lunes, 7 de febrero de 2011

El diablo y el loro y viceversa

Esta historia me la contó el otro día mi loro, Puto Bocazas, así que, con toda probabilidad, es mentira, pero bueno. Dice que iba dando un tranquilo paseo cuando sintió sed y se metió en un bar a refrescarse el gaznate. Cuál no fue su sorpresa al descubrir en aquel bar, acodado en un rincón de la barra, al Demonio.

Veréis, el loro siempre ha sido conocido por sus malas compañías, por lo que él y el Demonio se tratan bastante. Así que, ni corto ni perezoso, se acercó hasta el Maligno, y le dijo:

- ¡Pero hombre, Satanás! ¿Tú por aquí? ¡Cuánto me entristezco de verte!

Claro, al Diablo no se le puede decir “cuánto me alegro de verte”, sería un insulto. En fin, a lo que iba. El Diablo dijo entonces:

- ¡Hombre, si es Puto Bocazas! Yo también me entristezco de verte. Tómate algo, que invito yo.
- Se agradece, Belcebú. Y ¿qué haces por aquí? ¿Cómo es que no estás maquinando grandes maldades, o tentando a ermitaños, o introduciendo pensamientos libidinosos en las mentes jóvenes?
- ¡No me hables! ¡Este trabajo ya no es lo que era, Puto Bocazas! Ahora hay demasiada competencia. Cualquier tontainas con un poco de mala baba se cree ya el Señor de las Moscas.
- ¿Qué me dices?
- No es broma. Entre Berlusconis, Bushes, y demás familia, me están dejando sin trabajo. ¡Todo está lleno de diablos de medio pelo, Puto Bocazas! ¡Como esos jefecillos que putean a sus empleados y se creen que son algo! ¡O esos chupatintas que deshaucían a la gente, y ya se sienten la releche! ¡O esos politiquillos que choricean, maquiavelos de vía estrecha! ¡O esos hombrecitos de negocios que te estafan! ¡Y ni siquiera tienen carrera, que yo soy Ángel Caído! ¿Eso es maldad, Puto Bocazas, eso es maldad? ¡Eso es una mierda! ¡Para hacer el Mal hay que tener clase!

Al ver al Diablo tan alterado, Puto Bocazas le dio unos golpecitos en la espalda:

- Bueno, Satán, bueno, no te pongas así. La verdad es que ya no se valora el trabajo bien hecho, tienes toda la razón. Está todo lleno de malotes de opereta, te lo reconozco. El Mal, con mayúsculas, ya no existe. Lo de ahora no tiene glamour.
- ¡Ahí, ahí iba yo! ¿Tú te crees que el Mal puede ser representado por un tío calvo, con gafas, con barriga, que firma hipotecas? ¡No me jodas!
- Se me ocurre una cosa, Pedro Botero. ¡Vamonos de juerga a montar la de dios, uy, perdón, la del diablo!
- ¿Invitas tú? – ya sabéis que, como el diablo tiene todos los defectos, también es gorrón. Paga la primera para que te confies.
- Invito yo, que le he robado la cartera a Troglo (¡Grrr! ¡Maldita sea su loruna estampa!). ¡Vamos a hacer el mal a la antigua usanza!
- ¡Je, je, je! Van a saber lo que es ser profesionales.

Por suerte, había cancelado las tarjetas, pero les dio igual, porque se fueron sin pagar de todos los sitios. Y es que ya nada es lo que era, tiene razón el Diablo. Hasta para ser malo hay que tener categoría. Yo conozco muchos diabluchos de garrafón, ¿vosotros no? Si ya lo decía Facundo Cabral.

10 comentarios:

Sebastián Mondéjar dijo...

Es cierto, Troglo..., hoy en día hasta el Mal está mal entendido. ¿Conoces 'El Diccionario del Diablo', de Ambrose Bierce? En él define Demonio como "ser cuya existencia tiene un valor inapreciable para los reporteros", y Diablo como el "propietario de todas las cosas de este mundo que merecen la pena", y transcribe esta conversación sumamente ilustrativa entre Satán y el Creador, que parece salida de tu pluma:

-Quisiera pedirte un favor.
-¿Cuál?
-Según tengo entendido, estás a punto de crear al Hombre. Necesitará leyes.
-¿Cómo osas? Tú, su adversario declarado, que odias su alma desde los albores de la eternidad, ¿te atreves a solicitar el derecho a establecer sus leyes?
-Disculpa, no me has entendido, lo que pido es que se le deje dictarlas a él mismo.

En mala hora se le ocurrió pedir ese deseo..., así que deje ya de quejarse tanto, ¿no te parece?

Un abrazo.

Doctor Krapp dijo...

Pues yo creo en la indiscutible primacía del diablo original. Creo en su competencia, en su curriculum y en su capacidad de dar respuestas personales e intransferibles a las cuestiones que pasan pos sus siniestras manos. Los otros no son más que personajillos secundarios que simplemente pierden los escrúpulos y van por la vida pisando todo lo que encuentran en beneficio de sus intereses. El Diablo tiene un status y hace de la maldad filosofía y arte, nunca se preocuparía de estos mindunguis de medio pelo.

Mr Blogger dijo...

pobrecito satanás...

Lienzo tierra dijo...

Y para continuar la lista...¡¡O esos comerciales del tres al cuarto de telefonía movil que te aplican una oferta con trampa aún cuando has dicho que NO!!

A mí Satanás siempre me ha caído bien, que no se deje ningunear por nadie. Invítale a una copa a mi salud.

Troglo Jones dijo...

Saludetes:

Sebas, me alegra verte por aquí. Un joyita ese libro de Bierce. La conversación es tan real que da miedo. La verdad es que no necesitamos al diablo para sembrar el mundo de burradas. Y oye, el diablo tiene todos los malos hábitos, así que el de ser quejica, también, je, je. A ver si nos vemos más a menudo.

Doc, te veo diabólico. Cierto, la siniestrez tiene categorías, y esos personajillos ni siquiera son malvados, sólo simples miserables. Eso me da más rabia aún, que ciertos miserablillos puedan hacer tanto daño a tanta gente.

Mister, qué musical te veo, je, je. Al menos él tiene un trabajo fijo.

Mamen, cierto es, y qué plastas son. Aunque muchos de ellos no tienen otra opción, si no lo hacen, sus jefecillos les defenestrarán. Esto es lo que hemos creado. No te preocupes, le invitaré a varias, je, je.

Abrazos per tutti.

Esther dijo...

A mi el que me cae super bien es Puto Bocazas. je je je je.

Troglo Jones dijo...

Esther, mucho cuidado, yo me fio mucho menos de él que del otro, je, je.

Besos.

Armando dijo...

¿Que va a pasar con canciones en su memoria como evil ways y otras? Troglo. Se extrañará su olor a azufre y todas su diabluras.

Saludos

Troglo Jones dijo...

Saludos, Armando. No te preocupes, no faltarán aspirantes al puesto, je, je.

Salud.

Strip Poker dijo...

Unfortunately, I can help nothing. I think, you will find the correct decision. Do not despair.