Cierto
día de verano se solazaba el mandarín Ku Ñao, refrescando su dignísima persona
con un abanico de seda y un Ku-Ba-Ta de litro, cuando se presentó en su lujoso
despacho su leal discípulo, el siempre peculiar Par Di Yo:
-
Salud y albricias, Maestro. Siempre que os veo, me asombra observar la
intensidad y la entrega con la que trabajáis para el Emperador.
-
Cierto, Par Di Yo, cebollino insolente. Es el precio del éxito. Acércame un
poco el Gü-Is-Qui, que no llego.
-
Aquí tenéis, Maestro. Y, si vuestra mandarinez lo permite, mientras trasegáis
vuestros excelsos Ku-Ba-Tas desearía haceros una consulta sobre un problema que
roe mis meninges.
- Ya
te he dicho que el pensar es la madre de todos los males, Par Di Yo, crustáceo
de tierra. Pero, como me siento magnánimo, dime qué tortura tu ofuscada
Se-Se-Ra.
-
Maestro, pese a los años que llevo en los mandarinatos, debo confesar que sigo
sin entender muchas de las decisiones que se toman. Por más que les doy vueltas
y vueltas, me parecen absurdas y contrarias a toda lógica. Muchas de ellas
pueden incluso estar perjudicando a la empresa. ¿Por qué sucede esto, Maestro?
¿Está el mundo lleno de incompetentes? ¿Por qué algunos gerentes y mandarines
toman decisiones que, con el más básico análisis, resulta obvio que son perjudiciales?
El
mandarín Ku Ñao se acarició sus largos bigotes, miró al cielo, le atizó un
tremebundo trago a su Ku-Ba-Ta, y habló así:
- En
verdad tu burrez no conoce límites, Par Di Yo. ¡Ay, no sé si llegaré alguna vez
a hacer de ti un mandarín de provecho! Mezclas el Ku-Lo con las témporas,
bellota de río. Las decisiones de los mandarines siempre son lógicas.
- No
me lo parecen así, Maestro.
- Es
obvio, Par Di Yo, porque tu mentalidad no es la de un mandarín. Para desgracia
de tu carrera profesional, botijo del oriente, tienes buena voluntad, y juzgas
las cosas desde ella. Crees que las decisiones de los mandarines y sus
subalternos son tomadas en base a conceptos como la rentabilidad, el desarrollo
de la compañía, el crecimiento a largo plazo, ¿me equivoco?
-
Esto debe ser lo justo, Maestro.
-
Por supuesto, desde este punto de vista, las decisiones que se toman no te
cuadran, Par Di Yo. Pero lo incorrecto no son las decisiones, es tu propio
punto de vista el que falla. Las decisiones son perfectamente lógicas.
-
¿Cómo es esto posible, Maestro?
-
Escucha bien, sandía de primavera. Piensa en esas mismas decisiones, pero
enfócalas ahora no desde la buena voluntad, sino desde la mala. Piensa que la
gente no hace las cosas por el desarrollo de la compañía o el bienestar de los
clientes, sino por quitarse trabajo, por perjudicar a otros, por ganar
influencia o por parecer menos tontos de lo que son. ¿A qué ahora sí encuentras
lógicas las decisiones?
-
¡Ca-Ram-Ba! ¡Ahora todo cuadra, Maestro! ¡Desde el punto de vista de la mala
Fo-Lla, todo encaja como las piezas de un mosaico!
-
Así es, grulla soñolienta. Y recuérdalo, Par Di Yo, cuando determinadas cosas
no te cuadren desde la buena fe, míralas desde la mala, que la lógica siempre
está ahí. Y ahora retírate, cigüeña de la estepa, que todavía tengo que
trasegarme unos cuantos Ku-Ba-Tas, y es que es muy sacrificada la vida del
mandarín.
-
Oigo y obedezco, Maestro.
Y
así fue como Par Di Yo aprendió una nueva barbaridad de su maestro Ku Ñao. Y
los escribas lo recogieron para que los siglos venideros lo recordaran siempre:
Si no
te cuadra, Par Di Yo,
ni
palante ni patrás
pues
el caso es bien sencillo:
piensa
mal y acertarás.
4 comentarios:
No te imaginas estimado TROGLO cuanto aprendo de estas conversaciones entre Ku-Ñao y su fiel sirviente. Que erudición y filosofía hay en estos diálogos.
Saludos
Me alegra volver a leer a los mandarines en tus entradas, Troglo.
Ese "Piensa mal y acertarás" no solo es receta de tan altos dignatarios si no de papás a hijos por estas latitudes y no hace muchos años. Ahora los padres están en una etapa más avanzada y les dicen a sus vástagos directamente que no piensen, que por pensar mucho no van a conseguir curro.
¿Todavía esos señores toman Ku-Ba-Tas? Yo pensaba que se heabían pasado a los vinos Gran Rserva y semejante bebida había quedado en boca de la plebe.
Pues será cuestión de un par de cubatas porque ultimamente pasa cada cosa que por más vueltas que le des menos las entiendes. Será que sigo siendo un Pardiyo ;)
Saludetes:
Muchas gracias, Héctor, je, je. Estos mandarines más que erudición tienen mala intención.
Doc, el Ku-Ba-Ta sigue siendo una bebida tradicional del mandarín, aunque es cierto que los nuevos tiempos y el esnobismo están acabando con las tradiciones milenarias. Por aquí todo el mundo te dice que no pienses, porque como pienses se te puede ocurrir alguna idea, y aquí lo que se lleva son los vegetales.
Ralph, ese es un ejemplo perfecto. Todo eso que se hace "por nuestro bien" y cada vez estás más jodido. Para mí que va a ser que no lo hacen por nuestro bien, sino por el de otros.
Calurosos abrazotes a todos.
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