domingo, 17 de enero de 2010

Cuentos de los mandarines: la construcción del asentimiento

El mandarín Ku Ñao, recuperado de sus excesos gastronómicos navideños, se afilaba las largas uñas en su despacho cargado de lujos orientales cuando apareció en la puerta su discípulo, el inefable Par Di Yo.


- Saludos, Maestro. ¿Puede este humilde e ignorante patán interrumpir vuestros vitales y mandarínicos trabajos?

- ¿Qué tortura esta vez tu reducido y tortuoso cerebro, Par Di Yo, pulga de camello?

- Maestro, me preocupa la fundamentación teórica de nuestros trabajos consultoriles. ¿De donde han salido conceptos como “competencias” y similares, que son ya de aceptación universal en nuestro mundo?

- ¡Je , je, je! ¡Fundamentación teórica, dice! Par Di Yo, el nombre te está que ni pintado. Eres candoroso cual oso panda de peluche.

- Pero, Maestro, cuando un concepto está universalmente extendido y aceptado, ¿no quiere decir eso que tiene una fundamentación teórica o práctica fuerte? ¿No es la opinión universal de los mandarines garantía de validez?

- Está bien, Par Di Yo. Como veo que eres un Pe-Da-Zo de A-Do-Kín, te voy a explicar como los mandarines construyen el asentimiento.

- Ardo en deseos de saber, Maestro.

- En primer lugar, mosca del opio, eso que tú llamas “opinión universal”, no es realmente más que la opinión de un par de Cha-La-Dos.

- Confieso que no entiendo, Maestro.

- Sólo tienes que examinar cómo se crea esa opinión, Ton-Ta-I-Na agridulce. Remóntate a los orígenes. Son, a lo mejor, dos o tres mandarines los que por primera vez la plantean, ¿no es así?

- Así debe ser, Maestro.

- Y el resto del mundo fue tan benévolo de suponer que esos primeros mandarines habían examinado la cosa a fondo y sabían de lo que hablaban, ¿no?

- Eh, supongo que sí, Maestro.

- Así que otros mandarines, pensando que los primeros que la mantuvieron sabían de qué hablaban, fueron adoptando a su vez la misma opinión. Y, por su parte, a estos les creyeron muchos otros cuya indolencia les aconsejó creer mejor que comprobar. Maquiavélico cual película de chinos, ¿no crees, Par Di Yo?

- Se me pone la coleta de punta, Maestro.

- Así, día a día, el ejército de partidarios indolentes y crédulos va creciendo. Y, como la opinión tenía ya un buen número de voces a su favor, los siguientes mandarines en aproximarse a ella pensaron que sólo lo podía haber conseguido gracias a lo bien fundado de sus razones. Como has hecho tú, Pri-Ma-Ve-Ras.

- Pero, Maestro, ¿y el resto no dice nada? ¿Todo el mundo pasa por el aro?

- Par Di Yo, cuando hay suficientes voces a favor, el resto se va viendo obligado a admitir lo generalmente admitido, para no pasar por Bo-Ka-Zas que pretenden ser más listos que el mundo entero.

- Me dan escalofríos, Maestro.

- De ahí en adelante, Par Di Yo, los pocos capaces de juzgar se ven obligados a callar, y ya sólo hablan aquellos que son el mero eco de opiniones ajenas. Y así es como se construye el asentimiento y esa opinión universal, flor de loto.

- Ya veo, Maestro. Terrorífico, pero simple y eficaz. Es como un dato histórico que se encuentra en cien historiadores pero que, como acaba demostrándose, todos han copiado unos de otros.

- Exacto, Par Di Yo, veo que despierta tu aletargada Se-Se-Ra. Así que, al final, todo se reduce a la afirmación de un solo individuo, el primero que la formuló.

- ¡Por las bolas de dragón, Maestro! Así que todo el mundo prefiere creer antes que pensar.

- Eso sí que es verdad grande como la estepa mongola, Par Di Yo. Y ahora, no seas Pel-Ma-Zo, y traeme unos Ku-Ba-Tas y unas pipitas de opio, que necesito solaz y voy a escuchar algo de musica. Y repasa los pergaminos del sabio Cho-Pen-Jauer para ilustrarte. Pero no pienses demasiado, que es poco saludable.

- Oigo y obedezco, Maestro.


Así que Ku Ñao eligió para su solaz una composición del gran Charlie Chan, “Do-Na Lee” porque, además de la flauta de Jane Bunnett, la trompeta de Larry Cramer y el piano de David Virelles, entre los coros y percusiones de Los Hoyos de Santiago puede oírse también el inconfundible sonido de las cornetas chinas, lo que lleva lágrimas de emoción a los oblicuos ojos de cualquier mandarín. Y los escribas iban a recoger las enseñanzas de este cuento en los versos de rigor, pero después de escuchar la musiquita sólo les salía aquello de:


Ma-Má se fue

Ma-Má se fue

a los carnavales de Oriente, aé,

a los carnavales de Oriente, aé.




13 comentarios:

Esther dijo...

Jelou Troglete,

tenía ganas de saber algo de Ku Ñao que últimamente anda muy escondido en su despacho de lujo oriental. Lo más preocupante es que no sólo la gente no piensa, en cualquier profesión, tampoco se tiene curiosidad por las cosas. Par Di Yo por lo menos pregunta, en general la mayoría de las personas ni siquiera preguntan porque no tienen interés. Parece que nos hayan robotizado a todos.

A mi también me empieza a preocupar la fundamentación teórica de vuestro trabajo consultoril. Cualquiera os contrata ahora! ja ja ja Bueno, pero, habrán unas bases sólidas de trabajo, o no?

Hombre! Nos deleitas con uno de tus temas favoritos Donna Lee. Luego lo escucho, en un ratito. Es que ahora estoy con los amigos Art Blakey y Kenny Dorham at The Café Bohemia y no les quiero hacer un feo.

Besos de pulga amaestrada!

Troglo Jones dijo...

Jelou, Esther. Es que Par Di Yo es lo que su nombre indica, por eso sigue preguntando.

¿Bases sólidas nuestro trabajo? Sin duda. Como la astrología y ciencias así. Je, je, te gustará esa latina versión de "Dona Lee". Da recuerdos al amigo Kenny.

Besos.

Dr. Krapp dijo...

Excelente definición de la escolástica y en general del conocimiento humano. Tal como dices, los argumentos triunfan por la enorme pereza de los humanos pro estudiarlos y si es necesario refutarlos aunque a veces más que pereza, lo que hay es miedo a perder el pellejo, véase el famoso tema de la la teoría geocéntrica y lo mal que lo pasaron quienes la cuestionaron.

Lienzo tierra dijo...

"Así que todo el mundo prefiere creer antes que pensar".

Qué buena frase, es que pensar es muy trabajoso y lo que dice Krapp, eres como un bicho raro o mucho peor.

Troglo Jones dijo...

Saludos:

Pues sí, Doc, muchas veces es mejor cerrar el pico. ¿Imaginas cuántas teorías que fueron en su día la "verdad" y contra las que no se podía toser hoy están en la papelera? Eso debería hacernos aprender un poquito.

Mamen, todos caemos en ello. Mucho más si el que nos presenta la teoría nos parece de fiar, o nos cae bien, o es "de los nuestros". A veces, incluso, la voz de Pepito Grillo, o de Puto Bocazas, te dice que hay gato encerrado, pero prefieres no escuchar. ¡No se puede cuestionar todo! ¿O sí?

Abrazos.

Ralph dijo...

¿Por eso es por lo que la mayoría de los jefes siguen pensando que a más horas de trabajo más rendimiento en la empresa?

Troglo Jones dijo...

Qué va, Ralph. Eso es lo que Paul Watzlawick, que creo que era un loro, llamó una solución "clarifinante" (tan clara que es alucinante, je, je): si una cosa es buena, el doble es mejor. Pero, hombre, esto sólo es aplicable al güisqui de garrafa.

Abrazos.

Armando dijo...

Parece que pensar ya no significa nada, Troglo. Con Schoppenhahuer por lo menos uno se lo preguntaba. Ahora mejor al carnaval con ese ritmo que te adormece. Todo por culpa de Par Di Yo.

Salud

Félix Amador dijo...

Qué razón tienes en la “opinión universal” no es realmente más que la opinión de un par de Cha-La-Dos.

¿Te has fijado cuando un periodista deportivo suelta un término nuevo, como saque de banda o saque de lateral y todos los demás lo copian como si hubieran leído el diccionario de la real academia pro primera vez?

Vivimos en un país de borregos. Pensar está hasta mal visto. Menos mal que esta decadencia del espíritu humano ocurre ahora. Si llega a ocurrir hace treinta siglos, si no llega a surgir el gen de la curiosidad, ahora seríamos todos monos o, peor, seguidores de Gran Hermano.

Troglo Jones dijo...

Saludos:

Armando, yo incluso diría que, en muchos oficios, es pecado pensar. Pero ya se acerca el carnaval para que podamos dejar de pensar tanto, je, je, que cansa mucho. Voy a disfrazar al loro de Chopenjauer.

Félix, me alegro verte por aquí. Cierto, las frases más chorras hacen fortuna rápidamente, porque todos se copian unos a otros. La lástima es que el Diccionario muchos no lo han visto ni en foto. O esa opinión que te venden y te venden y te venden hasta que se convierte en verdad. En fin, que si te entran ganas de pensar, pon la tele. Mano de santo.

Abrazos.

Mr Blogger dijo...

como decían por ahí, métete en política, que ahí chupa to dios. Y claro, se meten todos a chupar como to dios. Y luego pasa lo que pasa, que la gente se sorprende y todo de que algo tan asentado y tan defendido como chupar de la teta esté mal y eso...

Troglo Jones dijo...

¿Así que buscándole aplicaciones a la política, eh? Estás obsesionado, Mr.Blogger.

Salud.

Mr Blogger dijo...

podría ser peor, podría haberme metido con el famoseo...