- ¡♪
Yo tenía un chorroo de vooooz, era el amoo del falseteeee, ay, laralai…♫! –
cantaba el chiflado de mi loro, Puto Bocazas.
-
¡Puto Bocazas, déjate de folklore mejicano que me tienes la cabeza loca! ¡Y te
he dicho mil veces que no uses el diccionario de posavasos! ¿Ein? ¡Un momento!
¿Este diccionario no ha adelgazado?
- Pues
claro que ha adelgazado, Troglo, si te roban las palabras en la jeta y no te
enteras.
-
¿Qué burradas dices?
- Lo
que oyes, Troglo. Los poderes fácticos no sólo te roban la pasta, también las
palabras. Abre el diccionario y busca “información”, a ver qué sale.
- A
ver: influyente, infolio, informal. ¡Pues no sale!
-
Porque te la han mangado, Troglo. ¿No ves que los grandes medios se han
apropiado de ella, y pretenden que el vómito mental que ellos publican es
“información”? Así que yo tengo que decir “contrainformación” para referirme a
lo que yo entiendo por información, que es algo que apeste menos a
manipulación.
- ¿Será
posible? ¡Con lo bonita que era esa palabra!
- Se
apropian del lenguaje, Troglo. Busca “democracia”, anda.
-
¿No habrán osado? Um: demiurgo, demografía,…¡Rayos!
- Te
lo advertí, Troglo. El poder se apropia de las palabras. Resulta que
“democracia” designa esta mierda en la que vivimos, y los que la mangufean son
“demócratas”. Por tanto, tú no puedes ser un demócrata, tendrás que ser un
“antisistema”, o sabe dios.
-
Cierto, Puto Bocazas. Como esa palabra ya es suya, y yo no puedo sentirme
identificado con lo que quieren que represente, ya no soy un demócrata. ¿Seré
un terrorista?
-
Je, je, busca “terrorismo”, anda.
-
¡Grrr!
- Y
luego buscas “constitucional”, je, je, je, je.
- ¡Ya
vale! ¡Hay que acabar con este expolio léxico, Puto Bocazas! Prepara unos
buenos argumentos, unos litros de cubata y el Kalashnikov de los domingos, que
por lo menos “democracia” me la devuelven.