lunes, 13 de octubre de 2008

Una historia real

- Doctor, su visita de las 11 está en la sala.
- ¿Y son...?
- Los señores de los Huevos y su hijo.
- ¡Ah, sí, si! Hágales pasar, por favor. ¡Un caso interesante y prometedor!

La recepcionista salió del despacho del psiquiatra, y regresó a los pocos segundos acompañada por tres personas.

- Adelante, por favor, pasen. Doctor, los señores de los Huevos...
- ¡Señor de los Huevos, me alegro de verle de nuevo! ¡Señora de los Huevos, qué elegante! ¿Se ha cambiado de peinado? Y este debe ser su hijo.
- Buenos días, doctor – dijo, sonriendo, el señor de los Huevos.- Sí, este es nuestro hijo, Fernandito.
- ¡Encantado de conocerte, Fernandito! – dijo el doctor ofreciendo su mano al adolescente que se encontraba ante él. Sin embargo, éste ni siquiera se apercibió de su gesto.
- ¿Eh? – dijo el médico – Ah, veo que Fernandito lleva puestos los cascos a toda cera, ¿verdad?
- Si, doctor – dijo la señora de los Huevos, con una orgullosa sonrisa en el rostro – Los lleva puestos todo el día, cuando comemos en familia, incluso cuando vamos a misa, y siempre con la música más de rabiosa actualidad.
- Buena señal, buena señal – dijo el psiquiatra – Pero siéntense, por favor, siéntense. Bueno, supongo que me han traído los tests psicológicos que les pedí que realizara su hijo.
- Si, doctor, aquí los tiene – dijo la señora de los Huevos - ¡Estoy muy nerviosa, doctor!
- Tranquila, señora de los Huevos. Los resultados preliminares han sido prometedores, pero debemos asegurarnos. A ver, a ver...hum, interesante. A ver éste...sí, sí. Ajá. Bien, bien....
- ¿Qué tal, doctor, qué tal? – preguntaron los señores de los Huevos con la ansiedad pintada en el rostro.
- Señor de los Huevos, señora de los Huevos, no quiero darles falsas esperanzas, pero los resultados de los tests son excelentes...
- ¡Oh! – exclamó alborozada la señora de los Huevos.
- ...pero, antes de llegar a una conclusión definitiva, me gustaría hacerle algunas preguntas a su hijo. Por cierto, observo que lleva puestas las gafas de sol, a pesar de que en este despacho no se ve un carajo.
- Sí, doctor – respondió el señor de los Huevos – No se las quita ni para dormir.
- Bueno, bueno. Vamos a ver si podemos quitarle los cascos un momento para que le pueda preguntar, tire usted de aquel lado, yo de este, ¡op!, ya salió. Fernandito, ¿me oyes?

Fernandito miró al médico con cara de zombi resacoso, y no contestó.

- Bueno, Fernandito, sólo quiero hacerte un par de preguntas, ya sabes, cosa de asegurarse. En fin, Fernandito, ¿crees que el anarquismo es una opción política viable?

Fernandito miró al doctor como si viera un dragón con bata de cola, y dijo:

- ¿Lo qué?

El doctor sonrió, y los señores de los Huevos se mordían las uñas de nerviosismo. La señora de los Huevos no pudo reprimirse, y dijo:

- No te pongas nervioso, hijo mío, que lo estás haciendo muy bien.
- Señora de los Huevos – dijo el doctor – Por favor, no me interrumpa en este momento. Una pregunta más, Fernandito, majete. ¿Cuántos libros has leído este año?

Fernandito miró al doctor como quien ve un botijo haciendo abdominales, y dijo:

- ¿Lo qué?

El doctor sonrió de nuevo, y sacudió la cabeza afirmativamente. Los señores de los Huevos le miraban, sentados en el borde de las sillas, expectantes.

- ¿Entonces, doctor,...?
- No hay duda, señores de los Huevos. Los tests ya lo demostraban, pero he querido confirmarlo personalmente. ¡Enhorabuena! Su hijo es un gilipollas superdotado.
- ¡Dios mío, qué ilusión, un hijo supergilipollas! ¡Qué alegría! – gritó la señora de los Huevos mientras, entre lágrimas, se abrazaba a su marido.
- Sí, señora. Le repito mi enhorabuena. De hecho, su hijo es uno de los gilipollas más grandes que he visto en toda mi vida profesional, y le aseguro que he visto muchos gilipollas.

Los señores de los Huevos no cabían en si de gozo.

- Sí, señores. Un gilipollas como su hijo tiene un gran futuro por delante. Las grandes empresas se le rifarán para dirigirlas, incluso los gobiernos, quién sabe. Pero incluso un gilipollas tan grande tiene que ser estimulado, señores de los Huevos. Ya saben, sus ocho horitas de televisión diaria, nada de libros, ni cultura, ni nada que se le parezca. A su edad un gilipollas es un tierno brote, al que hay que guiar para que se convierta en un gilipollón lustroso y robusto.

Los señores de los Huevos lloraban de felicidad.

- ¡Gracias, gracias, doctor! ¡Qué alegría más grande! Nosotros, desde pequeñito, ya intuíamos que era gilipollas, pero no sabíamos hasta qué punto – dijo la señora de los Huevos.
- Bueno, bueno, tranquila, señora de los Huevos. Han sido muchas emociones. ¿Por qué no se marchan a casa, a descansar un poco? No se preocupen, estaremos en contacto para observar el desarrollo de su hijo. Señora, a sus pies. Señor de los Huevos, un placer. Adiós, Fernandito.

Pero Fernandito ya se había vuelto a poner los cascos, y no le hizo al médico ni puto caso. Sus padres sonrieron orgullosos.

- Adiós, doctor, gracias otra vez.
- Adiós, adiós, buenos días.

En cuanto la familia de los Huevos salió del despacho, el doctor se dirigió rápidamente al teléfono, lo descolgó y marcó un número. Cuando le contestaron dijo:

- ¿P.B.? Sí, soy “el Doctor”. Ahora deben estar saliendo por el portal, ¿los tienes localizados? Sí, el de los cascos y las gafas de sol, Fernandito de los Huevos. Sí, un gilipollas integral. Tan gilipollas que podría llegar incluso a Ministro, o a Presidente de Gobierno o algo así, y eso haría peligrar nuestros planes. Sí, eso es, que parezca un accidente. ¡Oye, y otra cosa! Ocúpate también de los padres. Sí, no sea que se les ocurra reproducirse otra vez. Okey. Adiós.

Y eso fue lo que pasó, más o menos.

14 comentarios:

Esther dijo...

jaaaaaaaaa ja ja ja ja ja Genial genial y genial. Tres veces. Es buenísimo. Has retratado perfectamente a los jóvenes españoles, bueno a todos no, no quiero insultarlos a todos. Has dado en la llaga más profunda.

Entro a debate??? Noooo que te dejo el blog saturado. Si te dijera lo que pienso... je je je

Te has superado. Magistral! ja ja ja Me relamo de goce. Eso sí que merece una cerveza, amigo.

Troglo Jones dijo...

Je, je, qué malvada eres, Esther. Efectivamente, no todos los jovenes son iguales, yo he trabajado con muchos excelentes. Mi post va más de gilipollas que de jóvenes. De hecho, hay gilipollas por todos los niveles de edad, je, je. Algunos, incluso,cuanto más mayores, más gilipollas, como unos que yo me sé.

A ver esa cerveza.

Unknown dijo...

troglo tio, sabes que no suelo hacer la pelota, pero me quito el sombrero, bueniiisiiimoooooooo XDDDDDDDDD

Ojalá mis hijos salgán así.

Un saludo de parte del culo

Unknown dijo...

PD: a parte de decirte otra vez que el post es genial, quería darte las gracias por subirme la moral, ahora se que puedo llegar a dominar el mundo XDDDDD

Troglo Jones dijo...

Muchas gracias, Drenas, también acepto peloteo en efectivo, je, je.

Yo creo que tus genes tienen potencial suficiente para varios Fernanditos. ¿En quién crees que me inspiré para este post, je,je? ¡Es broma, es broma, que aqui a todo se le saca punta, hasta a los culos!

Salud.

Mr Blogger dijo...

El fernandito este de los huevos es un supergilipollas... ¡si hasta queda bien decirlo y todo! :D

Troglo Jones dijo...

Cuidado, Mr.Blogger, que esto es muy contagioso.

Salud.

Anónimo dijo...

Jajajajaja. Muy bueno. Al leer el final me han entrado ganas de salir a matar gilipollas. Ay, pero mejor otro día, que ya me he puesto el pijama.

saludetes

Troglo Jones dijo...

Becaria, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, ya sabes.

Abrazos.

Mr Blogger dijo...

Cuidado becaria, si empiezas con la masacre podrías quedarte sola... sin vecinos, sin compañeros, sin...

Lienzo tierra dijo...

Jajajajajaaj, jo me he reido mucho.

Yo empezaría la masacre por algunos que tengo a mi alrededor toditos los días.

Jo qué agusto se queda uno después de escribir tanto "gilipollas" y "huevos" y esas cosas ¿no? Casi se queda uno agusto hasta de leerlo.

Muy bueno, muy bueno.

Clap, clap , clap

Troglo Jones dijo...

Salud, Mamen. Gracias por la visita y los ánimos. He de reconocer que se queda uno a gusto, sí. Deberías probarlo de vez en cuando en tu blog.

Mr.Blogger, no te metas con los amigos de la Becaria.

Saludos.

Santiago dijo...

Otra historia real:
El otro día me encontré con dos amigos de hace muchos años y estuvimos hablando los tres un buen rato.
Cuando uno de ellos se despidió y se fue el otro me dijo:
-¡Hostias, Santiago! que suerte tenemos que con los años no nos hemos vuelto unos gilipollas.

Efectivamente, el plan del doctor ha fallado completamente.
Esther, Fernandito de los Huevos lo es por parte de padre, es decir, esto viene de lejos, no es exclusivo de los jovenes ni de los viejos de ahora.
Enhorabuena Troglo por tu fino humor y acertado instinto.

Troglo Jones dijo...

Hombre, Santiago, mucho tiempo sin saber de ti. ¿Viste que subí aquel famoso tema de Clifford?

Sí, hay quien se vuelve más gilipollas con los años aunque, normalmente, ya tiene tendencia de joven. Un buen doctor localiza el menor indicio, ja, ja.

Gracias por la visita, espero verte de vuelta a las andadas.