domingo, 30 de noviembre de 2008

El conde Lucasnorr y Patronio


Acaeció una vez que estando el conde Lucasnorr tomando el su cubata, fabló a Patronio, su consejero, en esta guisa:


- Patronio, acércate, ome, que hemos de fablar.

- Senior conde, que me place, pues e quería io, en aqueste momento, servir a los vuestros entendimientos con un enxiemplo que...

- Patronio, a aquesto iba. Eres asaz coñazo, Patronio. Hasta el mi culo estoy de que desme la brasa con tus enxiemplos. Asín que despídote. ¡Hala, hállale moraleja a aqueste asunto!

- Cagüen las mis muelas.


P.D.: Es que le cogí manía cuando lo tuve que leer en el cole.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Qué cosa es la vida

Estaba yo el otro día tomando un café (irlandés, claro) con mi amigo Mario Benedetti, cuando me dijo:


- ¡Qué cosa es la vida, Troglo!


Fijaros qué frase. Y yo me dije, si esta frase la dice Belén Esteban, todo el mundo llegará a la conclusión de que es una simple y una idiota. Pero si la dice Mario Benedetti, todo el mundo se pone a pensar en los misterios que esconde esa frase, y en todo lo que implica, y en lo profundo que es Mario Benedetti.


Así que, cuando Mario Benedetti fue un momento al servicio, aproveché para irme sin pagar y dejarle el marrón. Creo que era lo justo. Por listo.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Derecho al voto


- Oye, Troglo – me preguntó mi loro, Puto Bocazas - ¿Cuándo hay que votar?

- ¿Otra vez, Puto Bocazas? Si ya hubo votaciones hace nada. Y los americanos acaban de votar.

- ¿Y cómo dices que se llama tu presidente? ¿Calimero?

- Puto Bocazas, Calimero es el pollo ese que lleva medio huevo en la cabeza. Y será también “tu” presidente, ¿no?

- ¿Mío? Yo no le voté.

- Ni yo, no te jode.

- ¿Así que votaste al Rajoy, eh?

- ¡Yo qué coño voy a votar al Rajoy! Además, todo esto ya se lo explique una vez a Scott LaFaro. ¿Es que ni siquiera te molestas en leer los posts que publico?

- Ando un poco mal de tiempo, ya sabes.

- Si, es verdad, que los loros tenéis que dedicar 23 horas al día a trasegar whisky de garrafón.

- Sí, es nuestro metabolismo. Por cierto, me toca la dosis. Pero ¿qué whisky has comprao? “Gaitering Cogorzation”, ¡el más barato, como si lo viera! ¡Tio más rata!

- Pues pone que es de Escocia.

- Pone “Estonia”, listo. ¡Grrr! ¡Esto ni sale en la Whiskypedia!

- ¡Serás whiskypollas! ¡Si no te gusta, trae acá!

- ¡Suelta, coño, haré un esfuerzo! Bueno, a lo que ibamos. Entonces, ¿a quién votaste?

- ¡Joder, Puto Bocazas! ¿Es qué ya no te acuerdas que fuimos y le pegaste fuego a la mesa electoral?

- ¡Ah, sí! ¡Je, je, je, je, qué bueno!

- Sí, buenísimo, pero a mí me enchiqueraron quince días, y tú tan tranquilo.

- Hombre, es lo bueno de ser un loro, que eres inimputable, je, je. Oye, un momento. Ahora que lo pienso, ¿por qué yo no puedo votar?

- Eso es lo malo de ser un loro, Puto Bocazas, que eres irrepresentable, je, je. Los loros no tenéis derecho al voto.

- ¡No es justo! ¿Me marginan por ser un loro? ¡Se van a cagar!

- Puto Bocazas, ¿por qué das tanto el coñazo si, aunque tuvieras el derecho a votar, nunca votarías debido a tus anarcoides convicciones?

- ¡Porque no es justo! ¿Calimero, que es un pollo, puede ser presidente y yo no puedo votar? ¡Ni hablar!

- ¡Qué no es Calimero, cojones! Bueno, se acabó. Ya lo tienes, hala. Te cedo mi derecho al voto, para que dejes de dar la brasa.

- ¿Se puede hacer eso?

- Claro. ¿Lo quieres por escrito?

- Por favor.

- Trae acá ese papel. A ver. “Yo, Troglo Jones, con todas mis facultades mentales perturbadas, cedo mi derecho al voto al gilipollas de mi loro, Puto Bocazas”. Y la firmo, ¿ves?

- ¡Grrrr! ¿Tiene que aparecer eso de “gilipollas”?

- Es un requisito legal, Puto Bocazas, je, je. Ya puedes ir a votar, corre.

- ¿Votar yo? Ni loco, era por dar por culo un rato. Lo que voy a hacer es cargarme el sistema hasta no dejar piedra sobre piedra. ¿Te apuntas?

- Bueno, pero ponte otra rondita antes.

- Sí, que no está tan mal esto...

martes, 25 de noviembre de 2008

Levadura Johnson


Injustamente olvidado, Levadura Johnson fue al mundo del blues lo que Gandhi al del baloncesto: absolutamente nada. Sin embargo, aún hay más. Levadura es el antecedente de todos los bluesmen, aunque jamás compuso un blues. Su mérito estribó en ser una fuente de inspiración, dado que Levadura Johnson era más quejica que Calimero, y estaba todo el día lamentándose por todo. Así que los bluesmen se inspiraban en él para componer y escribir sus desgarradores temas.


¡Cómo se quejaba Levadura! Era un verdadero virtuoso. Entre sus más famosos lamentos están “Joder, qué frío”, “Puta suerte la mía” o “La madre que parió a la crisis”. Aquí tenéis un fragmento de “Joder, qué frío”, con el que estuvo todo el invierno y parte de la primavera de mil gromecientos treinta y cuatro:


Joooder, qué frío que hace

meeecago en el copoón

joooder qué frío que hace

qué frío más cabroooón


Y seguía así la cosa. Levadura empezó a quejarse precozmente el día de su primera comunión, porque le apretaban los zapatos, y siguió dando la brasa hasta los 90 años, momento en el que murió de un ataque de asco. Él no sé si descansará en paz, pero su familia, joder, qué peso se quitó de encima.


P.D.: Disculpen este disparate, pero es que hoy he estado todo el día con un asunto de los míos de mandarines, y me tenía que desahogar.

lunes, 24 de noviembre de 2008

La señora Swing

Érase una vez la orquesta de Chick Webb, fenomenal banda. Tan buena que había vencido a la de Benny Goodman en una de las por entonces famosas “batallas de bandas”. Aún así, la orquesta no acababa de dar el gran salto. Chick, ágil negociante, se devanaba la sesera: ¿cómo podían aumentar su popularidad? Y, entonces, tuvo una idea: una cantante. Eso atraería a la audiencia masculina, y les daría glamour. Así que enganchó a su vocalista de entonces, Charles Linton, y le dijo: “Ve, busca por Harlem, por donde quieras, un talento, un diamante en bruto, una cantante, y traémela”.


Linton se fue. Chick se comía las uñas de los pies de nervios. Hasta que recibió un telegrama de Charles en el que sólo había escritas dos palabras: “Ella Fitzgerald”.


Cuando Linton volvió, Chick no podía más de impaciencia. Prepararon el escenario para que la escuchara. Cuando Ella salió, a Webb se le desencajó la mandíbula...del susto.


“¿Estás chalado?” – bramó Chick Webb – “Yo quería una Lena Horne, una Billie Holiday. Esta no atrae al público masculino, ¡esta lo espanta!”.


“Bueno, Chick, sé que no es una belleza” – dijo Linton – “pero escúchala”. “¡Ni hablar!” – replicó Chick – “¡Saca eso de mi escenario!”.


Vale que Ella no era un figurín, pero Chick era un poco cabrón, sobre todo teniendo en cuenta que era un enanito de metro veinte, deformado por la tuberculosis espinal, lo que tampoco le impedía ser un batería fenomenal. “Chick” – le dijo Linton – “si la echas sin haberla escuchado...yo me voy también”.


Ante este chantaje Chick se puso furioso, pero tuvo que aguantarse. Y cuando Ella empezó a cantar, a Chick se le desencajó la mandíbula...de asombro. Acababa de conocer a la señora Swing. Allí mismo la contrató. El resto, como decía aquel, es historia.


Muchos años después os traemos a Ella en Berlín, en concierto. Era una persona muy despistada, y aquí canta “Mack the knife”, pieza muy conocida, pero que había cantado muy pocas veces. Como no podía ser de otra manera (incluso se lo advierte al público), se le olvida la letra a mitad de la canción. Cualquiera se hubiera muerto del susto. La señora Swing opta por la práctica solución de... ¡inventarse directamente la letra sobre la marcha! El cachondeo empieza cuando canta: “oh, what´s the next chorus...for this song now...” en 1:55, aproximadamente. ¡Increíble! Puso al respetable boca abajo, y convirtió esta interpretación en una leyenda.


Con ustedes la mujer que era puro swing, Ella Fitzgerald, con Paul Smith al piano, Jim Hall a la guitarra, Wilfred Middlebrooks al bajo y Gus Johnson a la batería. Que lo pasen bien.



domingo, 23 de noviembre de 2008

Ródenas X.


- El señor Ródenas X., por favor.

- Sí, enfermera, soy yo.

- ¡Señor Ródenas X., por favor!

- Sí, sí, soy yo.

- ¡¡Ródenas X.!!

- ¡Qué estoy aquí, enfermera!

- ¡Ah! ¿Es usted el señor X.? No le había visto. Pase por aquí, haga el favor.


Las palabras de la enfermera angustiaron aún más al ya angustiado Ródenas X. La enfermera le introdujo en el despacho del psiquiatra.


- Buenas tardes, doctor.


El psiquiatra no levantó la vista de sus papeles.


- ¡¡Buenas tardes!! – dijo, elevando la voz, Ródenas X. El médico dio un respingo en su silla.

- ¡Oh, perdone! No le había visto, disculpe. Siéntese, por favor. ¿Su nombre es...?

- Me llamo Ródenas X. Vera, doctor, estoy muy preocupado. Últimamente tengo una sensación rarísima, como...como si no exisitiera. Es una locura, ¿verdad?

- Calma, señor X. Relájese, vamos más despacio, le veo nervioso.

- Tiene usted razón, doctor.

- Eso está mejor, señor X. Bueno, hábleme primero un poco de usted, ¿a qué se dedica?

- Verá, soy ingeniero informático.

- ¿Cómo dice?

- Que soy ingeniero informático.

- No le entiendo, señor X.

- ¡Ingeniero informático!

- ¿Qué es eso? ¿Eso existe?

- ¡Claro que...! Bueno, la verdad es que el ministerio no define nuestras competencias. ¡Pero existe!

- ¿No tiene usted competencias?

- Pues....no.

- Entonces, usted no existe, señor X.

- ¡Claro que existo!

- ¿Sí? ¿Qué puede usted hacer? ¿Qué proyectos puede firmar?

- Yo, esto, ...verá...¡Pero estudié cinco años de carrera!

- ¿Puede demostrarlo?

- ¡Claro que puedo! Aquí tengo el título, ¿ve?

- Yo no veo nada.

- ¡Pero si se lo estoy poniendo delante de las narices!

- No se excite, señor X. ¿Dice usted que posee un título que no le otorga ninguna competencia? ¡Qué título más raro! Me temo que todo es producto de su imaginación.

- ¿De mi imaginación? ¿Cinco años de carrera?

- ¿Qué tiene usted de esos cinco años? ¿Un título que no existe y que no le faculta para hacer nada? Un guardia civil, o un churrero, podrían hacer el mismo trabajo que usted, por esa regla de tres, ¿no?

- ¡No! Bueno...legalmente, sí, ¡pero eso es culpa del gobierno!

- Vaya, vaya, interesante, señor X. ¿Manía persecutoria, eh? ¡Qué malo es el gobierno! No, señor X., utilice la lógica. Si su supuesto título no le otorga competencias, usted no tiene título. ¿Ve ese título que hay en la pared? Yo soy médico psiquiatra, porque mi título me otorga competencias. Puedo decir si la gente está loca o cuerda.

- Pero...mis cinco años...

- Ilusión, señor X. Un sueño, una alucinación, no sé. Afróntelo. Esos cinco años nunca existieron. Su título no existe. Usted no existe. Nuestro rol nos define en la vida. Si no tenemos rol, ¿qué somos? Humo. Nada.


La silla donde un segundo antes estaba Ródenas X. estaba vacia. ¿Había estado ocupada alguna vez? ¿Existió alguna vez el señor X.? El médico pulsó el botón del interfono.


- Enfermera, ¿va a hacer pasar al siguiente paciente o qué? Llevo cuarto de hora aquí sólo.


P.D.: Esta kafkiana historia va dedicada a Drenas y Mr.Blogger, para que peleen por existir. ¿Hay cosa más kafkiana que la realidad? Pero se puede cambiar.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Última hora: un loro secuestra al Santo Padre

Roma, 22 de noviembre: Hoy, a las 15:00 horas, un loro encapuchado ha irrumpido en las habitaciones del Santo Padre en la Ciudad del Vaticano. Parece que el volátil, debido a su colorido plumaje, se hizo pasar fácilmente por un guardia suizo bajito.


El loro se ha hecho fuerte en las habitaciones del Pontífice, al que retiene contra su voluntad. Canta a grandes voces “La Varsoviana”, y exige para su liberación el despido inmediato de la Paloma de la Paz, por incompetente y corrupta. Además, pide varias cajas de whisky de garrafón sin marcar.


El asalto se antoja imposible, ya que el astuto animal ha tenido la precaución de echar el pestillo por dentro. La policia está desconcertada. La Santa Sede intentó excomulgar al loro pero, debido a que los loros no tienen alma, no surtió ningún efecto. La situación es desesperada, pero no seria.


Seguiremos informando.

jueves, 20 de noviembre de 2008

El día que Gene Krupa me salvó el culo, por Benny Goodman


Buenas, soy Benny Goodman. Quería contaros una historia, una historia musical, porque hace 70 años que Gene Krupa me salvó el culo. Os recomiendo seguir la historia escuchando la música. Espero que os guste, porque no es tan fácil escaparse a contar una historia cuando uno lleva más de 20 años muerto, pero bueno, que me lío.


Pues la cosa fue así: el día que Gene Krupa me salvó el culo, mi orquesta iba a dar un concierto en Nueva York, nada menos que en el Carnegie Hall. ¿Entendéis lo que significaba esto, lameluzos? ¡El templo de la música y la cultura! Ninguna orquesta de jazz había puesto jamás sus pies allí. ¡Y nosotros íbamos a actuar, esa noche, 16 de enero del 38! Esto podía encumbrarnos definitivamente, o...mejor no pensarlo.


Así que, con los cojones de corbata (de lazo, que era la moda por entonces), salimos al escenario. Imaginaros todas las señoronas y señorones, abrigazos de visón, joyas,...la hostia en bote. Nunca nos habíamos sentido tan fuera de lugar.


En fin, allá vamos. Arrancamos con “Don’t be that way”. Desde las primeras notas ya noté que algo no funcionaba. Sonábamos como Glen Miller, como Paul Whiteman, pero mucho peor. Sonábamos como una “sweet band” de las malas.


A los 55 segundos, más o menos, empecé mi solo. Y ahí, Gene me da el primer aviso con la batería. Veréis, los músicos entendemos las notas como vosotros las palabras, para nosotros son lenguaje. Y aquel redoble de Gene significaba “¿qué coño pasa?”.


Bueno, allá que fui con mi solo, pero parecía que me habían almidonado el clarinete. Aquello sonaba insípido a más no poder. No tenía swing, no tenía ritmo. Veréis, el jazz es ritmo. Vale, es ritmo y melodía, pero sin ritmo, no es jazz. Y nosotros, aquella noche, no lo teníamos. Por suerte, teníamos a Gene Krupa.


En 1:41, harto, Gene pega otro leñazo, éste significa “¡Cabronazos!”. Los dos siguientes, os traduzco, quieren decir “¿Es que se os ha olvidado tocar swing?”. Y los golpes que da en 1:50 significan “¡Se hace así!”.


Y, a partir de aquí, ¿lo oís?, poquito a poco, empezamos a sonar de otra manera. Y, en 2:30, Gene se echa definitivamente la orquesta a la chepa. ¿Eh? ¡Escuchadnos ahora! ¡Eso es swing!


¡Tuvimos un éxito descomunal! Y ese fue el día en que Gene Krupa me salvó el culo. Si alguna vez os pasa lo mismo, pues ya sabéis lo que hay que hacer.


P.D.: Sí, ya sé que tuvimos algunos problemas de celillos pero, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. ¡Es que encima era más guapo que yo, coño!



miércoles, 19 de noviembre de 2008

Cerrado por huelga



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domingo, 16 de noviembre de 2008

Jarry Potas y la estafa descomunal

¡Señoras y señores! Desde el Gran Teatro de Washington, el mago de magos, el único, el sensacional Jarry Potas, con el más increíble de sus trucos del almendruco: ¡la refundación del capitalismo! ¡Tachán, tatachán!


- ¡Uuaah! ¡Bravoo! ¡Plas, plas, plas!


Aplausos atronadores mientras sale a escena el gran Jarry Potas. Lleno hasta la bandera (de Estados Unidos). La reventa ha hecho su agosto. Algunos han tenido que llamar a su primo, el de Zumosol, para que les consiga una entrada. Pero, ¡silencio! El gran Jarry comienza su espectáculo del gran birlibirloque.


- ¡Gracias, señoras y señores, muchas gracias! Me embarga la alegría al compartir con ustedes este espectáculo, que debo decir, sin falsa modestia, es el culmen de mi carrera como mago. Esta noche verán ustedes cosas que nunca pudieron imaginar que podrían ocurrir. De esta crisis, con mi chistera mágica, saldrá el capitalismo ¡refundado!

- ¡Aah! ¡Aahh! ¡Bravo! ¡Queremos un hijo tuyo!

- Calma, señoras y señores. Ahora necesito un poco de silencio, que peligra la vida del artista. Pensarán ustedes que el capitalismo está hecho una puta mierda y hay que tirarlo. ¡Nada más lejos de la realidad! Eso sí, ya no valen las reparaciones de chapa y pintura habituales, estilo Pepe Gotera y Otilio. Ahora necesitamos ¡milagros! ¡Y para eso estoy yo aquí!

- ¡Aah! ¡Aahh! ¡Bravo! ¡Queremos milagros, sí, sí!

- Si, señoras y señores, conmigo, lo imposible se hace realidad. Ustedes, hasta ahora, se decían, ¿una intervención financiera a gran escala del estado? Ces’t ne pas posible! Pues, observen, nada por aquí, nada por allá, ¡alehop! ¡Los estados meten pasta por un tubo y se hacen accionistas!

- ¡Aah! ¡Aahh! ¡Bravo! ¡Plas, plas, plas! ¡Más, más!

- Y ustedes pensarán, señoras y señores: “desafía las leyes de la lógica, no puede ser, que a aquellos que ya se han pulido el manso, que siguen presentando beneficios récord y que han arruinado un montón de peña, se les dé encima más pasta”. Pero, señoras y caballeros, ¿qué puede hacer la lógica contra la magia? Un toque de mi varita y ¡voila! ¡miles de kilazos para los banqueros!

- ¡Aah! ¡Aahh! ¡Bravo! ¡Fenómeno! ¡Viva tu madre!

- Y es que llevábamos 50 años sin una crisis, señoras y caballeros. ¿Cómo? ¿Que algunos de ustedes se acuerdan de la del 93? ¿Y del ostión de los tigres asiáticos? ¿Y del corralito y la crisis argentina? Pues, ¡halehop! les sopló mis polvos de olvido y se acabó, a ser felices. ¡Fffflusss!

- ¡Aah! ¡Aahh! ¡Cojonudo! ¡Échanos más polvos del olvido!

- Y ustedes dirán, señoras y señores, “si no hay pasta para acabar con el hambre en el mundo, ni para terminar con enfermedades curables, ¿cómo van a encontrar la pasta para dársela a estos tíos?” ¡Ah, la magia, señoras y caballeros! Unos acordes de mi flauta mágica, y el dinero sale de sus bolsillos y va, dócilmente, al de los grandes señores de la pasta. ¡Tirulirutirori!

- ¡Aah! ¡Aahh! ¡Bravo! ¡Quítanos más! ¡Plas, plas, plas!

- Y ahora, ¡el más difícil todavía, damas y caballeros! Con un pase mágico, poniendo en contribución todas mis energías, voy a convertir a los mismos hijos de puta, cleptómanos y sinvergüenzas que nos han llevado a esta situación y que siempre juraron sobre la mano incorrupta del mercado...¡Atención! ¡Tarrantarrantantan (redoble de tambores)! ¡Los voy a convertir en nuestros salvadores y en adalides del control!

- ¡Oh! ¡Ah! ¡Uh! ¡No es posible!

- Todo es posible para mí, damas y caballeros. Sólo tengo que concentrarme, ¡mmmmmm! Y ahora la palabra mágica....¡COJONISZIÓN! ¡Y aquí los tienen, señoras y señores, hablando de la “moralización” y los “abusos”!

- ¡Aah! ¡Aahh! ¡Bravo! ¡Bravísimo! ¡La hostia! ¡Milagro, milagro!

- Muchísimas gracias, señoras y señores. Lo que han visto aquí esta noche ha sido magia. Porque la magia existe, siempre que haya gilipollas que se la crean. Gracias de nuevo, han sido un público magnífico. Y recuerden, váyanse a casa y no piensen, los magos tenemos la situación bajo control. Ahora, si me disculpan, voy a echar la pota, que la magia financiera tiene efectos secundarios.

- ¡Aah! ¡Aahh! ¡Bravo! ¡Plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas!


Telón.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Pee Wee Russell

Hoy, jazz. Ya que lo comenté con el amigo Sebastián hace unos días, hablemos del clarinetista Pee Wee Russell.


Y hasta viene a cuento en estas épocas de elecciones imperiales porque ¿sabéis cuál fue la última actuación de Pee Wee Russell? En el baile inaugural celebrado por el presidente electo de entonces, Richard Nixon, en enero del 69 (ojo a los chistecitos). No está probado que Nixon le echara el aliento, pero lo cierto es que murió menos de un mes después, el 15 de febrero. Esperemos que Obama cuente con Bustamante, o con Paulina Rubio.


Pee Wee Russell, el “payaso triste”, era un personaje de un estilo musical (y personal) indefinible: estrambótico, oblicuo, sorprendente, extravagante, impredecible, cubista, y demás cosas raras. Aún a día de hoy, hay personas que opinan que Pee Wee no es que tuviera un concepto del “swing” original...es que, simplemente, no sabía tocar el clarinete. Cuentan que al gran Coleman Hawkins, allá por los 60, le dijeron que Pee Wee estaba tocando “muy moderno”. “¿Moderno? ¡Si toca como siempre!” respondió Hawk. ¡Y lo increíble es que era cierto! El tipo tocaba con Eddie Condon (ojo a los chistecitos) o con Thelonius Monk, y encajaba igual de bien. Sólo un tío tan raro como Pee Wee, o alguien que no supiera tocar el clarinete, sería capaz de esto.


El gran problema de Pee Wee fue que no tenía freno dándole al frasco, carrasco. Esto le provocó serios problemas de curro y de salud, y a punto estuvo de palmar más de una vez. Su mujer, Mary, fue un tremendo apoyo para él, y siempre conseguía sacarle del hoyo. Hasta que murió, en 1967. Y su muerte destrozó definitivamente a Pee Wee Russell, que duró escasos dos años más.


Os toca juzgar si sabía tocar el clarinete. Aquí le tenéis con un super-standard, “Over the rainbow”, que os sonará a algunos de la película “El mago de Oz”. Quizá en un standard se puedan ver mejor sus extrañas ideas. Yo creo que la sección rítmica no sabe, en algunos momentos, si besarle o tirarle una banqueta a la cabeza. Por cierto, la banda está compuesta por Nat Pierce al piano, Steve Jordan, guitarra, George Wettling, batería, y Walter Page al contrabajo.


Pásenlo bien.



jueves, 6 de noviembre de 2008

Cómo crear el mundo según las normas ISO



Estimado Dios:


Tanto mi loro, Puto Bocazas, como yo mismo, agradecemos la confianza que ha depositado en nuestra consultora. Puede creer que hemos dedicado nuestros mejores esfuerzos a la labor de auditoria de la creación del mundo que nos encargó. Éste es el informe preliminar de nuestras conclusiones.


Es de destacar Su capacidad para terminar el proyecto dado lo ajustado de los plazos. Seis días para crear el mundo hay que reconocer que es la hostia (¡uy, perdón, que no me acordaba que son familia!). Sin embargo, creemos que hay unos detalles de diseño que podrían mejorarse.


Primero, ¿por qué no colocar todos los países en zonas templadas? Al estar distribuidos al tuntún, resulta que en unos hace un frío de la hostia (¡perdón, es la costumbre!) y en otros un calor de...de cojones. Se ahorraría gran cantidad de energía en aire acondicionado y calefacción colocando toda la tierra a la altura de Castellón de la Plana, por ejemplo.


Segundo, ¿para qué hostias (¡perdón, perdón!) tanta agua, que además ni se puede beber ni nada? Además, como tienen tanto espacio, los peces se van a tomar por culo, y es un coñazo ir a por ellos. Mucho más práctico sería hacer el mar del tamaño del estanque del Retiro, y todos los peces ahí, en capas, para tener fácil acceso. Y el resto del agua, en botellas de medio litro. Esta medida, además, generará un montón de espacio libre para nuevos campos de golf, que regaremos con el agua de las botellas.


Tercero, hay demasiadas especies animales, es un despilfarro. Es imposible estar tan al loro como para no extinguir a ninguna. ¡Si es que pegas un pisotón un poco fuerte y extingues una especie, hostias (¡perdón, perdón, perdón!)! ¡Llamas por el móvil, y otra especie a tomar por culo! Eso no puede ser. Además, son redundantes. ¿Qué más da un jilguero, que un petirrojo, que un vencejo, si es un pájaro, coño? ¿Para qué tantos? Creamos la función "pájaro" y listo, un ahorro del copón bendito(¡perdón!) en diseños. ¿Y por qué tiene que haber animales tan feos como el camello? Nada, hay que reducirlo a 100 especies o por ahí, y con eso seguro que conseguimos cubrir todas las funciones necesarias.


Cuarto, y esto es lo peor, hay demasiada gente. Debió prever la promiscuidad de Adán y Eva. Además, muchos son muy feos, y otros, imbéciles de la hostia (¡per..! bueno, ya da igual). Como estén hechos a Vuestra imagen y semejanza, madre mía.


Por todo lo anterior, creemos que la mejor opción sería formatear el mundo y empezar de cero la instalación. Nos permitimos recordarle que puede utilizar la funcionalidad “Iniciar Apocalipsis” (¡no se olvide de pulsar “Yes”!) en Su celestial programa.


Mientras el programa se ejecuta, mi loro y yo Le agradeceríamos que nos buscara un rinconcito en el limbo, desde donde podríamos ayudarle a definir las fases del nuevo proyecto.


Estamos seguros que estas conclusiones Le habrán sido de utilidad. Sin otro particular, y quedando a Su disposición, Le saludan atentamente, amén.


T.J. y P.B.