martes, 31 de marzo de 2009

La enfermedad del siglo XXI

- ¿Se puede, doctor Yolando?

- ¡Ah, señor Peluche! Pase, pase. Siéntese, por favor.

- Bueno, doctor, supongo que tiene ya los resultados de mis análisis.

- Pues sí, señor Peluche. Lo lamento, pero creo que no tengo muy buenas noticias. Voy a tener que darle la baja.

- ¿Y eso, doctor?

- Verá, los resultados muestran la presencia de un alto nivel de gilipollez en su organismo. Gilipollez de tercer grado, para ser exactos.

- ¿Me está diciendo que soy gilipollas?

- Me temo que sí, señor Peluche. Es usted lo que llamamos un “gilipollas severo”.

- ¿Pero qué dice?

- Tranquilo, señor Peluche, no es para tanto. La gilipollez es una enfermedad muy extendida en estos tiempos, y rara vez es mortal, aunque es muy molesta, sobre todo para los demás. Por eso tengo que darle la baja, no puedo dejarle andar suelto por la oficina, podría ser peligroso. Además, la gilipollez es bastante contagiosa.

- ¡Esto no puede ser cierto! ¡Tiene que haber alguna solución!

- Bueno, señor Peluche, me temo que la gilipollez, en la mayoría de los casos, es una enfermedad crónica. Sólo se cura con un cambio de actitud o, en ocasiones, con una sarta de hostias, pero pocas veces es eficaz el remedio.

- ¡Esto es una pesadilla!

- No exagere, señor Peluche. La enfermedad es mucho peor para los que le rodean que para usted. Además, se puede llevar una vida normal siendo gilipollas. Sólo hay que reconducir la gilipollez para que no sea excesivamente peligrosa.

- ¿Usted cree, doctor Yolando?

- Pues claro que sí, hombre. Pero hay que actuar rápidamente. De momento, le voy a recetar un par de hostias, que le administraré aquí mismo.


¡ZAS! ¡ZAS!


- ¡Aayy! ¡Joder, qué daño!

- Vamos, señor Peluche, no sea chiquillo, si eso no es nada. Llévese esta receta, tiene que recibir un par de hostias antes de las comidas. ¿Entendido?

- Sí, doctor.

- Pues, hala. Mucho reposo en casa, procure leer algo y no se acerque a niños ni a mujeres embarazadas. Ánimo, hombre.

- Está bien, doctor Yolando. Gracias.

- Adios, señor Peluche. Y no se olvide de las hostias.


Pues esa noche, viendo la tele, el señor Peluche se enteró de que habían detenido al doctor Yolando. Resulta que el desalmado pretendía dar la baja a todos los gilipollas que encontrara en las empresas. Imagina, se quedarían semidesiertas. Además, esto se podría calificar de gilifobia, algo inaceptable. Así que, desde entonces, se practica la discriminación positiva con los gilipollas, procurando que ocupen puestos de responsabilidad. ¿A que lo de la crisis ya se entiende mejor?


P.D: No sé si se nota mucho que hoy he tenido una reunión de las gordas con mandarines empresariales.

lunes, 30 de marzo de 2009

Portadas que me gustan


Esta portada es puro jazz. Ahora que la veo, me recuerda a una que puse hace poco de los neozelandeses de Twinset. En ese paisaje nevado están Ornette Coleman con gabardina, el bajista David Izenzon, el blanco, y el batería Charles Moffett, que tuvo cuatro o cinco hijos músicos, por cierto. The Ornette Coleman Trio, en directo en el “Golden Circle”, o “Gyllene Cirkeln” de Estocolmo.


Con Ornette siempre hay muchas discusiones. Mucha gente no soporta gran parte de su música. Incluso yo no la soporto a veces. Es angulosa, difícil, estrafalaria,...pero era capaz de hacer música hermosísima. Sí, hermosa es la palabra, aunque suene extraño. Y tiene algo más. En un momento dado, se atrevió. Osó. Se la jugó. Hizo lo que nadie hacía. Y te puede salir mejor o peor, pero sólo el atraverse, para mí, es muy importante. Es la esencia de ser artista.


Y, volviendo a la portada, ¿adivináis de quién es la foto? Pues sí, Francis Wolff, qué raro. ¿Y el diseño de la portada? Reid Miles, ¡qué sorpresa!, je, je.

domingo, 29 de marzo de 2009

Cuentos de los mandarines: los secretos del buen maestro

El gran mandarín Ku Ñao, vestido con lujosas sedas bordadas, adornadas sus manos con artísticos anillos, y con sus cuidadas uñas de diez centímetros, repasaba los proyectos de su mandarinato con su fiel discípulo, Par Di Yo:


-Veamos, Par Di Yo, marmota de las nieves, ¿qué nos han pedido nuestros honorables clientes últimamente?

- Maestro, la Compañía Nacional de Palanquines nos ha solicitado formación para su personal en Gestión de Cobros.

- ¡Ah, la formación! ¡El bálsamo de las consultoras! Y además, subvencionada, je, je. Si no fuera por ella, nos costaría pasar estas grandes crisis, y a lo mejor tenía que dejar de almidonarme los bigotes con oro.

- Maestro, nosotros no somos expertos en el tema de la Gestión de Cobros, así que no vamos a poder aportar nada al cliente, así que será mejor decirle que no...

- ¿Decirle que no? ¿Estás en tus cabales, simio demenciado? ¡Aquí no se dice que no a nada! ¡Lo que sea, se Pi-Ya, y luego, ya veremos! ¿No ves que no hay nada peor que decirle que no a un cliente, Par Di Yo, lechuguino agridulce?

- Ejem, Maestro, yo creo que hay una cosa peor. Decirle que sí...y hacerlo mal.

- ¡No digas más Bu-Rra-Das, Par Di Yo! ¿Has estado leyendo otra vez a esos Ma-Ri-Ki-Tas de filósofos? ¡Eres contumaz en tu desobediencia! ¡Te voy a mandar a plantar arroz al Mar de la China!

- ¡Maestro, imploro vuestro perdón!

- ¡Escúchame bien, Bo-Rri-Ko a la soja! Durante todos estos años yo he representado el papel de experto en áreas como Contabilidad, Ventas, Gestión de Franquicias, Cría del Oso Panda, Motivación, Prevención de Riesgos, Trabajo en Equipo, Caza de Dragones, y mil cosas más. ¿Es posible que yo pueda ser un experto en todos estos temas, Par Di Yo?

- Er...pues, creo que no, Maestro.

- ¡Por supuesto que no, Ma-Me-Lu-Ko! Así que sólo hay dos posibles explicaciones para que yo haya podido dar cursos o conferencias sobre todos esos temas sin acabar en las cárceles del Emperador.

- ¿Y cuáles son esas explicaciones, Maestro? Ardo en deseos de sabiduría.

- La primera, Par Di Yo, es que los que me escuchan saben menos que yo, así que no son capaces de discernir si sé algo o no. Sobre todo si tengo una cara de Ce-Men-To y me paseo por allí como si fuera el inventor de la salsa agridulce. Pero hay una segunda explicación más importante.

- ¿Cuál, Maestro, cuál?

- La segunda explicación es que doy cursos muy parecidos, con algunas variaciones. Si uno tiene la labia suficiente, Par Di Yo, una argumentación puede llevarte a cualquier sitio.

- No lo entiendo, Maestro. ¿Cómo pueden ser parecidos? ¿Qué tiene que ver la Caza de Dragones con las Ventas?

- Escucha, asno impaciente. Imagina que yo sólo se hacer un ejercicio didáctico, que sea, por ejemplo de comunicación, y del que se saquen dos o tres conclusiones. ¿Me sigues?

- Sí, Maestro.

- Pues lo que hago es colar ese ejercicio en todos los cursos. ¿Cómo? Chu-Pa-Do, Par Di Yo, observa que “comunicación” es un concepto tan genérico que puedo acoplarlo casi a cualquier cosa. Piensa en Ventas, Marketing, Atención al Cliente, Negociación, Motivación, …en todos estos la relación con la “comunicación” es clara y fácil de obtener, y es fácil colarlo. Pero también es fácil de colar en Prevención de Riesgos (una buena comunicación evita muchos accidentes), en Logística de Almacén (ya que una buena comunicación es vital para que haya la coordinación necesaria) o en Implicaciones del Eu-Ro en el Punto de Venta (puesto que lo importante es ganarse la confianza del cliente y gestionarla bien, que no crea que le timamos, y esto solo se consigue a través de una buena comunicación). Como ves, Ca-Pu-Ya-Zo, se puede hacer cualquier arabesco dialéctico. Y esto con un solo ejercicio. Si tengo tres o cuatro, mis posibilidades se amplían de forma exponencial, je, je, je. ¡Puedo hablar sobre cualquier tema contando siempre lo mismo!

- ¡Maestro, menudo invento! ¿Es como contar el mismo chiste siempre pero unas veces dices que es de Le-Pe, otras Man-Chú y otras tibetano, según dónde estés?

- ¡A-Hí Le-Has Dao! ¿Te das cuenta, Par Di Yo? Esto se llama flexibilidad didáctica. ¡Decirle que no! Anda, batracio nocturno, cambia el título y el logotipo del curso de Gestión de Reclamaciones y llama al cliente, que vamos para allá.

- Oigo y obedezco, Maestro.


Y así fue como el mandarín Ku Ñao inventó la flexibilidad didáctica. Y los escribas recogieron sus enseñanzas para los siglos venideros:


Con un poquito de labia

y un morro descomunal

se es experto en Yugoslavia

y máster en el Nepal.

viernes, 27 de marzo de 2009

Portadas que me gustan


Esta es una bonita portada (también lo es la contraportada), diseñada por David Stahlberg, para el disco “Dreams”, del guitarrista húngaro Gabor Szabo. Aunque Gabor se andaba a veces un poco por las ramas con la música que hacía, tiene trabajos muy buenos. Si hay que recomendar un disco, “Spellbinder”, por ejemplo.

jueves, 26 de marzo de 2009

Cuentos de los mandarines: la lengua de los mandarines

El mandarín Ku Ñao, glorioso entre los gloriosos, dormitaba en su despacho tras habérsele ido su aristocrática mano con el licor amarillo. Soñaba el mandarín con billetes de todos los colores y denominaciones, con clientes incautos y con trabajadores sumisos, cuando apareció en su despacho su discípulo Par Di Yo.


- Maestro, ruego vuestro permiso para...¡Maestro! ¡MAESTROO!

- ¡Eh! ¡Ah! ¿Qué pasa, los mongoles? ¿Eres tú, Par Di Yo, gorila del loto? ¡Grrr! Estaba descansando la vista un momento, je, je, ya sabes, las presiones del cargo de mandarín.

- Claro, Maestro, claro.

- ¡Aaggh! Tengo la boca pastosa cual aliento de dragón. Y, por cierto, ¿qué cuernos de elefante blanco te traen a mi augusta presencia, sapo de los lagos?

- Maestro, he venido a rogaros que me enseñéis la lengua de los mandarines, ya que mi lento cerebro la encuentra demasiado compleja.

- ¡Ah, la lengua de los mandarines! ¡El esperanto de los consultores! ¡El swahili del management! ¡La lingua franca empresarial!

- Todo eso, Maestro. Cuando oigo hablar a los consultores, me parece tan compleja que se me pone la coleta de punta. No entiendo nada, todo me parece una sucesión de absurdos.

- Par Di Yo, eres un Ce-Po-Rro. Si te parece una sucesión de absurdos es porque lo es. Y, sin embargo, no existe un idioma más sencillo.

- ¿Es posible, Maestro?

- Atiende, búfalo perezoso. Aunque los grandes mandarines utilizamos muchas más, la lengua de los mandarines básica sólo consta de diez palabras.

- Me asombráis, Maestro – dijo Par Di Yo, mientras apuntaba furibundamente.

- Son conocidos como Los Diez Sagrados Fa-La-Bros. Anota, son estos: Competencia, Matricial, Desarrollo, Estructura, Resultados, Optimizar, Comunicación, Sistema, Objetivos y Dinámica. Con ellos ya puedes hablar mandarinés, y volver Ta-Rum-Ba a cualquier cliente.

- ¿Cómo es esto, Maestro? ¿Solo con los Diez Fa-La-Bros?

- Dirás Sagrados Fa-La-Bros, To-Ci-No irrespetuoso. Escucha, porque cada uno de los Fa-La-Bros puede usarse como sustantivo, adjetivo o verbo. “Sistema” puede usarse también como “Sistematizar” y como “Sistémico”. ¿Lo Pi-Yas?

- Lo Pi-Yo, Maestro. “Dinámica” puede ser sustantivo o adjetivo, y también “Dinamizar”.

- Bien, Par Di Yo, cuando quieres eres menos Le-lo de lo que pareces. Además, los Fa-La-Bros pueden ser combinados en cualquier orden y sin límite. Y con esto hablas mandarinés. Veamos un ejemplo. Si yo quiero empezar a volver loco a un cliente, le diré: “podemos optimizar los resultados desarrollando la comunicación”. Sigue tú, Par Di Yo.

- Er...”Gracias a este desarrollo dinamizaremos la estructura”.

- Perfecto, Par Di Yo. Sigo. “Claro, sistematizaremos una estructura matricial que optimice el desarrollo de competencias”. Ahora tú, Par Di Yo.

- Um, “Y a su vez los objetivos se estructurarán a lo largo y ancho de todo el sistema de forma mucho más dinámica”.

- ¡De Lu-Jo, Par Di Yo! ¿Ves lo fácil que es? Ya conoces la lengua secreta de los mandarines. Ahora, sólo tienes que ir añadiéndole algunas palabras más y el límite sólo lo pone tu imaginación.

- Pero, Maestro – dijo Par Di Yo mientras se rascaba la cabeza – todo lo que hemos estado diciendo no es más que una sarta de disparates. No significa realmente nada.

- Esa es la belleza del asunto, Par Di Yo, hormiga de la miel. Como decía el malvado sabio occidental Goebbels, nosotros no hablamos para comunicar nada, nosotros hablamos para producir un determinado efecto. En nuestro caso, conseguir que el aturdido cliente firme el contrato, je, je, je.

- Ya veo, Maestro. La honestidad es nuestro lema.

- ¿Eh? Menos vaciladitas, Par Di Yo, engendro irreverente. Y ahora retírate, que noto de nuevo la vista cansada y tengo que relajarla un poco. ¡Umm! ¡Jj! ¡Zzz!

- Oigo y obedezco, Maestro.


Y así fue como Par Di Yo aprendió la lengua secreta de los mandarines. Y como aquel día los escribas estaban con resaca, pues llegaron tarde y no pudieron recoger estas enseñanzas en los versos de rigor. Una lastima.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Post 21

Bueno, creo que este mes debo estar batiendo el récord de entradas. Pero hoy no se me ocurre ninguna de mis chifladuras habituales, así que os contaré cualquier cosa, y listo. Continuo con mis proyectos de mandarinización de la sociedad, así que hoy me he reunido con un mandarín colega con el que suelo asociarme para hacer fechorias, y he tenido una de mis famosas “conference call”. Para los que no sepáis mandarín, una “conference call” son varias personas hablando por teléfono al tiempo, preferiblemente en inglés.


Así que hablábamos este galopín y yo con una posible clienta de empresa gorda que llamaba desde el extranjero, Suiza, o Austria, o Luxemburgo, o algo así. Era un país de pasta, seguro, porque hablaba muy bien y con mucha educación, una señora. Y ha sido uno de esos días donde empiezas a coger carrerilla y a proferir frases consultoriales y gurusescas a toda velocidad, sin respirar, enlazando una con otra, hasta que llega un momento (os juro que es cierto) que uno no sabe de qué coño está hablando. Así que la posible clienta estaba encantada, por supuesto.


- ¿Y me garantizan que con este plan todos mis empleados se volverán idiotas? – nos ha preguntado.

- Sin duda, hermosa doncella – hay que ser bastante pelota en esto – Tras este plan, le pedirán de rodillas que les baje el sueldo.

- Póngame cuarto y mitad.


Y así va el mundo. Luego diréis que no hay temas para hacer entradas. Si es que la vida es una comedia. A veces, de las malas.


Os dejo con una foto de París en primavera.



martes, 24 de marzo de 2009

Portadas que me gustan


Ando justo de tiempo hoy, así que una portadita, que son ligeras, je, je. Aquí tenemos otro diseño de Reid Miles, éste en colaboración con Paul Bacon. Magnífica portada para un magnifico disco de, probablemente, el mejor vibrafonista que haya existido, Milt Jackson. Como véis, el disco recoge dos sesiones, una con sus compinches del Modern Jazz Quartet más el saxo de Lou Donaldson, y otra con Thelonius Monk & Company. Canela fina.

lunes, 23 de marzo de 2009

La gestión de lo urgente

Hoy tenía que hacer una cosa muy urgente, y a mí las urgencias me estresan bastante. Así que me he puesto el pijama y me he metido en la cama. Cuando me he levantado, ya no era urgente. Así que he pasado un día muy tranquilo, como debe ser. Os recomiendo el procedimiento. Mano de santo.

domingo, 22 de marzo de 2009

Portadas que me gustan


Bueno, esta sí que es una rareza importante. El trío de Betty Miller, pianista delicada y misteriosa, de la que es muy difícil encontrar información. Y también lo es de sus acompañantes, el bajista Milton Abel y el batería Terry Basso. Pero la portada tiene un aire tan extraño y tan especial que me encanta.


Y, como ya tenemos aquí la primavera, justo es que escuchemos a Betty y sus compinches tocar “Spring is here”, de vuestros amigos Rodgers & Hart. Felices alergias.



sábado, 21 de marzo de 2009

Amparamonzios

Visité una vez un pueblo llamado Amparamonzios, en la parte oriental de Grecia, donde las casas no tienen puertas ni ventanas. La gente construye las casas desde dentro, y son como villas muy grandes, y dentro hay establos, y huertas (dejan un hueco en el techo para que entre el Sol) y así ya luego no tienen que salir para nada, todo lo tienen dentro. Cuando acaban la casa, la rematan y es todo muro. Son autosuficientes. Incluso cuando alguien se muere, lo entierran dentro. No es coña. Bueno, sí, sí que es coña, me lo acabo de inventar.


Pero a veces me parece que la cabeza de ciertas personas está construida a la manera de Amparamonzios, con un muro hecho de dentro hacia fuera, gordo del copón, y que no deja pasar nada. Es curioso.


Pues eso es todo lo que quería decir. Ya sé que lo podía decir de una forma más normal, pero entonces me aburro.

viernes, 20 de marzo de 2009

Portadas que me gustan


Bueno, un clásico. De nuevo al ataque, Francis Wolff en las fotos y Reid Miles en el diseño. Y la cara de malo del indestructible Art Blakey en este gran disco de 1964.

jueves, 19 de marzo de 2009

El Día del Padre

Hoy es el Día del Padre. Ya estamos otra vez con una gaita de estas. Que si el día del padre, de la madre, los Reyes, ...Vale ya de rollos. Luego pasa lo que pasa, que hay crisis y esas cosas, porque las cosas se hacen chapuceramente y claro, se lia.


Mi loro, Puto Bocazas, y yo, hemos diseñado un plan económico para racionalizar el consumo, que ya está bien. ¿Vosotros creéis que una cosa tan importante como el consumo se puede dejar en manos de la peña? Pues claro que no, hay que tenerlo atado y bien atado. Nada de chorradas como el día de los enamorados, que depende de lo tacaño que se sea o de que se esté enamorado. Lo que hay que establecer desde el Ministerio de Consumo (perdón, de Economía) es el “Día del Regalo Obligatorio”, de celebración mensual. Esto significa que todos los días 3 de cada mes, toda la peña debe obligatoriamente salir, ir a los grandes almacenes, a las tiendas, al super, a donde quiera, y comprar un regalo, para quien sea, que eso da igual. Con esto se eliminan las incertidumbres del consumo, y garantizamos un día al mes, 12 meses al año, de consumo desaforado, sin que sea Navidad. Con esto ya no hacen falta rebajas ni coñas, estabilizamos el consumismo y así no hay crisis, ni estacionalidad, ni nada. Todo como un reloj. Además, ¿y la parte emocional? ¡Cada semana podéis recibir un regalo de alguien! ¿No es emocionante? ¡Qué vida más feliz!


Para complementar esta medida y llegar a la perfección consumidora, el loro ha ideado además el “Día del Regalo Sorpresa”. Sucede que el 28 de cada mes, si aún os queda algo de pasta en la cuenta, se realizará, de forma automática, una compra aleatoria por el valor de lo que os quede, y os dejará la cuenta a cero, je, je. ¿Qué queréis ahorrar? No, hombre, a vivir, que son dos días. Así que, cada mes, el mensajero puede sorprenderos con una tele de plasma o con un platano, dependiendo de lo que tuviérais. ¿No es bonito? ¡La vida convertida en una eterna sorpresa! ¿Y qué pasa si no tenemos dinero, diréis? No es problema, eso significará que ya os lo habéis pulido, que es lo que queremos.


Sed felices, respirad hondo y relajad la cartera.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Portadas que me gustan


En un estilo muy distinto a otras, también me gusta esta original portada. Y es que tampoco es habitual encontrar un trio de jazz neozelandés.


Os dejo también un ejemplo de la música de estos tipos de Twinset, que dedican un tema a una ciudad hondureña, “San Pedro Sula”. ¿Cómo? ¿Qué no habéis estado nunca en San Pedro Sula? Pues yo...bueno, otro día lo cuento. No pongo la alineación, que ya sale en la portada.



martes, 17 de marzo de 2009

Delirio del dromedario Pérez


El dromedario Pérez estaba tumbado a la sombra de una duna, en el desierto que era su hogar, cuando se levantó, desplegando sus patas con esa elegancia innata de los dromedarios, y dijo:


- Joer, llevo todo el día tocándome los huevos.


Así que el dromedario Pérez volvió a tumbarse y meditó durante dos horas sobre esto, ya que era un dromedario muy filosófico. Entonces, se levantó de nuevo y dijo:


- Tendría que hacer algo.


Así que el dromedario Pérez volvió a tumbarse y meditó durante tres horas más sobre esto. Entonces, se levantó una tercera vez, olisqueó el aire, miró al cielo, y dijo:


- Mejor no.


Y volvió a tumbarse sobre la arena del desierto, a la sombra de una duna. Y de esta manera, el dromedario Pérez se libró de lo que el Destino pudiera tenerle deparado, fuera lo que fuera, que suele ser malo. Pero se lo podía haber ahorrado porque, tres dunas más allá, el Destino, que estaba tumbado a la sombra, se rascó un poco el culo y dijo:


- Joer, llevo todo el día tocándome los huevos. Tendría que hacer algo.


Ya véis que su pensamiento era menos secuencial y más directo que el del dromedario Pérez. Meditó sobre ello tres horas largas, se levantó, se estiró, se rascó otra vez el culo, y dijo:


- Mejor no.


Así que ya sabéis, hay Destino, pero es tan vago que como si no. Y así fue como demostré que existe el libre albedrío, que no es que exista, pero como si sí. Y si por esto no me dan el premio Nobel, ya no sé qué hacer.

lunes, 16 de marzo de 2009

Portadas que me gustan


Una portada curiosa para un grupo muy poco conocido, el cuarteto del pianista Bob Davis. Jazz, como dice el disco, del norte, de un lugar donde nadie sabía que había jazz, Minneapolis.


Os dejo un ejemplito corto de su música en este “Goose”, original del propio Davis, tipo técnicamente potente, acompañado por Bob Crea al saxo, Stu Anderson al bajo y el batería con tendencia a la épica Bill Blakkestad.


domingo, 15 de marzo de 2009

Conferencia para hacerse rico

Señoras, señores, buenos días a todos. Soy Troglo Jones, y les doy la bienvenida a esta conferencia, que lleva por título “Gane pasta vacilando a la gente”.


(Aplausos)


Gracias, gracias, damas y caballeros. En el día de hoy, pretendo demostrar que es posible dar un truño de conferencia y, aún así, que la gente te dé pasta.


(¡Ooh! ¡Aah! ¡Imposible! – murmura el público).


Nada hay imposible para el gran Troglo, damas y caballeros. Es una cuestión de estricta planificación. Observen, por favor, la gráfica siguiente, diseñada por mi colaborador, el loro Puto Bocazas. En ella se definen los 4 cuadrantes del desarrollo humano, en función de 2 variables, fealdad e idiotez.



¡Observo que todos los presentes en esta sala se encuentran en el cuadrante 1, je, je, je!


(¡Je, je, je! – los asistentes rien el chascarrillo, sin sospechar que lo digo en serio).


Bien, bien, como les decía, ganar pasta con un truño de conferencia sólo depende de la adecuada planificación. Es muy sencillo, la estrategia comercial consiste en segmentar nuestro producto, en este caso, la conferencia-truño, y dirigirla a nuestro mercado objetivo, los cuadrantes 1 y 2, que están compuestos por idiotas.


(¡Ooh! ¡Aah! ¡Caramba! – murmura el público).


Porque, damas y caballeros, reflexionemos un momento, aunque no tengan costumbre. Si nos dirigimos al mercado de personas inteligentes con un producto tan truñesco como esta conferencia, su reacción natural será huir o darnos una paliza, ¿correcto?


(¡Sí, sí! – dice el público).


Y eso dificultaría nuestros objetivos de ganar pasta por la cara. Si, señoras y señores, háganme caso: ¡el secreto del éxito está en los idiotas! Realmente, la variable fealdad no importa mucho, aunque yo prefiero dar conferencias a personal de buen ver, preferiblemente femenino, que a gente horrenda. Pero este es un factor secundario, concentrémonos en lo que importa: ¡los idiotas, porque pueden hacernos ricos!


(¡Sí, sí, sí! – grita el público).


Es el secreto, damas y caballeros. Si no son capaces de diseñar más que conferencias mierdosas, intenten llenarlas con idiotas. De este modo, su éxito estará asegurado, ya que ningún idiota estará en posición de darse cuenta de que su conferencia es un truño. ¡Incluso dirán que ha sido muy buena!


(¡Sí! ¡Bravo, bravo! ¡Qué buena conferencia!– vocifera el público).


Gracias, señoras y señores, muchas gracias. Ha sido para mí un placer estar hoy con ustedes y compartir los secretos del éxito. No olviden al salir apoquinarle a mi loro, Puto Bocazas, los 300 eurazos por cabeza que costaba esta conferencia, para convertir la teoría en práctica. De nuevo, muchas gracias.


(Aplauso atronador).