Pues estaba yo leyendo el periódico cuando vi una noticia que me hizo dar un salto en el sillón. Inmediatamente, llamé a mi loro, Puto Bocazas:
- ¡Puto Bocazas, ven, corre!
- ¿Qué pasa ahora? – dijo, mientras revoloteaba a mi alrededor y se me posaba en el hombro.
- ¡Mira lo que pone aquí! ¡Van a exponer el legendario saxofón de Alejandro Magno en el Museo de Ciencias Naturales!
- ¿Cómo? Dicen que ese saxofón tiene propiedades mágicas. Si lo tocas, eres como Charlie Parker y el flautista de Hamelin juntos. Se supone que tiene efectos hechizantes sobre la peña. Podríamos ser los amos del mundo, je, je. Oye, ¿y por qué está en el Museo de Ciencias Naturales?
- ¡Vaya usted a saber! Yo creo que ese Museo es como las estanterías de jazz de las tiendas. Si no sabes de qué coño es un disco, lo pones en jazz. Esto debe ser parecido. ¡Puto Bocazas, ese saxofón tiene que ser nuestro! Esta noche nos colamos en el Museo y lo afanamos. ¿Tú no tenías un primo que trabajaba allí o algo?
- ¡Qué coño trabajaba! ¡Es un papagayo que está disecado, pedazo de bestia!
- Bueno, lo que sea. Pero tú conoces ese museo, ¿a que sí?
- Sí, como soy tan cotilla, me estuve metiendo por todas las dependencias. Si algún empleado me veía, me quedaba tieso, como si estuviera disecado, y no sospechaban nada.
- ¿Y dónde pueden tener metido el saxofón de Alejandro Magno?
- Bueno, había un sótano donde tienen una caja fuerte bastante tocha, seguro que está allí.
- Pues manos a la obra. Saca los trajes de ninja, y vamos para allá.
No sé si habéis visto alguna vez un loro vestido de ninja, pero es digno de verse. Yo, en vez de katana, llevo un garrote imponente, que meto en una funda que llevo cruzada en la espalda. Así que, allá vamos…
…
- Puto Bocazas, debo reconocer mi admiración por la habilidad con que has aplicado el toque del sueño con el pico a ese segurata. Ni el mandarín Ku Ñao lo hubiera superado.
- Psst, unos añitos de entrenamiento. No tiene importancia.
- Y con este plano que le hemos mangado, no podemos fallar. A ver, tenemos que subir por aquella escalera que baja.
- ¡Tienes el plano del revés, cenutrio!
- ¿Tú no te equivocas nunca? Bueno, vamos allá. ¡Joder, qué oscuro está esto! Enfoca bien la linterna, Puto Bocazas, que me voy a partir la crisma. ¡Brrrr! ¡Qué sitio más siniestro, me estoy empezando a poner nervioso! ¿Por qué no cantas algo para insuflarnos ánimos?
- ¡♪♪ Caperucitaa ♪!
¡♪ Caperucita roja ♪♪!
¡ ♪ El día que te cojaa ♪
te voy a sacar brillooo ♪♪!
- ¿Pero qué dices, animal? ¿Quieres que nos empapelen por pornografía? ¡Los censores de Blogger nos acechan como halcones! ¡Grrrr! ¡Mira la canción que se le ocurre!
- ¿No era una canción para elevar el ánimo?
- ¡Pero no ese tipo de ánimo! Yo pensaba en el himno de la legión, o algo parecido.
- Bueno, ¿se te han pasado los nervios, no?
- Mira, eso es verdad. ¡Ay! ¿Qué hay aquí? Vaya, si es la caja fuerte, la hemos encontrado, Puto Bocazas. ¡Joder, qué grande es! A ver si encuentro la rueda de la combinación, ah, aquí está. Hum, ¡qué raro! Le doy vueltas y vueltas pero no…
- ¡Troglo! ¡La caja está aquí! ¡Eso es la nevera, le estás dando vueltas a un imán de esos de sujetar la lista de la compra, borrico!
- ¿Eh? Bueno, una mala noche la tiene cualquiera, a ello. Súbete a la caja y dime que oyes cuando giro la rueda. Dos a la derecha, tres al revés…
- Hace “clic, clic, clic”.
- ¿Y ahora?
- Ahora “clac, clac, clac”
- ¡Pues si he hecho lo mismo que antes! ¿Y ahora?
- Ahora “cloc, cloc, cloc”.
- ¡Si he vuelto a hacer lo mismo! ¡Grrr, esta caja me está vacilando, ya he perdido la paciencia! ¡Apártate, Puto Bocazas!
Entonces, desenfundo el garrote, y le arreo tal estacazo a la caja fuerte que la parto por la mitad, ante el asombro del loro.
- ¡Jobar, Troglo! ¡Qué potencia de fuego tiene ese garrote!
- Ya te digo. Fue forjado en Extremadura por el Maestro Urelio, de un nogal derribado por un meteorito. Es como la espada del rey Arturo, pero en bruto.
- ¿Y se llama también Excálibur?
- Yo lo llamó Escóñador.
- Muy propio. Bueno, a la faena. ¡Je, je, aquí está el saxofón de Alejandro Magno! ¡Mira cómo brilla!
- ¡Y qué suave va! Oye, tiene una inscripción aquí. ¿Será un sortilegio?
- ¿Una inscripción, a ver? ¡Me cago en mi calavera! ¡Qué sortilegio ni qué, pone “Hecho en Albacete”! ¡Este saxofón es más falso que el flequillo del Dioni!
¡Vaya plancha! Así que hemos salido del Museo, y nos hemos sentado a meditar en el monumento ese que parece un cubo que hay a la entrada. Había un trío de macarras, pero Puto Bocazas se ha ocupado de ellos en una actuación digna de Matrix. Es mejor no ponerse delante cuando está rebotado.
- ¡En fin, Puto Bocazas! ¡Qué faena!
- ¡Bah, qué le vamos a hacer! Para relajarnos, vamos a tocar algo. Toma, he traído un trombón de varas portátil. Y para mí, un piano de bolsillo.
- ¡Es increíble lo que te cabe debajo del ala! Oye, que se me está poniendo el organismo de Jay Jay Jonhson. ¿A ti no se te pone cuerpo de Winton Kelly?
- ¡Al lío, Troglo! “Time after time”.
¡Ay! Si no fuera por estos momentos.
- ¡Puto Bocazas, ven, corre!
- ¿Qué pasa ahora? – dijo, mientras revoloteaba a mi alrededor y se me posaba en el hombro.
- ¡Mira lo que pone aquí! ¡Van a exponer el legendario saxofón de Alejandro Magno en el Museo de Ciencias Naturales!
- ¿Cómo? Dicen que ese saxofón tiene propiedades mágicas. Si lo tocas, eres como Charlie Parker y el flautista de Hamelin juntos. Se supone que tiene efectos hechizantes sobre la peña. Podríamos ser los amos del mundo, je, je. Oye, ¿y por qué está en el Museo de Ciencias Naturales?
- ¡Vaya usted a saber! Yo creo que ese Museo es como las estanterías de jazz de las tiendas. Si no sabes de qué coño es un disco, lo pones en jazz. Esto debe ser parecido. ¡Puto Bocazas, ese saxofón tiene que ser nuestro! Esta noche nos colamos en el Museo y lo afanamos. ¿Tú no tenías un primo que trabajaba allí o algo?
- ¡Qué coño trabajaba! ¡Es un papagayo que está disecado, pedazo de bestia!
- Bueno, lo que sea. Pero tú conoces ese museo, ¿a que sí?
- Sí, como soy tan cotilla, me estuve metiendo por todas las dependencias. Si algún empleado me veía, me quedaba tieso, como si estuviera disecado, y no sospechaban nada.
- ¿Y dónde pueden tener metido el saxofón de Alejandro Magno?
- Bueno, había un sótano donde tienen una caja fuerte bastante tocha, seguro que está allí.
- Pues manos a la obra. Saca los trajes de ninja, y vamos para allá.
No sé si habéis visto alguna vez un loro vestido de ninja, pero es digno de verse. Yo, en vez de katana, llevo un garrote imponente, que meto en una funda que llevo cruzada en la espalda. Así que, allá vamos…
…
- Puto Bocazas, debo reconocer mi admiración por la habilidad con que has aplicado el toque del sueño con el pico a ese segurata. Ni el mandarín Ku Ñao lo hubiera superado.
- Psst, unos añitos de entrenamiento. No tiene importancia.
- Y con este plano que le hemos mangado, no podemos fallar. A ver, tenemos que subir por aquella escalera que baja.
- ¡Tienes el plano del revés, cenutrio!
- ¿Tú no te equivocas nunca? Bueno, vamos allá. ¡Joder, qué oscuro está esto! Enfoca bien la linterna, Puto Bocazas, que me voy a partir la crisma. ¡Brrrr! ¡Qué sitio más siniestro, me estoy empezando a poner nervioso! ¿Por qué no cantas algo para insuflarnos ánimos?
- ¡♪♪ Caperucitaa ♪!
¡♪ Caperucita roja ♪♪!
¡ ♪ El día que te cojaa ♪
te voy a sacar brillooo ♪♪!
- ¿Pero qué dices, animal? ¿Quieres que nos empapelen por pornografía? ¡Los censores de Blogger nos acechan como halcones! ¡Grrrr! ¡Mira la canción que se le ocurre!
- ¿No era una canción para elevar el ánimo?
- ¡Pero no ese tipo de ánimo! Yo pensaba en el himno de la legión, o algo parecido.
- Bueno, ¿se te han pasado los nervios, no?
- Mira, eso es verdad. ¡Ay! ¿Qué hay aquí? Vaya, si es la caja fuerte, la hemos encontrado, Puto Bocazas. ¡Joder, qué grande es! A ver si encuentro la rueda de la combinación, ah, aquí está. Hum, ¡qué raro! Le doy vueltas y vueltas pero no…
- ¡Troglo! ¡La caja está aquí! ¡Eso es la nevera, le estás dando vueltas a un imán de esos de sujetar la lista de la compra, borrico!
- ¿Eh? Bueno, una mala noche la tiene cualquiera, a ello. Súbete a la caja y dime que oyes cuando giro la rueda. Dos a la derecha, tres al revés…
- Hace “clic, clic, clic”.
- ¿Y ahora?
- Ahora “clac, clac, clac”
- ¡Pues si he hecho lo mismo que antes! ¿Y ahora?
- Ahora “cloc, cloc, cloc”.
- ¡Si he vuelto a hacer lo mismo! ¡Grrr, esta caja me está vacilando, ya he perdido la paciencia! ¡Apártate, Puto Bocazas!
Entonces, desenfundo el garrote, y le arreo tal estacazo a la caja fuerte que la parto por la mitad, ante el asombro del loro.
- ¡Jobar, Troglo! ¡Qué potencia de fuego tiene ese garrote!
- Ya te digo. Fue forjado en Extremadura por el Maestro Urelio, de un nogal derribado por un meteorito. Es como la espada del rey Arturo, pero en bruto.
- ¿Y se llama también Excálibur?
- Yo lo llamó Escóñador.
- Muy propio. Bueno, a la faena. ¡Je, je, aquí está el saxofón de Alejandro Magno! ¡Mira cómo brilla!
- ¡Y qué suave va! Oye, tiene una inscripción aquí. ¿Será un sortilegio?
- ¿Una inscripción, a ver? ¡Me cago en mi calavera! ¡Qué sortilegio ni qué, pone “Hecho en Albacete”! ¡Este saxofón es más falso que el flequillo del Dioni!
¡Vaya plancha! Así que hemos salido del Museo, y nos hemos sentado a meditar en el monumento ese que parece un cubo que hay a la entrada. Había un trío de macarras, pero Puto Bocazas se ha ocupado de ellos en una actuación digna de Matrix. Es mejor no ponerse delante cuando está rebotado.
- ¡En fin, Puto Bocazas! ¡Qué faena!
- ¡Bah, qué le vamos a hacer! Para relajarnos, vamos a tocar algo. Toma, he traído un trombón de varas portátil. Y para mí, un piano de bolsillo.
- ¡Es increíble lo que te cabe debajo del ala! Oye, que se me está poniendo el organismo de Jay Jay Jonhson. ¿A ti no se te pone cuerpo de Winton Kelly?
- ¡Al lío, Troglo! “Time after time”.
¡Ay! Si no fuera por estos momentos.
13 comentarios:
Cualquier día os hago fotos a ti y a Puto Bocazas y os saco en mi blog de jazz! je je je Y es que tenéis una marcha en el cuerpo. Menuda parejita habéis formado! Pero, por lo que veo, tocáis todos los instrumentos, no hay ninguno que se os resista.
Me encantan JJ Jonhson y Winton Kelly.
Bss a los dos.
Por cierto, ese es Puto Bocazas y su saxo? Tiene cara de pillín y gamberrete.
Hola, Esther:
Este es un retrato robot que le hizo la policia cuando mangamos el saxofón de Alejandro Magno. Ya sabes que en esos retratos no te pareces demasiado, aunque se da un aire, desde luego.
Ya nos gustaría salir en tu blog, significaría que somos músicos de jazz. JJ y Winton forman una buena pareja en "The eminent JJ Johnson". Creo que no se ha valorado lo suficiente el pedazo de músico que era Winton Kelly (se le ha valorado, pero no a nivel Olimpo).
Besos.
Jajaja, jo me he reído mucho, primero con el loro vestido de ninja, y luego con la cancioncita de Caperucita aun más, jajaja. Uff es que me lo voy imaginando escena por escena.
¡Con la de trabajo que tengooo! Por la culpa de P Bocazas mi empresa va a ir a pique, jajaja.
Qué bueno, qué bueno.
Saludos chicos!
Mamen, es que este loro tiene una amplia cultura musical. Nos han ofrecido comprarnos los derechos de la historia para hacer una película, pero Tom Cruise haría de Puto Bocazas, y no nos convence.
No te agobies mucho, total, una empresa más o menos no va a ningún lado.
Besos.
Tom Cruise! Agg!! noooo!!!
Chiquito de la Calzada le va mejor, jajajaj (es broma, es broma, no me pegues).
De acuerdo en la última frase, pero un puesto de trabajo más o menos sí que va a alguna parte.
Saludos!
¿Escoñador? joer, el nombre le va que ni pintado al garrote...
¿Tom Cruise de Puto Bocazas?... solo hay un actor capaz de hacer de puto bocazas, pero no estoy seguro de que Chuck Norris esté dispuesto a interpretar al único bicho viviente que puede intentar hacerle algo de sombra (más que nada porque es tan escurridizo que no se le puede golpear con una patada giratoria, y los mordiscos en la nariz fastidian un rato...).
Yo creo que han pensado en Tom Cruise porque es pequeñito y eso.
Mamen, es cierto que un puesto de trabajo va a algún sitio, pero no dejes tampoco que se convirta en una condena, como me pasó a mí. Hasta que dije, bueno, ¿y a santo de qué? Pero en fin, me pongo filosófico.
Mr.Blogger, el Escóñador es legendario. El Maestro Urelio lo clavó en un jamón serrano, y sólo yo pude desclavarlo, ya que a nadie se le ocurrió el procedimiento de irse comiendo el jamón alrededor hasta dejarlo suelto más que a mí. A Chuck Norris para mí que le falta un poquito de chispa para la comedia, pero nunca se sabe, ahí tienes al Schwarzenegger.
Abrazos.
Jajajajajaaja, "ir comiendo el jamón hasta dejarlo suelto", aysss si es que eres más cómico...
Y el tal arturo tirando... se cree que es como con las espaditas, que sale porque el diámetro es igual en toda la longitud de la hoja, cosa que no pasa con el garrote. Muy bueno el procedimiento de extracción. También sería muy bueno si el garrote estuviera en queso de tetilla o en atún del norte (al menos para el estómago)
A mí me ha gustado esa frase de "como las estanterías de jazz de las tiendas. Si no sabes de qué coño es un disco, lo pones en jazz", real como la vida misma.
Coincido en lo de Wynton Kelly. Si Bill Evans no le hubiera hecho sombra en 'Kind of blue' habría subido al Olimpo sin pasar por la casilla de salida, pero los críticos son muy de vestirse de ninja y nunca sabe uno si hablan en serio o de coña. Kelly vivió en una época con mucha competencia, lo que no hace sino sumarle puntos.
Lo del saxo del Magno, otra vez será. Si no, te pasas por Albacete y te haces con uno para cada uno.
Mr.Blogger, ya se sabe que lo mejor es pensar primero y luego, que tire otro. Lo de zamparme un queso de tetilla entero me da un poco de angustia. Suerte que no lo clavó en turrón de Alicante, que me dejo los piños.
Félix, sí que es real. ¡Lo que yo he visto en esas estanterias! ¡Si yo hablara! Y a mí también me costó Bill Evans, aunque ahora me gusta. Pero siempre tienes debilidades, y una de las mías es Winton.
Yo fui una vez a un trabajo en Albacete, donde dimos unas charlas en el circuito. No tenían saxofones Alejandro Magno, pero ¡cómo me puse de comer y beber, macho! Al volver me tuve que hacer una liposucción.
Abrazos.
¿oye, no te has parado a pensar que a lo mejor se lo regaló su padre Filipo antes de morir, que lo mandó a fabricar a Albacete porque los griegos no saben hacer esas cosas? Así, Alejandro Magno consiguió conquistar todo el imperio persa (que solo sabe tocar esas flautas raras que usan ellos, eso ni es música ni nada :P) tocando piezas jazzísticas con él.
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