- Doctor, está aquí su cita de las cinco, el señor Miserias.
- Muy bien. Dígale que pase.
- Señor Miserias, haga el favor de pasar.
- Buenas tardes, señor Miserias. Encantado de conocerle, soy el doctor Puto Bocazas.
- Eh, encantado, doctor. Disculpe si parezco un poco sorprendido, no sabía que era usted un loro.
- Sí, le comprendo, señor Miserias, le pasa a mucha gente. Sin embargo, casi todos los grandes psiquiatras han sido loros.
- ¿Sí? Pues no recuerdo ningún psiquiatra famoso que sea un loro.
- Porque no se han dedicado a escribir chorradas. A los loros no nos gusta la fama. Bueno, hale, túmbese en el diván y cuénteme su problema.
- La verdad es que yo no creo tener ningún problema, doctor. Creo que lo que me pasa es algo bastante normal.
- ¿Y qué le pasa?
- Verá, yo soy requetedirector de operaciones, y resulta que todos mis curritos me odian.
- ¿Por algún motivo en especial?
- Bueno, supongo que soy muy exigente.
- Ajá.
- Les grito, y les presiono brutalmente.
- Ya veo.
- A veces, les acoso. Para motivarles, claro.
- Claro. ¿Algo más?
- Bueno, les engaño, les manipulo, y estimulo la competitividad salvaje entre ellos. Y si puedo, les tango en el sueldo. Básicamente, eso es todo.
- No parece muy sorprendente que le odien, señor Miserias. Yo ya le estoy empezando a odiar. ¿Y se le ha ocurrido tomar alguna decisión al respecto?
- ¿Decisión? Ya le digo que lo considero normal. Yo soy así, y comprendo que es difícil trabajar conmigo, qué le vamos a hacer.
- ¿Qué qué le vamos a hacer? Bien, hagamos un análisis psicoanalítico de su lenguaje, señor Miserias. Lo que usted dice es una cosa, y lo que expresa su subconsciente otra. Vera, cuando utiliza la frase “Yo soy así”, lo que realmente quiere decir, subconscientemente, claro, es “Yo soy un pedazo de gilipollas de antología”.
- Oiga, yo…
- No, señor Miserias, el subconsciente no engaña. Analicemos ahora la segunda frase, “Comprendo que es difícil trabajar conmigo”. El significado, clarísimo, de esta frase a la luz del psicoanálisis es “y si os molesta, os jodéis”.
- Oiga, no sé yo si esto es un análisis científico…
- ¿Aquí quién es el científico, usted o yo?
- Usted, usted, pero…
- Y por último, “qué le vamos a hacer”. Aquí, basándonos en las experiencias del insigne Lorigmund Freud, obviamente quiere usted decir, “que para eso soy el puto jefe”.
- Oiga, un momento…
- ¡Qué se calle ya, joder! ¿No se da cuenta que el subconsciente no tiene secretos para mí? Resumiendo, lo que usted de verdad ha querido decir es “Soy un pedazo de gilipollas de antología, y si os molesta os jodéis, que para eso soy el puto jefe”. Cristalino. Esta es una frase subconsciente que revela un grave trauma de la niñez, probablemente el haber sido sodomizado por un gorila durante una visita al zoo, ¿verdad?
- ¡Pero qué dice…!
- ¡No reprima ese recuerdo, señor Miserias, será mucho peor para usted! Hemos pues llegado al quid de la cuestión, a la razón última y subconsciente de que sea usted lo que es. Pero debe usted asumirlo. Repita conmigo: ¡qué asco que doy!
- No pienso…
- ¡Repítalo ahora mismo, cagonmismuertos!
- ¡Glub! ¡Qué asco que doy!
- ¡Otra vez! ¡Y más alto!
- ¡Qué asco que doy! ¡Qué asco que doy! Y ahora que lo pienso, ¡es verdad que doy asco! ¡Qué asco que doy! ¡Buuuaa!
- Bien, señor Miserias, parece que vamos llegando a algún sitio.
- Entonces, eh, no sé, ¿estoy curado?
- ¿Curado? Una desgracia humana como usted no tiene arreglo, señor Miserias. Así que afloje 200 euros por la visita, y salga de mi despacho antes de que lo infle a hostias. Y dígale a mi secretaria que le dé cita para todos los jueves a esta hora. En la próxima sesión pienso tirarle a la cabeza las obras completas de Carl Lorustav Jung.
- Pero, doctor, yo…
- ¡A callar! Yo soy así, y comprendo que es difícil trabajar conmigo, qué le vamos a hacer.
- Muy bien. Dígale que pase.
- Señor Miserias, haga el favor de pasar.
- Buenas tardes, señor Miserias. Encantado de conocerle, soy el doctor Puto Bocazas.
- Eh, encantado, doctor. Disculpe si parezco un poco sorprendido, no sabía que era usted un loro.
- Sí, le comprendo, señor Miserias, le pasa a mucha gente. Sin embargo, casi todos los grandes psiquiatras han sido loros.
- ¿Sí? Pues no recuerdo ningún psiquiatra famoso que sea un loro.
- Porque no se han dedicado a escribir chorradas. A los loros no nos gusta la fama. Bueno, hale, túmbese en el diván y cuénteme su problema.
- La verdad es que yo no creo tener ningún problema, doctor. Creo que lo que me pasa es algo bastante normal.
- ¿Y qué le pasa?
- Verá, yo soy requetedirector de operaciones, y resulta que todos mis curritos me odian.
- ¿Por algún motivo en especial?
- Bueno, supongo que soy muy exigente.
- Ajá.
- Les grito, y les presiono brutalmente.
- Ya veo.
- A veces, les acoso. Para motivarles, claro.
- Claro. ¿Algo más?
- Bueno, les engaño, les manipulo, y estimulo la competitividad salvaje entre ellos. Y si puedo, les tango en el sueldo. Básicamente, eso es todo.
- No parece muy sorprendente que le odien, señor Miserias. Yo ya le estoy empezando a odiar. ¿Y se le ha ocurrido tomar alguna decisión al respecto?
- ¿Decisión? Ya le digo que lo considero normal. Yo soy así, y comprendo que es difícil trabajar conmigo, qué le vamos a hacer.
- ¿Qué qué le vamos a hacer? Bien, hagamos un análisis psicoanalítico de su lenguaje, señor Miserias. Lo que usted dice es una cosa, y lo que expresa su subconsciente otra. Vera, cuando utiliza la frase “Yo soy así”, lo que realmente quiere decir, subconscientemente, claro, es “Yo soy un pedazo de gilipollas de antología”.
- Oiga, yo…
- No, señor Miserias, el subconsciente no engaña. Analicemos ahora la segunda frase, “Comprendo que es difícil trabajar conmigo”. El significado, clarísimo, de esta frase a la luz del psicoanálisis es “y si os molesta, os jodéis”.
- Oiga, no sé yo si esto es un análisis científico…
- ¿Aquí quién es el científico, usted o yo?
- Usted, usted, pero…
- Y por último, “qué le vamos a hacer”. Aquí, basándonos en las experiencias del insigne Lorigmund Freud, obviamente quiere usted decir, “que para eso soy el puto jefe”.
- Oiga, un momento…
- ¡Qué se calle ya, joder! ¿No se da cuenta que el subconsciente no tiene secretos para mí? Resumiendo, lo que usted de verdad ha querido decir es “Soy un pedazo de gilipollas de antología, y si os molesta os jodéis, que para eso soy el puto jefe”. Cristalino. Esta es una frase subconsciente que revela un grave trauma de la niñez, probablemente el haber sido sodomizado por un gorila durante una visita al zoo, ¿verdad?
- ¡Pero qué dice…!
- ¡No reprima ese recuerdo, señor Miserias, será mucho peor para usted! Hemos pues llegado al quid de la cuestión, a la razón última y subconsciente de que sea usted lo que es. Pero debe usted asumirlo. Repita conmigo: ¡qué asco que doy!
- No pienso…
- ¡Repítalo ahora mismo, cagonmismuertos!
- ¡Glub! ¡Qué asco que doy!
- ¡Otra vez! ¡Y más alto!
- ¡Qué asco que doy! ¡Qué asco que doy! Y ahora que lo pienso, ¡es verdad que doy asco! ¡Qué asco que doy! ¡Buuuaa!
- Bien, señor Miserias, parece que vamos llegando a algún sitio.
- Entonces, eh, no sé, ¿estoy curado?
- ¿Curado? Una desgracia humana como usted no tiene arreglo, señor Miserias. Así que afloje 200 euros por la visita, y salga de mi despacho antes de que lo infle a hostias. Y dígale a mi secretaria que le dé cita para todos los jueves a esta hora. En la próxima sesión pienso tirarle a la cabeza las obras completas de Carl Lorustav Jung.
- Pero, doctor, yo…
- ¡A callar! Yo soy así, y comprendo que es difícil trabajar conmigo, qué le vamos a hacer.
11 comentarios:
... Pienso que apretando un poquito mas al personal, Usted, Sr Miserias quedaría en la misma linea política que la Presidenta de la Comunidad de Madrid La Señoritisima Desesperanza Aguirre, y si le manda a todos a tomar por culo seria un discipulo aventajado del ex-presidente Chema Ansar... Como estas son las cualidades que la masa premiará en el futuro, seguro que podría postularse para ministro del trabajo. La Juventudes Catolcristianas le apoyan. Necesitamos gente dura como Usted, hermano.
Ademas, Tenga en cuenta que la masa elegirá como su nuevo presidente a uno que hace lo mismo que Ud.: El Señor Marianono-no Rajojoy
Lea la Biblia y a Milton Fridman hijo mío y siga progresando en sus ideas contra la chusma; Asi llegará un día en que se supere asi mismo y en vez de psicoanálisis recurra a la confesión y la abstinencia sexual, la única terapia recomendada por el Dr. Krhapps para los individuos que tienen problemas en los axones izquierdos del cerebelo derecho. Si en algo le puedo servir hijo mío te escuchare encantado en el Vaticano
Benedicto (Tu Papa frita)
PD: Miserias, Si vienes de visita traéme un Jamón de Pata negra; pero que sea de la pierna derecha de la Cospedal.
Amen.
jaaaaa ja ja ja ja qué bueno, me ha encantado! Sobre todo lo de ser sodomizado por un gorila en el zoo! je je je. Yo conozco a más de uno o una que les ha debido pasar algo parecido! je je je . Y el loro ya era hora que saliera en tus historias que lo tienes aparcado. Genial como siempre.
besitos.
Saludetes:
Kuto, te veo un poco duro con nuestra feroz lideresa y sus amigos, je, je. Nos dirigimos al Nuevo Mundo Feliz. Paz, Prosperidad y Pureza aseguradas, sólo tienes que darnos tu alma. Yo casi me bajo aquí, gracias.
Esther, es que me imagiono que eso te debe dejar marcado, je, je, je. El loro ya sabes que viene y va, no tiene horario fijo.
Abrazotes varios.
Ja ja. No te olvides de recomendarle al PB que en la tercera cita le tire el busto de bronce y el tratado completo de la loroterapia de Viktor Frankl(y).
Salud
Je, je, es una buena terapia, Armando. Si con eso no se cura, habrá que pasar al tratamiento de choque, y le haremos tragar las obras completas de López Ibor, con unos electroshocks y duchas frías de aperitivo.
Salud.
Troglo, como tu sabes siempre he sido un gran admirador de ese genial loro Puto Bocazas. No me extrañaría que en algunos días más, esté aconsejando a Rodriguez Zapatero (alias "Miseria 2") de como salir de la crísis económica actual.
Saludos
El conductismo no tiene buen prensa hoy en día después de su sobreuso por los torturadores de turno. Además una terapia tan aniquiladora no es prudente ya que en tres sesiones te cargas al cliente. Lo mejor es la táctica de la zanahoria y el palo, también llamada del poli bueno y el polo malo: uno te machaca el cráneo y otro te ofrece un cigarrillo. De esa manera puedes volver otro día a la consulta sin miedo ni remordimientos.
Kuto, ese Dr.Krhapps es un usurpador, nada más espantoso que la abstinencia sexual
Es lo que tiene la vida, todo señor miserias acaba encontrando la horma de su zapato, o el loro de turno, según se mire, que me estoy liando con lo del subconsciente ese je je je
Saludos:
Héctor, este es un loro demasiado antisistémico para que le dejen acercarse a Zapatero. Estoy seguro de que puede acabar con la crisis, pero sus recetas me temo que sean megaradicales, je, je.
Doc, una buena mano de leches está indicada en casos como el del señor Miserías, je, je. Con él habría que usar la técnica del palo y el palo. Eso, y abstinencia sexual también, que sufra.
Ralph, el subconsciente juega malas pasadas. Creo que todos tenemos un loro en lo más recóndito de nuestro cerebro, je, je. Lo malo es que consiga salir al exterior, como me pasa a mí.
Abrazotes.
¿Podría yo mandarle un paciente al Doctor P. Bocazas? Ganas me dan.
Tiene lista de espera, Mamen, je, je. Demasiado Miserias suelto.
Besos.
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