Érase una vez un empresario que tenía los cojones más grandes que la cabeza. Pero resulta que las empresas se gestionan con la cabeza, no con los cojones. Si las gestionas con los cojones, las cosas se hacen por cojones. Y, cuando las cosas se hacen por cojones, la gente suele acabar hasta los cojones de que les toquen los cojones. Así que se van, y te mandan a freír cojones. Y, así, te quedas solito en tu empresa. Bueno, solito no. Con dos cojones. Buena compañía.
Es lo que pasa cuando las razones se miden por cojones. Y, aunque no tengamos razones, nos importa tres cojones.
Sé yo de unos que en Navidad tenían 18 trabajadores. A día de hoy, 10 de aquellos ya no están. Todavía les queda la segunda mitad del año para hacer pleno. Olé sus cojones.
Es lo que pasa cuando las razones se miden por cojones. Y, aunque no tengamos razones, nos importa tres cojones.
Sé yo de unos que en Navidad tenían 18 trabajadores. A día de hoy, 10 de aquellos ya no están. Todavía les queda la segunda mitad del año para hacer pleno. Olé sus cojones.
10 comentarios:
Supongo que hablas de tu antigua empresa. No? Madrid es una ciudad con mucho movimiento y muchos cojones! je je je Podrías recoger a esos 8 trabajadores y crear otra empresa. pero esta vez sin cojones, con cabeza e inteligencia.
besotes!
Uy uy uy, cuánto cojón suelto hay por aquí. Te ha sentado mal el trabajo. Si es que nunca fue bueno trabajar demasiado.
Por cierto Esther, bienvenida y esas cosas.
Hola! pues yo creo que esa empresa era una granja de gallinas o algo (que Troglo no puede decir que es su última empresa, que luego lo pillan!)
di que si troglo, con un par.
¿Qué empresa? A mí que me registren.
Abrazos.
Hola Mamen, gracias por lo de bienvenida! Igualmente! je je Con lo bien que estaba yo por Dénia y se me ha ocurrido volver al calor, al agobio, al estrés... en fin me aguanto como todo el mundo. Y felicidades por lo del fútbol!!!!! Besotes!
Saludos again:
Esther, ya no se pueden crear cosas con cabeza. Resultarías sospechoso.
Mamen, así es la cosa. El trabajo es lo más absurdo del mundo. Lo digo en serio.
Mr.Blogger, no me lo pongas fácil con lo de las gallinas, que si llego a ser Drenas, escandalizo.
Drenas, hasta con tres.
Saludos.
Antes bien, las razones se las pasan por los cojones. Porque no tienen: ni razones ni cojones. Son sólo unos huevones. Conozco a muchos de estos 'empresarios'. Suelen ser los que acaban hundiendo las empresas.
¿Y esto no tiene nada que ver con los césares?
Yo sé de los que no tienen cojones y hacen lo mismo con los trabajadores......
Aló, Sebastián. ¡Qué gente! ¡Debe ser tan cansado tener razón siempre! ¡Y tan aburrido oírse sólo a uno mismo! Sí, suelen hundirse, es lo adaptativo, por suerte. Lo malo es que no saben por qué se han hundido.
Félix, has pasado por Rock in Rio y ni siquiera te has pagado 10 ó 12 cubatas. El loro y yo te lo tenemos en cuenta. Los césares eran gente afable e idealista. Te recomiendo "Los negocios del señor Julio César", de Bertolt Brecht.
Abrazos.
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