Tras leer "El corazón de oro de Ku Ñao", no me resisto a dejar aquí las palabras que, muchos años después, escribió Tolstoy:
"El diablo de la filantropía pretendió que los que roban por quintales pudieran pagar en gramos a los miserables a quienes robaron y que, gracias a ello, se labraran una reputación de virtud, sin necesitar ya perfeccionarse."
Consérvate bueno.
lunes, 26 de noviembre de 2007
Muchos años después...
Etiquetas:
cuentos,
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