- Oye, Troglo – me preguntó mi loro, Puto Bocazas - ¿Cuándo hay que votar?
- ¿Otra vez, Puto Bocazas? Si ya hubo votaciones hace nada. Y los americanos acaban de votar.
- ¿Y cómo dices que se llama tu presidente? ¿Calimero?
- Puto Bocazas, Calimero es el pollo ese que lleva medio huevo en la cabeza. Y será también “tu” presidente, ¿no?
- ¿Mío? Yo no le voté.
- Ni yo, no te jode.
- ¿Así que votaste al Rajoy, eh?
- ¡Yo qué coño voy a votar al Rajoy! Además, todo esto ya se lo explique una vez a Scott LaFaro. ¿Es que ni siquiera te molestas en leer los posts que publico?
- Ando un poco mal de tiempo, ya sabes.
- Si, es verdad, que los loros tenéis que dedicar 23 horas al día a trasegar whisky de garrafón.
- Sí, es nuestro metabolismo. Por cierto, me toca la dosis. Pero ¿qué whisky has comprao? “Gaitering Cogorzation”, ¡el más barato, como si lo viera! ¡Tio más rata!
- Pues pone que es de Escocia.
- Pone “Estonia”, listo. ¡Grrr! ¡Esto ni sale en la Whiskypedia!
- ¡Serás whiskypollas! ¡Si no te gusta, trae acá!
- ¡Suelta, coño, haré un esfuerzo! Bueno, a lo que ibamos. Entonces, ¿a quién votaste?
- ¡Joder, Puto Bocazas! ¿Es qué ya no te acuerdas que fuimos y le pegaste fuego a la mesa electoral?
- ¡Ah, sí! ¡Je, je, je, je, qué bueno!
- Sí, buenísimo, pero a mí me enchiqueraron quince días, y tú tan tranquilo.
- Hombre, es lo bueno de ser un loro, que eres inimputable, je, je. Oye, un momento. Ahora que lo pienso, ¿por qué yo no puedo votar?
- Eso es lo malo de ser un loro, Puto Bocazas, que eres irrepresentable, je, je. Los loros no tenéis derecho al voto.
- ¡No es justo! ¿Me marginan por ser un loro? ¡Se van a cagar!
- Puto Bocazas, ¿por qué das tanto el coñazo si, aunque tuvieras el derecho a votar, nunca votarías debido a tus anarcoides convicciones?
- ¡Porque no es justo! ¿Calimero, que es un pollo, puede ser presidente y yo no puedo votar? ¡Ni hablar!
- ¡Qué no es Calimero, cojones! Bueno, se acabó. Ya lo tienes, hala. Te cedo mi derecho al voto, para que dejes de dar la brasa.
- ¿Se puede hacer eso?
- Claro. ¿Lo quieres por escrito?
- Por favor.
- Trae acá ese papel. A ver. “Yo, Troglo Jones, con todas mis facultades mentales perturbadas, cedo mi derecho al voto al gilipollas de mi loro, Puto Bocazas”. Y la firmo, ¿ves?
- ¡Grrrr! ¿Tiene que aparecer eso de “gilipollas”?
- Es un requisito legal, Puto Bocazas, je, je. Ya puedes ir a votar, corre.
- ¿Votar yo? Ni loco, era por dar por culo un rato. Lo que voy a hacer es cargarme el sistema hasta no dejar piedra sobre piedra. ¿Te apuntas?
- Bueno, pero ponte otra rondita antes.
- Sí, que no está tan mal esto...
8 comentarios:
Jajaja, buenísma la autorización al loro.
Oye, ahora entiendo por qué los loros tienen ese sonido vocal tan desgarrado. Se pasan el día bebiendo whisky de Estonia. Y por qué los borrachos parecen loros cuando hablan.
Si es que la vida es una tómbola.
Saludos, Mamen, nunca me fallas, je, je.
Sí, los loros cuidan su voz con whisky del malo, dicen que les suaviza la garganta, je, je. También soplan tanto porque se deshidratan fácilmente.
Así es la cosa. Un abrazote.
Cada día más tacos en tus post! Eh! Vas en aumento, ya veo.
Muy buena historia! Envíame el loro a casa y a ver si me tomo una copa con él.
Besos! Ayer en el Johnny fue fabuloso. Menudo conciertazo nos vimos!
Esther, en este caso los tacos son por exigencias del guión. No pudieron evitarse. Además, la culpa la tiene el loro. Ahora no le conviene salir, que el frio le sienta mal. Hay que forrarle tanto de ropa de abrigo que al final parece una pelota de baloncesto con pico.
Yo también lo pase muy bien en el Johnny, amiga. La gente debería animarse más a los conciertos.
Besos.
Ya me parecía a mi mucho apuro por votar...
Sí, Mr., era por molestar sólo, como siempre. Si en las comunidades de vecinos puedes autorizar a otro, en las elecciones igual.
Salud.
Entonces Puto Bocazas es un antisistema, llegará lejos, intocable además, vamos que tiene todas las de ganar.
Claro, Ralph, las personas y los loros honrados no van a ser prosistema. A ver si la lia ya, que ya es hora.
Salud.
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