo porque al fin de cuentas el sabe que algún día podrá hacer las mismas tropelías. Su actitud es manifiestamenet sospechosa quizás tenga tratos con esos muslmanes Yogures de estos días pasados o con los fieles del Dalai Lama. Otra explicación no le encuentro.

Troglo Jones dijo...

Saludos:

Ralph, es lo que tienen los Par Di Yos, son unos desagradecidos. Con la ilusión que tenía el hombre, y venir a decirle la verdad.

Armando, Ku Ñaos hay muchos. Creen que la experiencia consiste en acumular días y años. Más bien consistirá en acumular experiencias. Hay que ver que hay detrás de los años. A Ku Ñao le gustaría volver a tener 20 años, pero con el sueldo de ahora.

Abrazos a los dos.

Troglo Jones dijo...

Doctor, has entrado por la retaguardia. A veces, hasta el más Par Di Yo alcanza su límite, y tiene que desahogarse con alguna vacilada inofensiva. O quizá alguna influencia anarcoide está penetrando en su sesera. De ser así, el fin del reinado de los mandarines está próximo. Aunque no caerá esa breva.

Salud.

Esther dijo...

Jelou Troglete cómo molan tus historietas mandarínicas! Los "insultos", como tocino de primavera, son buenísimos ja ja ja ja

Mil abrazos!

pd. Hoy actúa Nicole Henry, desde Miami!!! je je, en Talavera. Iré a verla.

Troglo Jones dijo...

Hola, Esther. Es que tengo muchos años de experiencia en insultos, je, je.

Suerte con Nicole, creo que ha estado otras veces, aunque nunca la he visto. ¿No está cerquita del soul? Es muy fotogénica, je, je.

Hoy tengo tribunal mandarínico. Besos.

Mr Blogger dijo...

Genial, como siempre xDXD. I que razón tienes...

Troglo Jones dijo...

Saludos, Mister. Muchas gracias, es que hay mucho "acumulador de años" por la vida, je, je.

Salud.

Mr Blogger dijo...

¿es una i latina lo que ven mis ojos? ¿cómo pudo habérseme escapado?

Lienzo tierra dijo...

Je je je, muy bueno. Cuán sabio eres Troglo, qué haríamos sin que nos abrieses los ojos ;-)

A Mr. dále 100 latigazos por esa I...

Sebastián Mondéjar dijo...

Profunda fábula moral con fabulosa copla final, Mr. Jones. Es Vd. tan buen filósofo como poeta. Sí señor. Son muchos los que llaman experiencia al anquilosamiento.

Magníficas sus últimas "Portadas que me gustan". Sabía que más tarde o más temprano acabaría Vd. por mencionar a Mati Klarwein.

Hoy mismo le mando las fotos prometidas.

Un abrazo.

Troglo Jones dijo...

Saludos:

Mr.Blogger, yo pensé que hablabas catalán en la intimidad, je, je.

Mamen, para eso estamos, soy la pesadilla de los mandarines, je, je. Mister es que está aprendiendo idiomas.

Hombre, Sebastián. Sí, algunos piensan que la experiencia se adquiere simplemente dejando pasar el tiempo, que no hay que hacer nada especial. Creen que experiencia y edad son sinónimos. Cumplir años no tiene mérito, aprovecharlos sí.

Me alegro que te guste la étnica portada de Mati. A ver esas fotos.

Abrazos a todos.