sábado, 30 de enero de 2010

A Jotadé, con amor y sordidez

¿De verdad les interesa lo que voy a contarles? Debo advertirles que soy el mentiroso más fantástico que puedan imaginarse. Es terrible. Quizá por eso me han mandado aquí, a este lugar reposado y tranquilo, a reponerme un poco.


Las cosas empezaron cuando me eché. El directorio de operaciones es un lugar con mucho nivel, de verdad. Me advertí muchas veces que tenía que aplicarme, pero no me hice caso. Así que me expulsé a mí mismo. Esto fue en el año, er, pues no me acuerdo exactamente, pero bueno. Fue justo antes de la guerra con los esquimales. Del día me acuerdo muy bien. Era un día de cielo azul tan azul que recordaba casi el periodo azul de Daumier-Smith, en serio. Pensé, vaya, qué día tan perfecto para el pez platano, y yo aquí, dirigiendo operaciones. Así que me dije: levantad, carpinteros, la viga del tejado. Y eso fue todo.


Mi loro, Puto Bocazas, viene a verme casi todos los fines de semana. Me cuenta como le va al tío Wiggly en Connecticut, las historias de la familia Glass, Frany y Zooey, o las extrañas aventuras del hombre que ríe. Y me trae whisky. De centeno, por supuesto.


Tiene gracia. No cuenten nunca nada a nadie. En el momento que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo. Creo que hasta al chiflado de J.D. le extraño un poco.

martes, 26 de enero de 2010

La increible y alucinante historia de las hazañas del general Custer en el río Orinoco

- Joder, Puto Bocazas, - le dije a mi loro, Puto Bocazas - no se me ocurre nada para poner en el blog.

- Pues improvisa algo.

- Sí, ya, ¿el qué?

- Pues no sé.

- Pues eso.

- Si salgo yo en la historia, a lo mejor sale algo.

- Pues ya estás saliendo.

- Pues tampoco se me ocurre nada.

- Pues sí que estamos bien.

- Ya sé. ¿Te he contado cuando el general Custer cruzó el Orinoco a nado para pedirme en matrimonio?

- No me suena.

- Pues así fue.

- ¿Y eso es todo? ¿Esa es la historia?

- ¿Qué más quieres? ¿Te parece poco cruzar el Orinoco a nado? ¡Pues haberlo cruzado tú!

- ¿Qué hacías tú en el Orinoco? ¿Por qué estaba allí el general Custer? ¿Llevaba la cabellera puesta? ¿Cómo va nadie a pedir en matrimonio a un loro? ¿Por qué no fue a caballo? Y lo más importante, ¿le diste el “sí, quiero”, Puto Bocazas?

- ¿Pero esto es un post o una novela por entregas? Un post es una cosa cortita, hombre. Con eso vale. Hala, me voy a poner un cubata.

- A mí ponme cuatro.

jueves, 21 de enero de 2010

Portadas que me gustan


Foto de Francis Wolff y diseño de Reid Miles para esta portada de 1963, de uno de mis favoritos, el señor Andrew Hill. Portada de lo más alegórica, no sabría yo como dibujar o representar ese “Black Fire”. El amigo Miles lo hace perfecto, con esa aparente facilidad tan suya.


Este fue el disco debut de Andrew en Blue Note. Laberíntico, provocativo, inclasificable, Hill es un clásico del jazz moderno, cuya música suena fresca muchos años después. En esta ocasión, los acompañantes fueron de campanillas: Joe Henderson al saxo, Richard Davis al bajo y Roy Haynes a la batería. Pues eso.


Por cierto, ahora que está por desgracia de moda el lugar, se dijo durante años que Andrew Hill había nacido en Haití. No es cierto, nació en Chicago. Supongo que alguien, quizá él mismo, pensó que le daba un toque exótico a su biografía. Pues dediquémosle a Haití este “Black Fire”. El título no puede ser más adecuado.



domingo, 17 de enero de 2010

Cuentos de los mandarines: la construcción del asentimiento

El mandarín Ku Ñao, recuperado de sus excesos gastronómicos navideños, se afilaba las largas uñas en su despacho cargado de lujos orientales cuando apareció en la puerta su discípulo, el inefable Par Di Yo.


- Saludos, Maestro. ¿Puede este humilde e ignorante patán interrumpir vuestros vitales y mandarínicos trabajos?

- ¿Qué tortura esta vez tu reducido y tortuoso cerebro, Par Di Yo, pulga de camello?

- Maestro, me preocupa la fundamentación teórica de nuestros trabajos consultoriles. ¿De donde han salido conceptos como “competencias” y similares, que son ya de aceptación universal en nuestro mundo?

- ¡Je , je, je! ¡Fundamentación teórica, dice! Par Di Yo, el nombre te está que ni pintado. Eres candoroso cual oso panda de peluche.

- Pero, Maestro, cuando un concepto está universalmente extendido y aceptado, ¿no quiere decir eso que tiene una fundamentación teórica o práctica fuerte? ¿No es la opinión universal de los mandarines garantía de validez?

- Está bien, Par Di Yo. Como veo que eres un Pe-Da-Zo de A-Do-Kín, te voy a explicar como los mandarines construyen el asentimiento.

- Ardo en deseos de saber, Maestro.

- En primer lugar, mosca del opio, eso que tú llamas “opinión universal”, no es realmente más que la opinión de un par de Cha-La-Dos.

- Confieso que no entiendo, Maestro.

- Sólo tienes que examinar cómo se crea esa opinión, Ton-Ta-I-Na agridulce. Remóntate a los orígenes. Son, a lo mejor, dos o tres mandarines los que por primera vez la plantean, ¿no es así?

- Así debe ser, Maestro.

- Y el resto del mundo fue tan benévolo de suponer que esos primeros mandarines habían examinado la cosa a fondo y sabían de lo que hablaban, ¿no?

- Eh, supongo que sí, Maestro.

- Así que otros mandarines, pensando que los primeros que la mantuvieron sabían de qué hablaban, fueron adoptando a su vez la misma opinión. Y, por su parte, a estos les creyeron muchos otros cuya indolencia les aconsejó creer mejor que comprobar. Maquiavélico cual película de chinos, ¿no crees, Par Di Yo?

- Se me pone la coleta de punta, Maestro.

- Así, día a día, el ejército de partidarios indolentes y crédulos va creciendo. Y, como la opinión tenía ya un buen número de voces a su favor, los siguientes mandarines en aproximarse a ella pensaron que sólo lo podía haber conseguido gracias a lo bien fundado de sus razones. Como has hecho tú, Pri-Ma-Ve-Ras.

- Pero, Maestro, ¿y el resto no dice nada? ¿Todo el mundo pasa por el aro?

- Par Di Yo, cuando hay suficientes voces a favor, el resto se va viendo obligado a admitir lo generalmente admitido, para no pasar por Bo-Ka-Zas que pretenden ser más listos que el mundo entero.

- Me dan escalofríos, Maestro.

- De ahí en adelante, Par Di Yo, los pocos capaces de juzgar se ven obligados a callar, y ya sólo hablan aquellos que son el mero eco de opiniones ajenas. Y así es como se construye el asentimiento y esa opinión universal, flor de loto.

- Ya veo, Maestro. Terrorífico, pero simple y eficaz. Es como un dato histórico que se encuentra en cien historiadores pero que, como acaba demostrándose, todos han copiado unos de otros.

- Exacto, Par Di Yo, veo que despierta tu aletargada Se-Se-Ra. Así que, al final, todo se reduce a la afirmación de un solo individuo, el primero que la formuló.

- ¡Por las bolas de dragón, Maestro! Así que todo el mundo prefiere creer antes que pensar.

- Eso sí que es verdad grande como la estepa mongola, Par Di Yo. Y ahora, no seas Pel-Ma-Zo, y traeme unos Ku-Ba-Tas y unas pipitas de opio, que necesito solaz y voy a escuchar algo de musica. Y repasa los pergaminos del sabio Cho-Pen-Jauer para ilustrarte. Pero no pienses demasiado, que es poco saludable.

- Oigo y obedezco, Maestro.


Así que Ku Ñao eligió para su solaz una composición del gran Charlie Chan, “Do-Na Lee” porque, además de la flauta de Jane Bunnett, la trompeta de Larry Cramer y el piano de David Virelles, entre los coros y percusiones de Los Hoyos de Santiago puede oírse también el inconfundible sonido de las cornetas chinas, lo que lleva lágrimas de emoción a los oblicuos ojos de cualquier mandarín. Y los escribas iban a recoger las enseñanzas de este cuento en los versos de rigor, pero después de escuchar la musiquita sólo les salía aquello de:


Ma-Má se fue

Ma-Má se fue

a los carnavales de Oriente, aé,

a los carnavales de Oriente, aé.




miércoles, 13 de enero de 2010

Haití

Haiti es un país que está al lado de la República Dominicana. Hoy, se calcula que unas 100.000 personas han muerto a causa de un terremoto.


Esto nos asombra y causa pavor. Es lo que tienen los grandes números. Sin embargo, hay números que siempre están ahí, pero no los vemos. Por ejemplo, el 80% de la población está por debajo del umbral de la pobreza. Más del 50% ni siquiera llega a eso, está por debajo del umbral de la ¿miseria? Más de dos terceras partes de la población activa viven de la ¿economía? sumergida o, llamémosle informal. Este es también el primer país en que los propios esclavos abolieron la esclavitud, de forma perdurable. Y el segundo país de América en conseguir su independencia, tras los Estados Unidos. El país que derrotó a los ejercitos de Francia, España y Gran Bretaña El mismo donde la esperanza de vida de un varón es de 59 años, siendo muy optimistas. El mismo al que ya sólo le quedan un 2% de sus bosques.


Como véis, en Haití no preocupa mucho la cuesta de enero. O la crisis de las hipotecas. Se mueren de asco en cualquier época.


Yo estuve allí, hace ya tiempo. Y confieso que no veía el momento de irme. Sólo ir por la calle es abrumador. El infierno existe, tíos. Está a la izquierda, según se mira, de la República Dominicana.


Nuevamente, y como siempre, una desgracia nos viene a recordar que existen. A mí, el primero. Ya sé que es una burrada, pero a lo mejor ellos dicen, bueno, por lo menos, cuando hay terremoto, o huracanes, u otras putadas, se nos ve un poco en la tele y nos mandan ayuda. Algo es algo.


Esto es Hatí. Y no es una catástrofe puntual. Es una catástrofe permanente. Crónica.


- Y ahora, ¿qué vas a hacer, Troglo?


Esa es, como no, la voz de mi loro, Puto Bocazas. Le puse bien el nombre.

domingo, 10 de enero de 2010

Sarah Morrow

¿Vamos con otra de jazz hecho por mujeres? Pues venga. Hablando el otro día de clásicos como Carl Fontana con el amigo Artal, me vino una inspiración importante: no hay muchas mujeres que toquen el trombón. ¡Qué bárbaro!, ¿verdad?, qué conclusión tan brillante, y con los pocos datos que tenía. Y es que, como todos los consultores, tengo un singular talento para deducir lo evidente. Además, dije lo mismo cuando me tocó hablar de la mítica Melba Liston. Pero dejemos de hablar de lo listo que soy, cosa por demás obvia, y digamos que Sarah Morrow es una de las pocas mujeres que toca el trombón. Ha trabajado con Ray Charles, con la orquesta de Duke Ellington y también con el Octet de David Murray, para que veáis que no hace sólo jazz del más clásico.


Nuestra amiga ha tenido más éxito y trabajo en Europa que en su natal USA, no se sabe por qué. De hecho, tengo entendido que vive en París, ¡oh, lalá! En un disco titulado “Sarah Morrow & The American All Stars in Paris”, se monta una fiesta de jazz con, entre otros, exiliados ilustres como el saxofonista Hal Singer, el bajista Wayne Dockery y otra mujer mitológica, la organista Rhoda Scott. No es mal plantel.


Bueno, pues sin más dilación, un clasicazo, “Honeysuckle Rose”. Disco para divertirse. Que lo disfruten.



miércoles, 6 de enero de 2010

Portadas que me gustan


Juguetona portada para un día de Reyes, obra del fenomenal Jim Flora, diseñador con enorme sentido del humor, y de carrera larga y diversa. Me encantan esos ojos acechantes de las letras, y el tipi tocando la batería es impagable, je, je.


La música de este “Redskin Romp”, jazz de otros tiempos, la pone la orquesta de Charlie Barnet, uno de los nombres importantes del swing. Con tantas vidas duras y “blues” que ha habido en el jazz, la del amigo Charlie fue muy distinta, aunque no menos interesante. Millonario de nacimiento y playboy de vocación, fue el clásico hijo rebelde al que no le dio la gana ser abogado (por suerte), con una vida llena de color y alegría, de ex-esposas y de apariciones en los “ecos de sociedad”. Pero no penséis que era un hijo de papá metido a músico: era un señor saxofonista, como podréis comprobar. Se semiretiró en el 49, ya que lo del bop le aburría un poco. Pero, de vez en cuando, hacía apariciones para dar un concierto o grabar un disco, como éste, del año 54.


Y es que este es un disco “temático”, je, je: todos los temas están relacionados, de alguna manera, con los “pieles rojas”, así que tenemos “Cherokee”, “Iriquois”, “Seminole”, etc. Tenéis una muestra del hermoso sonido de Charlie en este “Indian Love Call”. Acompañan gente como Buddy Childers, Maynard Ferguson, Georgie Auld, Joe Mondragon o Alvin Stoller, por citar sólo algunos. ¡Jau!



domingo, 3 de enero de 2010

Chúpate esa, Melchor

Cuando mi desaforado loro, conocido como Puto Bocazas, ha terminado éste año la carta a los Reyes, me ha dejado un tanto perplejo:


- ¿Qué clase de carta es esta, Puto Bocazas?

- ¿Qué le pasa?

- ¿Que qué le pasa? “Queridos Reyes Magos: Este año, como he sido un loro muy bueno, les agradecería tuvieran a bien traerme grandes cantidades de carbón. Agradeciéndoles de antemano su gentileza, suyo, afectísimo y seguro servidor, Puto Bocazas”. ¿Pidiendo carbón? ¡Aquí hay loro encerrado, Puto Bocazas!

- Troglo, yo es que aplico la filosofía a la vida cotidiana. Verás, es obvio que yo no he sido en absoluto bueno, porque mi naturaleza, como la de todos los loros, es malvada. ¿Correcto?

- Y tu naturaleza en concreto, mucho más.

- Cierto, cierto, gracias, se hace lo que se puede. En fin, a lo que iba. Resulta que los Reyes Magos se rigen por un estricto código ético el cual dice que, si has sido malo, no te traerán los regalos que pidas, sino carbón. ¿Cierto?

- Veo venir tu maquiavélico plan.

- Exactamente, Troglo. Así que, ¿qué pasa si alguien malvado pide carbón? Por un lado, no deberían traerme lo que pido por ser malvado, y deberían traerme carbón. Pero, por otro lado, carbón es precisamente lo que he pedido, así que no pueden traérmelo.

- ¡Qué retorcimiento!

- Sí, je, je, je. Yo lo llamo “la paradoja del loro”, por si hay derechos de autor y eso. Mi carta provocará en los Reyes Magos un dilema moral y una paradoja mental irresoluble.

- ¡Se volverán tarumbas, je, je!

- Así que, si se les ocurre traerme carbón, les demandaré por faltar a su propio código. Argumentaré que, como he sido malo, no pueden traerme lo que he pedido. Así que, al pedir carbón, deberían traerme regalos, ¿o no?

- De esa no les saca ni Perry Manso. Con esa carta, yo creo que hasta puedes crear un cisma entre los propios Reyes Magos, porque cada uno puede ser de una opinión distinta. ¿Te imaginas que se divorcían por tu culpa?

- Je, je, je, les estaría bien, por ser tan moralistas. A esta gente hay que responderle con sus propias armas, Troglo. Hala, basta de rollos, y saca el roscón de güisqui.

- Marchando. ¡Pobres reyes!