De nuevo, queridos amigos, en nuestro discurrir por esos perfiles lamentables y olvidados del jazz, nos encontramos con unos pioneros incomprendidos.
Pues esto sería por la Edad Medía, el año 600 ó 700, igual el 800, por ahí, no tiene demasiada importancia porque en la Edad Media pasaba mucho tiempo que no ocurría nada interesante. Ya sabéis que, por aquel entonces, había monasterios a tutiplén, como ahora tiendas de chinos, o más. Y fue precisamente en el monasterio benburcense de San Gurrio el de la Boina donde encontramos nuestros héroes de hoy: los Gregorian Swing Brothers.
Pues, como es bien conocido, en los monasterios, los monjes se pasaban el día dando el cante gregoriano. El gregoriano está bien, pero resulta, la verdad, un poco monótono, sobre todo cuando estás dale que te pego 6 horas al día los 365 días del año, que era el caso de los monjes benburcenses.
Así que tres de estos monjes, de espíritu creativo, decidieron intentar reformar el gregoriano y darle un poquito de dinamismo. Así que los tres, el Abate Cuate, el Abate Cucufate y el Abate Contomate, se fueron a la biblioteca del convento, a estudiar libros prohibidos de música (que hay que ser lila para tener los libros prohibidos en la biblioteca, que los puede mirar cualquiera). Y dieron con la famosa quinta bemol de Quinto Bemolio, prohibida desde tiempo inmemorial. Y en el “Necromusicón” encontraron ¡la Tercera Menor!, la nota demoníaca por excelencia. Y con estos mimbres empezaron a hacer experimentos musicales: “¡OoooOoooO!”, “¡AaaaAaaaA!”, y se dieron a sí mismos el fastuoso nombre de Gregorian Swing Brothers, porque pretendían hacer gregoriano con swing. Pero esto no era suficiente, lo que necesitaban era componer un tema donde realmente pudieran dar rienda suelta a su nuevo y swingueante gregoriano.
Como casi siempre, la inspiración llegó por casualidad. Durante la romería de San Gurrio, se sacaban las imágenes de los santos a pasear en un carromato. Resultó que ese año, al no haber todavía ITV, el carromato perdió los frenos y se deslizó a toda velocidad por la cuesta hacia el pueblo, provocando el pánico en sus habitantes. Este hilarante suceso les dio al Abate Cuate, al Abate Cucufate y al Abate Contomate la idea para componer su obra maestra: “Quandum Sanctus Cagandum Letxes Van”. Como ya habréis adivinado, este es el tema que inspiró, muchos años después, a la sabiduría popular de Nueva Orleáns el famoso “When the Saints go marchin`in”. ¿Qué cosas, eh? ¡Si es que el mundo es un pañuelo!
Pero bueno, a lo que íbamos. Resulta que ese año, el 700, 800, ya os digo, al Papa Churrencio IV le dio por visitar el monasterio de San Gurrio el de la Boina. Así que los Gregorian Swing Brothers decidieron recibir al Papa con un gregoriano al nuevo estilo, para homenajearle y darse a conocer al mismo tiempo. Así que, cuando Churrencio IV entró con paso solemne en el monasterio, desde el coro los Gregorian Swing Brothers se arrancaron con el “Quandum Sanctus Cagandum Letxes Van”. Y sucedió que el Papa se quedó por un instante paralizado, y luego dijo. “¡Yeah!” (aunque lo dijo en latín), y se puso a bailar como un loco, echando las patas por alto y todo. La curia, al ver al Papa de esta guisa, creyó que estaba endemoniado, y se lanzaron todos sobre él a aplicarle una sana ración de puñetazos, que es bien sabido que es lo mejor en posesiones diabólicas.
¡Qué escándalo más grande se montó! Al Papa le cascaron un despido procedente, y tuvo que empezar otra vez su carrera desde monaguillo. Y el Gran Inquisidor, que era por aquel entonces un loro llamado Fray Bocazas, condenó a los Gregorian Swing Brothers al destierro, así que los metió en un barco y tira millas. Esto no estaba exento de mala leche, porque entonces creían que la Tierra era plana, así que Fray Bocazas esperaba que cuando llegaran al final de ese lado, se cayeran por el borde y se escoñasen.
Craso error por su parte, ya que, tras un crucero bastante largo, los tres abates llegaron a la República Dominicana (que entonces no era ni República ni Dominicana, y se llamaba “Eso de ahí”), colgaron los hábitos, porque hacía mucho calor, y se pegaron una vida de tigres.
Pues esto sería por la Edad Medía, el año 600 ó 700, igual el 800, por ahí, no tiene demasiada importancia porque en la Edad Media pasaba mucho tiempo que no ocurría nada interesante. Ya sabéis que, por aquel entonces, había monasterios a tutiplén, como ahora tiendas de chinos, o más. Y fue precisamente en el monasterio benburcense de San Gurrio el de la Boina donde encontramos nuestros héroes de hoy: los Gregorian Swing Brothers.
Pues, como es bien conocido, en los monasterios, los monjes se pasaban el día dando el cante gregoriano. El gregoriano está bien, pero resulta, la verdad, un poco monótono, sobre todo cuando estás dale que te pego 6 horas al día los 365 días del año, que era el caso de los monjes benburcenses.
Así que tres de estos monjes, de espíritu creativo, decidieron intentar reformar el gregoriano y darle un poquito de dinamismo. Así que los tres, el Abate Cuate, el Abate Cucufate y el Abate Contomate, se fueron a la biblioteca del convento, a estudiar libros prohibidos de música (que hay que ser lila para tener los libros prohibidos en la biblioteca, que los puede mirar cualquiera). Y dieron con la famosa quinta bemol de Quinto Bemolio, prohibida desde tiempo inmemorial. Y en el “Necromusicón” encontraron ¡la Tercera Menor!, la nota demoníaca por excelencia. Y con estos mimbres empezaron a hacer experimentos musicales: “¡OoooOoooO!”, “¡AaaaAaaaA!”, y se dieron a sí mismos el fastuoso nombre de Gregorian Swing Brothers, porque pretendían hacer gregoriano con swing. Pero esto no era suficiente, lo que necesitaban era componer un tema donde realmente pudieran dar rienda suelta a su nuevo y swingueante gregoriano.
Como casi siempre, la inspiración llegó por casualidad. Durante la romería de San Gurrio, se sacaban las imágenes de los santos a pasear en un carromato. Resultó que ese año, al no haber todavía ITV, el carromato perdió los frenos y se deslizó a toda velocidad por la cuesta hacia el pueblo, provocando el pánico en sus habitantes. Este hilarante suceso les dio al Abate Cuate, al Abate Cucufate y al Abate Contomate la idea para componer su obra maestra: “Quandum Sanctus Cagandum Letxes Van”. Como ya habréis adivinado, este es el tema que inspiró, muchos años después, a la sabiduría popular de Nueva Orleáns el famoso “When the Saints go marchin`in”. ¿Qué cosas, eh? ¡Si es que el mundo es un pañuelo!
Pero bueno, a lo que íbamos. Resulta que ese año, el 700, 800, ya os digo, al Papa Churrencio IV le dio por visitar el monasterio de San Gurrio el de la Boina. Así que los Gregorian Swing Brothers decidieron recibir al Papa con un gregoriano al nuevo estilo, para homenajearle y darse a conocer al mismo tiempo. Así que, cuando Churrencio IV entró con paso solemne en el monasterio, desde el coro los Gregorian Swing Brothers se arrancaron con el “Quandum Sanctus Cagandum Letxes Van”. Y sucedió que el Papa se quedó por un instante paralizado, y luego dijo. “¡Yeah!” (aunque lo dijo en latín), y se puso a bailar como un loco, echando las patas por alto y todo. La curia, al ver al Papa de esta guisa, creyó que estaba endemoniado, y se lanzaron todos sobre él a aplicarle una sana ración de puñetazos, que es bien sabido que es lo mejor en posesiones diabólicas.
¡Qué escándalo más grande se montó! Al Papa le cascaron un despido procedente, y tuvo que empezar otra vez su carrera desde monaguillo. Y el Gran Inquisidor, que era por aquel entonces un loro llamado Fray Bocazas, condenó a los Gregorian Swing Brothers al destierro, así que los metió en un barco y tira millas. Esto no estaba exento de mala leche, porque entonces creían que la Tierra era plana, así que Fray Bocazas esperaba que cuando llegaran al final de ese lado, se cayeran por el borde y se escoñasen.
Craso error por su parte, ya que, tras un crucero bastante largo, los tres abates llegaron a la República Dominicana (que entonces no era ni República ni Dominicana, y se llamaba “Eso de ahí”), colgaron los hábitos, porque hacía mucho calor, y se pegaron una vida de tigres.
Y esto fue lo que pasó, más o menos.
14 comentarios:
Escalofriante periplo el de estos Hermanos del Swing Gregoriano... ¡Así hemos salido algunos músicos!
Además de buen historiador, que lo eres, lo que más me alucina es lo bien que te documentas. Aunque claro, seguro que Puto Bocazas, que es más viejo que Matusalén, es una fuente inagotable de información. ¿Te has preguntado alguna vez si viviendo tantos años y siendo testigo de tantas épocas no será un loro vampiro? ¿Conoció a Benedicto XVI cuando era monaguillo? Ahí está la clave.
Gracias por tu lección de Historia. Es bueno irse a la cama con la sensación de saber un poco más.
Hola, Sebastián, me alegro de tenerte de vuelta por los blogs. Hombre, te diré que lo de documentarse a veces es un poco aburrido, entonces me lo invento directamente. ¿No lo hacen los telediarios? Pues yo, más.
El loro no creo que sea vampiro, aunque mala leche no le falta, yo creo que sopla tanto whisky de garrafa que el tío tiene los órganos conservados en alcohol, y está fresco cual lechuga. O a lo mejor era un antepasado suyo, porque siempre presume de árbol genealógico.
Un abrazo.
Jajajajajjeejejej
“Quandum Sanctus Cagandum Letxes Van”. Como ya habréis adivinado, este es el tema que inspiró, muchos años después, a la sabiduría popular de Nueva Orleáns el famoso “When the Saints go marchin`in”...
XDXDXDXDXD
joer, cada día me gusta más esta sección tuya de perfiles del jazz, sobre todo los realmente históricos. Si es que ya se sabe que los gregorianos es lo que tienen...
"El gregoriano está bien, pero resulta, la verdad, un poco monótono" es para hacerla frase lapidaria.
Qué bueno.
Pienso, como mr blogger que lo de los perfiles lo deberías convertir en una enciclopedia de, por lo menos, veinte tomos. Perfiles del jazz según el dr. Jones o algo así. ¿Qué te parece?
Me gusta la forma en que los monjes encuentran la clave, que es como decir la piedra filosofal que convierte la música en jazz.
Y los nombres, como siempre, geniales. ¿No has pensado hablar con el cura de la parroquia para asesorar a los padres que no sepan cómo bautizar a sus retoños? Creo que le darías color al barrio, chico.
Abate Contomate, jajjajaja
ja ja ji ja je je troglo, si no fuera por ti nuestra vida sería mucho más aburrida, y es que, sencillamente, eres un genio.
Me apunto a "eso de ahí" hoy llamado la República Dominicana. Me gusta la vida de tigre!
Como diría Peggy Lee: Bye byyyyyeeee blueees... stormy weatheeeeer.... bidubidubi duuu...
Saludos, me acabo de poner perdido de agua.
Mr.Blogger, si es que es impresionante como encuentras antecedentes de todo. Realmente, sólo existe una canción en el universo, y van haciendo versiones. Me alegra que te gusten estos perfiles rigurosamente históricos, a mí con el gregoriano me pasa lo que a ti con el jazz, que me viene grande, ja, ja.
Félix, saludos. Al paso que vamos, sacaremos una enciclopedia en breve, y me haré rico y me divorciaré del loro. Oye, con los nombres,la realidad supera a la ficción. ¿Quién puede mejorar "baronesa Pannonica de Koenigswarter"? ¿O Thelonius Monk? ¿Y qué me dices de Sun Ra y la orquesta intergaláctica? Eso sí que es tela.
Esther, vamos por buen camino, esta canción promete. Je, je, en República Dominicana llaman también "tigre" al que es sinvergonzón, aprovechado, listillo, embaucador, etc. Yo nunca me he reído más que cuando me explicaron la tipología de tigres. Un día os lo cuento. ¿Y qué tal lo de John Scofield?
Abrazos.
jojojo "Quandum Sanctus Cagandum Letxes Van" es usted un peligro, he soltado una carcajada en medio de la oficina y la gente se ha vuelto a mirarme. Aunque eso me pasa por leerle en vez de estar dando el callo.
un abrazo
Tranquilo, Sr.Erradizo, usted ya casi está a nivel mandarinal en lo suyo, y el Papa le ha concedido bula carcajeante. Pero no se pase, que ya ve que ni el Papa las tiene todas consigo.
De todas formas, quizá se hayan vuelto a mirarle por su indiscutible atractivo, ¿no cree? Es posible.
Vaya con mis bendiciones, Sr. Erradizo
jajajaja, troglo si se te ocurre despedirte del loro firmaras tu sentencia muerte, visto lo que hacían los antepasados de este antes de que se inventase el whisky de garrafón, me imagino lo que te haría puto bocazas si le presentas el divorcio :S
Drenas
Saludos, Drenas-Hominicaco, criatura:
No te fies, yo creo que tiene un lio por ahí. Lo jodío es que seguro que el cabrón se queda con el piso, en lo de los juicios no veas como controla. Y es que, al final, hay amores que matan.
Un abrazo.
Ya te creías que te ibas a librar de mí ¿¿eh?? ¡Pues no! A jorobarse.
Aunque en realidad yo te leo por P. Bocazas, no por tí, ya lo sabes.
Genial como siempre. Qué voy a comentar que no hayan comentado ya. Nunca puedo evitar reirme con tus historias.
Voy a por la otra a ver ;-).
Saluditos!
Oye, Mamen, que este comentario tuyo no lo había visto. Vienes por la retaguardia. Si quieres te dejo al loro el fin de semana, y luego me lo cuentas.
Salud.
Es que yo en casa sólo tengo Chivas, que creo que no le gusta, y temo que se pelee con mis otros loros, porque conociendo lo prepotente que es pues lo mismo me la lía. Me lo voy a pensar.
Otra cosa mariposa: creo que hay una opción por alguna parte, no sé si en el perfil o dónde, en donde puedes poner una dirección de correo para que te lleguen TODOS los comentarios que te dejan en el blog. Así si te dejan uno en una entrada del año 714, pues también te enteras.
Besitos Troglo.
Hola,Mamen, gracias a ti y a Félix por las indicaciones, sé que existe, pero es que ya si me llegan al mail si que no la clavo, así que no sé si ponerla, no sé, no sé.
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