domingo, 3 de octubre de 2010

Cuentos de los mandarines: lo pequeño es hermoso

El mandarin Ku Ñao, orgullo de Oriente, señor de la astucia, paseaba por los hermosos jardines de su mandarinato, acompañado por su discípulo Par Di Yo. Reflexionaba Ku Ñao sobre la brevedad de la existencia y la hermosura del oro, cuando su discípulo habló:

- Maestro, disculpad que este siervo interrumpa vuestras meditaciones, pero hay veces que la filosofía mandarínica me parece contradictoria.
- Par Di Yo, boniato pekinés, ya te he dicho varias veces que la contradicción es la esencia del mandarín. ¿Qué atormenta ahora tu floja sesera?
- Veréis, Maestro, antes de trabajar con vuestra mandarinez, trabajé un tiempo para el mandarín Fal-Só.
- El mandarinato Fal-Só es insignificante cual pulga en un panda, Par Di Yo.
- Lo sé, Maestro. Pero el mandarín Fal-Só siempre tuvo en su cabeza el hacer crecer al mandarinato. Sin embargo, sus acciones creo yo que eran erróneas. Lo que hacía no hacía crecer a esa compañía, antes al contrario. He aquí una contradicción, Maestro. Las acciones de Fal-Só iban en contra de sus propios intereses. ¿Era el mandarín un incompetente, Maestro?
- ¡Je, je, je! – rió Ku Ñao mientras se atusaba sus largos bigotes – Eres un Can-Di-Do, Par Di Yo. Conociendo a Fal-Só, por supuesto que era un incompetente, a qué negarlo. Pero el ser incompetente no está reñido con ser mandarín.
- De hecho, más parece una condición para serlo, Maestro.
- ¿Cómo dices, alcachofa cejijunta?
- Nada, Maestro, nada.
- Escucha y aprende, Par Di Yo. Tienes que ver más allá de lo evidente para ser un mandarín. Yerras cuando dices que las acciones de Fal-Só iban en contra de sus propios intereses. Iban en contra de los que decía que eran sus intereses, que no es lo mismo. ¿Lo Pi-Yas?
- Confieso que no, Maestro.
- Atiende, grulla ignorante. Ya hemos definido que una de las características de Fal-Só es ser incompetente. Pero, ¿qué aprecian los mandarines por encima de todo, Par Di Yo?
- ¿La Pas-Tá, Maestro?
- No, mula retardada. El poder. Eso es lo más importante. ¿Crees realmente que Fal-Só quería un mandarinato grande, con gente competente, con grandes profesionales? Tenía que decir que quería una empresa grande, profesional, blablabla, porque es lo que queda bien, pero ¿qué pasaba cada vez que teníais que cubrir una vacante, Par Di Yo?
- Maestro, yo buscaba profesionales de experiencia y enjundia.
- Pero, casualmente, Fal-Só siempre les encontraba alguna pega, ¿cierto? Y acababa entrando alguien con poca experiencia y más bien Flo-Jó, ¿a que sí?
- Me dejáis de jade, Maestro. Así era. ¿Cómo lo sabéis?
- El poder, oruga de la miel, el poder. ¿No te das cuenta de que si la compañía crece y entran buenos profesionales, el mandarín tendría que ceder poder? ¿No te das cuenta además que, al lado de buenos profesionales, la incompetencia del mandarín quedaría en evidencia? Ni hablar, Par Di Yo, el mandarín tipo Fal-Só no quiere una empresa grande, lo que quiere es su Cor-Ti-Jo, donde es cabeza de ratón y puede controlarlo todo, nadie le tose y hace lo que le da la gana. Incluso, si se le cuela alguien competente y profesional, hará todo lo posible para cargárselo.
- Así era, Maestro. Pero sigo creyendo que actuaba contra sus intereses. Una empresa mayor hubiera dado más dinero.
- ¡Bu-Rra-Das, Par Di Yo! El poder importa más que el oro, ya te lo dije. El mandarín irá contra los intereses de su propia empresa con tal de no cederlo. Y a más incompetente, más. Te daré otro ejemplo. ¿Llegasteis a tener un equipo fuerte y cohesionado?
- Alguna vez estuve a punto de conseguirlo, Maestro. Pero el mandarín Fal-Só ponía en marcha algún tipo de política que conseguía dividir a todo el mundo y que algunos dejaran la compañía. Yo lo achacaba a incompetencia o equivocación.
- ¿Equivocación? Un mandarín no se equivoca, Par Di Yo, lo hizo con toda intención. Con toda mala intención, debería decir. ¿No te das cuenta que un equipo fuerte y bien cohesionado es un contrapoder? No me interesa. Debo tener a la gente tan dividida como sea posible, y un equipo mediocre. Eso me permite seguir siendo el amo.
- Pero, Maestro, esa es una filosofía de miserables.
- ¿Cómo dices, mono de las nieves? ¿Te atreves a denostar la filosofía que ha hecho grandes a los mandarines durante siglos? Fal-Só será un inútil y su mandarinato una birria, pero no se le puede negar el alma de mandarín, infausto patán. ¡Te voy a poner a limpiarles los dientes a los dragones!
- ¡Maestro, perdonadme!
- Te libras porque estoy cansado, Par Di Yo, que es la hora de mi tercera siesta. Prepárame unos Ku-Ba-Tás para ir cogiendo el sueño.
- Oigo y obedezco, Maestro.

Y así fue como Par Di Yo comprendió que las contradicciones son aparentes, y que la miseria se puede elevar a la categoría de gestión empresarial. Y así se recoge en el libro de los escribas:

Quien es en alma pequeño
dice que tiene un gran sueño
de visiones de grandeza
más sus actos, con certeza,
nos dicen que su ambición
se resume con llaneza:
ser cabeza de ratón.

9 comentarios:

Esther dijo...

je je je je Eres un experto mandarínico, TRO-GLE-TE.

Voy preparándome esos KuBaTas para ir cogiendo el sueño y a la KaMa.

HasTa LueGo CoLa de LeÓn.

Armando dijo...

Loable espíritu de contradicción del Pardi, pero contradice tú a Ku Ñao y mejor como él y Esther, un cointreauxito o similares y a la camita.

Salud

Doctor Krapp dijo...

He recordado a dos mandarines que responden a ese modelo. Fran Kho y Zha Pha-The Roh. Al primero no le fue tan mal tenía mejores discípulos, era un Ka Brón y duró un Hue Vo. El segundo se ha cargado a todos aquello que pudieran hacerle sombra a su mandarinato y ha ido a buscar a sus subordinados a los muladares de Pekín. Comparado con éstos tipejos, Par Di Yo es la reencarnación de Confucio.

Hector Aguilera S. dijo...

Troglo siento una gran pena por Par-Di-Yo, ya que su tutor es un "Satrapa" de tomo y lomo. Le recomendaría a Par-Di-Yo, que no aspire a ser cabeza de león, porque se va a ganer el odio de Ku-Ñao.
Saludos

Troglo Jones dijo...

Saludos:

Es que el mandarinato me tiene secuestrado, Esther, je, je. No paro de ejercer de Ku Ñao. Suerte que existen los Ku Ba Tas antistress.

¿Así que un cointreausito, Armando, je, je? A mí me gustaba tomar eso de joven, tras las grandes comilonas.

Doc, la realidad supera la ficción, y más en política. De mediocres que se rodean de quien no les puede hacer sombra está el mundo lleno. Y te venden que quieren ser una multinacional y tal. A veces tardas incluso años en darte cuenta de que todo es mentira.

Hector, demasiados Par Di Yos hay en el mundo. Y cada vez más, tal como vamos. Más bien habría que aconsejarles que les estamparan un jarrón ming en la cabeza a sus Ku Ñaos.

Abrazotes.

Lienzo tierra dijo...

Cola de León??? Ejem...

Cuánta razón como siempre!!! Es que me suena todo tan familiar...

Troglo Jones dijo...

Mamen, a ver si vas a estar trabajando para Ku Ñao de verdad. Fíjate a ver si le cuelga la coleta...de león.

Abrazos.

Ralph dijo...

Puede que Mamen esté trabajando para una franquicia del mandarinato sin saberlo ;)

Troglo Jones dijo...

No lo dudes, Ralph, todos trabajamos para el mandarinato, de un modo u otro.

Salud.