Hoy inauguramos nuestra sección de perfiles lamentables del jazz recordando la figura del lamentable trompetista Merllyton Flurrifingers. Nacido en el Pozo del Huevo, Ohio, en 1920, desde muy pequeño mostró una total falta de talento para la música y todo lo demás. Pero Merllyton nunca se dejó arredrar por esta carencia, y no fue la única limitación que tuvo que superar en su vida.
Merllyton escogió la trompeta como instrumento, y esto pese a encontrarse con un grave inconveniente: su falta de capacidad pulmonar, que le hacía incapaz de apagar una cerilla a más de tres centímetros de distancia. Una serie de radiografías y pruebas practicadas demostraron que Flurrifingers tenía los pulmones del tamaño de los de una lombriz de tierra.
Pero nuestro hombre no se rindió, y solucionó este importante problema de forma genial, inventando lo que desde entonces se conoce como el dispositivo Flurrifingers. Conectó un fuelle de chimenea a una goma, y conectó el otro extremo de la goma a la embocadura de la trompeta. Esto le permitía, presionando el fuelle con el pie, conseguir la potencia necesaria para hacer sonar el instrumento. Este primer dispositivo experimental tenía el inconveniente de que la gente se daba cuenta de que no era él quien tocaba, sino el fuelle, que se llevaba toda la gloria y ligaba como un loco. Así que Merllyton mejoró su dispositivo, de forma que conectaba la goma al fuelle, y se introducía la misma por el ano hasta que le salía por la boca. Entonces conectaba este extremo a la embocadura y, al pisar disimuladamente el fuelle con el pie, producía el efecto de que el que tocaba era el mismo Merllyton. Esto tenía el ligero inconveniente de que no podía quitarse la trompeta de la boca en ningún momento, pero era un precio pequeño a pagar por el triunfo.
Sí, parecía que con su invento, Merllyton Flurrifingers tenía la gloria asegurada pero, como suelen decir, poco dura la alegría en casa del pobre. Resulta que Merllyton, que era un hombre muy ordenado, guardaba siempre el pijama, a toda presión, dentro de la trompeta. De esta manera no le estorbaba durante el día. Pero un mal día, se olvidó de sacarlo de la trompeta antes de la actuación, y sobrevino la catástrofe. Al apretar el fuelle, la trompeta no emitió ningún sonido, ya que el pijama arrebujado impedía la salida del aire. Merllyton se puso nervioso y apretó el fuelle con más fuerza, pero nada sucedía. Desesperado, empezó a apretar el fuelle a toda velocidad y con toda su alma, hasta que la trompeta, por la enorme presión ejercida por el aire retenido, reventó en una tremenda explosión, desintegrando a Mellyton Flurrifingers y a su adorado loro, Puto Bocazas, que estaba sentado en primera fila.
¡Qué día tan triste para el Pozo del Huevo!
Merllyton escogió la trompeta como instrumento, y esto pese a encontrarse con un grave inconveniente: su falta de capacidad pulmonar, que le hacía incapaz de apagar una cerilla a más de tres centímetros de distancia. Una serie de radiografías y pruebas practicadas demostraron que Flurrifingers tenía los pulmones del tamaño de los de una lombriz de tierra.
Pero nuestro hombre no se rindió, y solucionó este importante problema de forma genial, inventando lo que desde entonces se conoce como el dispositivo Flurrifingers. Conectó un fuelle de chimenea a una goma, y conectó el otro extremo de la goma a la embocadura de la trompeta. Esto le permitía, presionando el fuelle con el pie, conseguir la potencia necesaria para hacer sonar el instrumento. Este primer dispositivo experimental tenía el inconveniente de que la gente se daba cuenta de que no era él quien tocaba, sino el fuelle, que se llevaba toda la gloria y ligaba como un loco. Así que Merllyton mejoró su dispositivo, de forma que conectaba la goma al fuelle, y se introducía la misma por el ano hasta que le salía por la boca. Entonces conectaba este extremo a la embocadura y, al pisar disimuladamente el fuelle con el pie, producía el efecto de que el que tocaba era el mismo Merllyton. Esto tenía el ligero inconveniente de que no podía quitarse la trompeta de la boca en ningún momento, pero era un precio pequeño a pagar por el triunfo.
Sí, parecía que con su invento, Merllyton Flurrifingers tenía la gloria asegurada pero, como suelen decir, poco dura la alegría en casa del pobre. Resulta que Merllyton, que era un hombre muy ordenado, guardaba siempre el pijama, a toda presión, dentro de la trompeta. De esta manera no le estorbaba durante el día. Pero un mal día, se olvidó de sacarlo de la trompeta antes de la actuación, y sobrevino la catástrofe. Al apretar el fuelle, la trompeta no emitió ningún sonido, ya que el pijama arrebujado impedía la salida del aire. Merllyton se puso nervioso y apretó el fuelle con más fuerza, pero nada sucedía. Desesperado, empezó a apretar el fuelle a toda velocidad y con toda su alma, hasta que la trompeta, por la enorme presión ejercida por el aire retenido, reventó en una tremenda explosión, desintegrando a Mellyton Flurrifingers y a su adorado loro, Puto Bocazas, que estaba sentado en primera fila.
¡Qué día tan triste para el Pozo del Huevo!
PD: La imagen es un cuadro de Nikolai Rednichenko. Aprovechamos para mandar un saludo al sr. Erradizo, que ha salido de la cueva.
10 comentarios:
Estás completamente como una cabra... o como el mismo Merllyton Flurrifingers. Qué historieta más rocambolesca y extravagante. ¿Se te ocurren mientras trabajas? O las sueñas por las noches?
Menudo personaje ese Flurrifingers, ya sólo con el nombrecito tuvo bastante en su vida. Demostró ser muy ingenioso pero el despiste le jugó una mala pasada. Oye, y pobre Puto Bocazas, que él no había hecho nada.
y mientras triunfaba... ¿se quitaba y ponía el dispositivo todo el rato? ¿no? ¿como daba los besos con lengua? ¿se tiraba de su "apendice del culo" para no descubrir el truco? antes de seguir adelante... ¿se encerraba solo en el baño? ¿donde escondía el fuelle y el resto del aparataje? y lo más raro... como las lombrices no tienen pulmones... ¿hemos de suponer que transpiraba por la piel como estas? ¿debía hacer sus conciertos embutido en barro?
Hola, Esther:
Es cierto que estoy como una cabra, creía que era evidente la cosa. De repente, se me ocurren. Ramalazos de inspiración que no puedo parar.
Flurrifingers es un nombre fonéticamente muy musical, ¿no? Y Puto Bocazas siempre es culpable de algo.
Hola, Mr.Blogger:
Eres un listo, ¿así que buscándole defectos a la historia? ¿Insinuas que es falsa? Si hubieras estado en la cárcel, cosa que no se puede descartar, sabrías que en la boca y en el culo se puede ocultar cualquier cosa sin que te pillen. Yo una vez di una conferencia en Panamá mientras ocultaba una pierna de cordero en la boca, y nadie se dió cuenta. Y en Pozo del Huevo, Ohio, hay una especie de lombriz que tiene pulmones y orejas, se llama Lombriz Pulmonada Orejuda.
Un abrazo a los dos.
¡Cachis!
Me he perdido unos cuantos posts suyos sin comentar. ¡Es usted demasiado prolífico para mi ritmo demasiado erradizo!. Estaré más atento.
Por cierto, se descojona usted de mi por el nombre de la baronesa Pannonica de Koenigswarter y me viene con Merllyton Flurrifingers, vaya tela :).
Saludos.
Pues a mí lo que más gracia me ha hecho ha sido que guardase el pijama a presión en la trompeta, jajaja. Es que me imagino la escena.
Vaya vaya, te has cargado a Puto Bocazas para que no te reste protagonismo ¿eh?, qué sutil...
Saludos:
¡Ay, sr. Erradizo! En este mundo de constante cambio hay que estar atento a las oportunidades, je,je, qué frase consultoril. Lo de la baronesa tiene más mérito porque se llamaba así de verdad. Bienvenido de nuevo.
Mamen, ¿pues dónde guardas el pijama tú, si no usas la trompeta? Si en estas casas tan pequeñas no hay sitio.
El Puto Bocazas tiene más vidas que 007. Siempre vuelve a aparecer, como el malo de las películas.
Abrazos varios.
¿pero el malo maligno no era el Ku Ñao? tendré que releer posts.
Por cierto, ¡es verdad! y lo más curioso de todo es que tenga orejas, toda una evolución natural en los gusanos. Así puden oír y huir de los erizos, de las ratas, de las gallinas y demás predadores.
Lo de la carcel... pues no, la verdad. Y sabiendo que te pueden meter cualquiercosa por la boca o por el culo, casi mejor que no vaya ni de visita XD
Dice la leyenda que a Thelonius Monk, de joven, le cerraron la tapa del piano mientras intepretaba Para Elisa.
El alarido que pegó fue desgarrador, pero le sirvió para componer la melodía del cuarto compás de Epistrophy.
Pese al golpe, Monk no pudo mejorar su técnica, por lo que repitió, por quinta vez consecutiva, el curso de ingreso en el conservatorio de su barrio.
Mr. Blogger,
¿Malo, el Ku Ñao? Es un baluarte de nuestra economía. Y ten en cuenta que por la cárcel han pasado grandes prohombres de la patria, yo no lo descarto, aunque tenga sus inconvenientes. Un abrazo.
Saludos, Enrique. Bienvenido.
¡Qué cosas pasan! Yo escribí una historia parecida a esta, aunque mucho más disparatada, en mi línea. El lunes la cuelgo.
Saludos a todos.
Troglo, me hizo gracia lo del pijama porque yo lo hubiese guardado exactamente en el mismo sitio que Merllyton, jajaja.
Publicar un comentario