domingo, 16 de octubre de 2011

Portadas que me gustan

Me gusta esta portada, que firmó el amigo Ken Deardoff para éste “Gemini” (ya veis el símbolo de los gemelitos, je, je). Es un disco del 60, y es el único disco de Les Spann como líder. Les era un músico un poco raro, porque hay muchos músicos que tocan más de un instrumento, pero no es habitual que los instrumentos sean tan distintos como la guitarra y la flauta. Además, no parece que tuviera preferencia, no es un guitarrista que toca la flauta ni un flautista que toca la guitarra, es un guiitarroflautista o un flautoguitarrista, algo así. Además, aunque estuvo bastante activo durante los 50 y los 60, tocando con Quincy Jones, Dizzy o Johnny Hodges, de repente desapareció de escena, por lo menos en cuanto a grabaciones. Dicen que no era un músico muy ambicioso, y probablemente se dedicó a ganarse la vida como músico de estudio (no hay tantos que toquen dos instrumentos con igual maestría).

Me gusta la imagen del humo del cigarrillo subiendo, eso ya es imposible de ver actualmente (¡el tío fumaba mientras tocaba la flauta, qué bárbaro!). El disco es bastante bueno, y le acompañan el trompista (que no trompetista) Julius Watkins, Tommy Flanagan al piano y Sam Jones al bajo. Para que veáis, he puesto dos temas, un original de Les, “Q’s Dues Blues”, donde toca la guitarra (el batería es Louis Hayes) y otro blues, éste firmado por Watkins, “Blues for Gemini”, donde le da a la flauta (y el batería es “Tootie” Heath).



domingo, 9 de octubre de 2011

Portadas que me gustan


¡Cómo me gusta esta portada! ¿Por qué seré tan politicón? Aquí tenéis un disco mitológico en la historia del jazz, y un disco muy de su época. Cuando mezclas la música con la política te puede salir un truño o te puede salir una joya. En 1960, con el tema de los derechos civiles y demás en plena efervescencia, Max Roach se lanzó a hacer un disco políticamente comprometido. Lo cierto es que Sonny Rollins ya lo había intentado un poco antes, pero su discográfica no le había dejado. Roach se salió con la suya y, en colaboración con Oscar Brown, sacó adelante esta suite de la libertad. Los que le acompañaron en aquel viaje fueron el trompetista Booker Little, prematuramente fallecido, el trombón Julian Priester (de quien creo recordar que colgué una portada), los saxofonistas Walter Benton (que fue saxofonista de Pérez Prado) y el gran Coleman Hawkins (ex-jefe de Max, y que a su edad y con su carrera ya podía hacer lo que le diera la gana sin temar consecuencias), el poco habitual bajista James Schenk y los percusionistas Michael Olatunji, Ray Mantilla y Tomás DuVall. Y, por supuesto, la cantante Abbey Lincoln, mega-activista que sacrificó parte de su carrera musical por dedicarse a aquello en lo que creía.

Y ahí tenéis la portada. Tres negros, desafiantes, sentados en un bar, mientras un camarero blanco les mira suspicazmente. Puede parecer una chorrada, pero la foto era un puñetazo para la época, por el hecho de que hubiera un blanco sirviendo a negros, y porque se habían producido hacía poco conflictos cuyo desencadenante fue que unas personas negras se habían negado a abandonar un bar para blancos. La protesta y el desafio hechos portada. Lo malo es que no sé nada de ella. Ni de quién es la foto, ni el diseño, ni nada.

En cuanto a la música es, en muchos momentos, una oleada de rabia y mala leche. Y a veces no sé si es jazz, pero me da lo mismo. El tema central del disco es el famoso “Tríptico”, con sólo la batería de Roach y la voz de Abbey. Tiene tres partes, “Prayer”, “Protest”, “Peace”, que distinguiréis fácilmente, y que me siguen poniendo los pelos de punta.

miércoles, 5 de octubre de 2011

El cuento de las elecciones (y va con segundas)


Érase una vez que se celebraron elecciones a la presidencia de Chorrivía. La gente estaba muy ilusionada, porque era la primera vez, y ya se sabe. Así que se preparó una gran campaña electoral, los partidos salieron a la calle a dar cientos de mítines, se tiró confeti, y el presidente en funciones dio un emotivo discurso:

- ¡Chorrivianos! ¡Este es un momento histórico en la historia de nuestra patria! ¡Por primera vez tenemos el derecho y el privilegio de elegir a nuestros representantes! ¡Somos totalmente libres para decidir quién guiará los destinos de nuestro país! ¡Os pido que ejerzamos este derecho con responsabilidad!

Y llegó el día de las elecciones, y los chorrivianos fueron en masa a votar. Cuando se cerraron las votaciones, y como era un momento histórico, el presidente en funciones hizo acto de presencia en un céntrico colegio electoral.

- ¡Chorrivianos! ¡En este momento histórico y solemne, vamos a proceder a la apertura de la primera urna y al recuento de los primeros votos de la historia de nuestra joven democracia!

La sala estaba abarrotada. Prensa, televisión, ciudadanía, de todo. El presidente en funciones dijo:

- ¡Procédase a la apertura de la urna!

Así se hizo, y el presidente en funciones introdujo su mano en la misma, y dijo:

- ¡Aquí extraigo el primer voto! ¡Quede para la posteridad este momento! Veamos, el voto es para…¿eh? ¿qué pone aquí?, “mi hermano Paquito, que hizo Ciencias Econoflaúticas y es buena persona”. ¿Pero qué es esto? Bueno, señores, no pasa nada, sacaré otro y esto será mera anécdota, je, je. A ver, éste…¡será posible! “A doña Conchádula, la del estanco, que es muy responsable”. ¿Qué está pasando aquí?

Presa de los nervios, el presidente en funciones empezó a sacar votos a toda velocidad.

- “A Serafín Cascarilla, que le conozco hace muchos años y es de fiar” ¡Grrr! “A Centrudis Tabernas, que tiene mucha paciencia” ¡GRRR! “A mi perro, que ese siempre te será fiel”. ¡Pero qué burrada de elecciones son estas! ¡Esto es un sabotaje democrático!
- Pero, señor presidente en funciones, - dijo un ciudadano presente en la sala - ¿Qué le pasa? ¿No teníamos libertad para votar a quién quisiéramos?
- ¡A los que quisieran entre los candidatos que presentan los partidos, ceporro, no al vecino del quinto!
- Pero es que los candidatos de los partidos no nos gustan – dijo otro ciudadano.
- Son muy feos – añadió una señora.
- ¿Es que no entienden que son libres de elegir, pero entre los candidatos de los partidos, merluzos? ¡Esto es una democracia representativa!
- Pero, señor presidente en funciones, entonces no seríamos libres de elegir, como usted nos prometió – dijeron los ciudadanos - ¿Elegir a un candidato que otros eligieron antes por mí, por una razón u otra, es ser libre para decidir quién quiero que me gobierne? ¿Por qué tengo que votar a un candidato que fue elegido por otra persona? ¿Cómo sé quién es ese señor o por qué razón está ahí? Nos dijo que podríamos votar a quien nos diera la gana, y es lo que hemos hecho.
- ¡Será posible! – dijo el presidente en funciones - ¡Ustedes han estado leyendo! ¡Ya sabía yo que ese vicio traería malas consecuencias! Venga, hombre, no sean así, que los partidos han elegido sus candidatos con mucho cariño, no les den este disgusto.
- De eso, nada – dijeron los ciudadanos – Nos dijo que votáramos con responsabilidad, y es lo que hemos hecho. Así que, hale, a contar.

Y es por esto que Chorrivía no sale en los mapas.

sábado, 1 de octubre de 2011

Portadas que me gustan


Hemos vuelto, amiguetes, y volvemos en tranvía. Tras mis movidas con los ordenadores, empezamos octubre con una portadita. Nada menos que cosecha del 59, buen año de jazz. Gran disco (como casi todos) de Monk, y portada firmada por el dúo William Claxton – Paul Bacon (podéis ver la firma en el lateral). Como en este disco todas son buenas, he cogido la primera, “Blue Monk”. A disfrutar, y que no se os escape el tranvia jazzero.