sábado, 19 de junio de 2010

Lucidez

Al día siguiente, no murió nadie.


Así comenzaba “Las intermitencias de la muerte”, de José Saramago. Hoy, sin embargo, la muerte sigue con su trabajo y se ha llevado a mucha gente, entre otros, a José Saramago. Alguien que estoy seguro que no pretende ser un muerto más importante que ningún otro muerto. Como no quiso ser más importante que otros vivos.


Alguien me dijo una vez que Saramago siempre escribía el mismo libro. ¿Y qué otro libro se puede escribir? ¿Se puede hablar de otra cosa que no sea la dignidad, la justicia, el dolor? ¿Se puede hablar de algo que no sea el hombre? ¿Se puede hacer algo más necesario que intentar hacer ver a los ciegos?

12 comentarios:

Yahvé M. de la Cavada dijo...

Gran entrada, sí señor

jesus dijo...

al dia siguiente muchos corrieron a comprar un libro de saramago
¿corrio alguien, al dia siguiente, a comprar un disco de bill dixon?
las muertes mediaticas tienen tirón.
dicen que la muerte iguala. quiza sea asi, pero solo en el fondo.
algo es algo

kuto dijo...

Me ha encantado esta nota sobre Saramago, Un Nobel que llego a depurarse tanto como ser humano que consiguió ser mejor persona que el gran escritor que fué.... (Todo lo contrario del repugnante y advenedizo Camilo J. Cela...)

Te felicito por tu magnifico Blog

Kuto (jazz54.com)

Troglo Jones dijo...

Saludos:

Gracias, Yahvé. Aunque no te haya dicho nada he visto y leído tus posts sobre Dixon, has coincidido con Jesús, y es que no se os escapa una.

Jesús, tienes razón. Hay muertes más o menos mediáticas, y otras de las que no se entera nadie. A Saramago creo que le dieron demasiada exposición mediática. Le perjudicó, a mi juicio, que le usaran como un icono. Sólo falta que le hagan un entierro de estado, con banderitas y salvas de honor. Esperemos que no.

Saludos, Kuto. Me alegro verte por aquí, hacía tiempo que no tenía noticias, a ver si me paso por tu web. Muchas gracias por tus palabras. De Cela se han dicho muchas cosas, llega un momento que no sabes cuáles son verdad. Para su desgracia, lo mejor de su producción fue lo primero. ¿Le queda a uno algo por decir cuando ha escrito "La familia de Pascual Duarte"? Eso marca mucho.

Abrazos, y gracias a todos por comentar.

Atalaya dijo...

Lo has clavao con la última pregunta. Nada mejor que hacer, que intentar quitar esas cataratas voluntarias que todos tenemos en nuestros ojos.

Los ciegos no queremos ver, porque ver significaría un compromiso demasiado grande que nos impediría vivir lo pequeño, que es lo que nos mola. A veces, la cosa es tan desalentadora que ni lo grande ni lo pequeño interesa ya a tanto ciego.

Saramago ante todo era un hombre de una dulzura infinita, nada empalagosa, sus denuncias verbales eran como susurros, a mí me encantaba escucharlo en sus entrevistas. Estaba desencantado, pero eso no consiguió barrer su dulzura.

Me alegra esa especie de reparación que has hecho a la figura de Cela, en tu última respuesta, no creo que sea justo descalificarlo sin conocerlo. Era un provocador, un hedonista nato, un tipo que al contrario de la discreción de Saramago prefería la extravagancia y la visibilidad, pero como dices ese libro de Pascual Duarte es una maravilla. Difícil de olvidar. Aunque no es el único interesante de su producción.

Doctor Krapp dijo...

No veo nada mal que la gente corra a comprar un libro o un disco de alguien recién fallecido. Tenemos necesidad de celebrar a los muertos porque cuando lo hacemos les estamos dando una nueva oportunidad. Tras su muerte física, solo les queda el recuerdo que dejan en nosotros y la necesidad que tenemos los vivos en homenajearles es una forma de prolongar su nombre. Cuando además dejan una obra detrás es un homenaje múltiple y masivo basado en el reconocimiento de mucha gente. Ojalá los muertos anónimos tuvieran algo parecido, pero si es cuestión de igualar igualemos por de arriba, los que alcanzado la fama pueden dejar un estela detrás.
No soy un enamorado de la literatura de Saramago pero reconozco su inmenso y envidiable valor cívico.

Armando dijo...

Sólo leí el ensayo sobre la ceguera y recordando el inicio, con el narrador observando "girar" los discos de un semáforo para luego desarrollar con tanta imaginación su propuesta, pues tiene que haber también música en esa voz que nos exige ver con los ojos del espiritu. Al final como en su novela y como en días de vino y rosas, las luces seguiran alli, intermitentes, pero dejó referencias en su basta obra y actitud personal. Y si la cobertura mediática ayuda a cerrar los ojos, o abrirlos para leerlo, pues que bueno.

Un abrazo.

Esther dijo...

Estoy de acuerdo con el comentario de Jesús, pensé lo mismo. Cuando murió Pina Bausch o Louise Bourgeois, grandes entre las grandes, no se le dedicó la misma cobertura mediática. Está claro que interesa divulgar unas noticias por encima de otras y que los intereses minoritarios no interesan tanto. Poca gente se compra un disco de Bill Dixon entre otras cosas porque casi nadie sabe quién es Dixon o lo que hizo. El Jazz, la Escultura o la Danza Contemporánea tienen menos cobertura mediática. ¿Alguien sabe lo que es la danza contemporánea? Muy poca gente. Por qué será?

En cualquier caso, eso es independiente a Saramago. Descanse en paz. Y hermosa dedicatoria.

Un abrazo.

kuto dijo...

Troglo Jones.
No voy a negar el valor literario de algunos libros de Cela (estoy de acuerdo contigo en que "LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE" es una obra maestra... ) En mi comentario anterior quería referirme a ese Cela que se arrimaba al Poder y que trabajó como CENSOR en tiempos de Franco CENSURANDO las creaciones de sus colegas... Lo siento; pero pienso que ese trabajito de "las tijeras", define la condición profunda de un hombre... Ademas, llegada la Democracia, siguió siendo un tipo soberbio, distante, prepotente y grosero (con el Nobel aun mas)... Justo lo contrario que Saramago...

Troglo Jones dijo...

Saludos a todos:

Hola, Atalaya, encantodo de tenerte por aquí. Sí, somos ciegos además de paralíticos, necesitábamos su lucidez para que nos guiara. No me gusta nada la que están liando con los funerales, ya me imaginaba algo así. Cela despierta pasiones, como ves.

Doc, es cierto que al menos eso contribuye a que se vendan más libros. Espero que, además, alguno se lea. En fin, tu comentario también me sugiere alguna reflexión más profunda, que otro día comentaré con vosotros. Hoy, no, je, je.

Armando, ese libro me recuerda siempre nuestra propia ceguera. Otro buen amigo de Saramago, Ernesto Sabato (por cierto, es su cumpleaños dentro de nada) también estaba obsesionado con ese tema. En cuanto al runrún mediático, bien, yo creo que siempre es malo, de algún modo corrompe lo que toca. Pero, eso sí, sin lo mediático, no existes así que, ¿qué es peor? Chi lo sa.

Esther, es lo que tiene vivir en la sociedad del espectáculo. Hoy, por ejemplo, ha muerto Carlos Monsiváis, que también era escritor, y mucha gente no se habrá enterado, ni sabe quién es. Te confieso que, a veces, me gusta que me gusten cosas que la gente no conoce. Lo hace como más íntimo, más mío.

Saludos de nuevo, Kuto. Sí, ya te entiendo, te refieres a ese "lado oscuro" de Cela, que la verdad no conozco muy profundamente, aunque el ejercicio de la profesión de censor no me parece justificable. Era un hombre muy soberbio, eso es palmario, y tampoco a mí me caía muy bien. Así que prefiero quedarme con sus libros, los buenos, que no son todos.

Gracias a todos por enriquecer este blog con vuestros comentarios.

Lienzo tierra dijo...

Buena entrada y homenaje Troglo. En fin, qué decir que no se haya escrito ya aquí. Otro de los buenos que se va.

¿Para cuándo los malos?

Troglo Jones dijo...

Saludos, Mamen. Uf, qué semanita más mandarínica. Y lo que me queda. En fin, temo que los malos son como la mala hierba, nunca se mueren.

Besos.